Navidad 2023
Cant de la Sibil·la, la única celebración navideña de España protegida por la Unesco
Se interpreta todos los 24 de diciembre en las iglesias de la isla de Mallorca
En Mallorca todos los 24 de diciembre las iglesias celebran el nacimiento de Jesús con una tradición antiquísima de la región. Se trata de un conmovedor canto que formaba parte del folclore medieval mallorquín y que ha llegado hasta nuestra época.
Cada año en la liturgia navideña se hace el Cant de la Sibil·la, un poema sobre el juicio final que es interpretado junto con la melodía gregoriana más antigua de Europa. Esta tradición comenzó en el medioevo y en sus inicios era interpretado por un sacerdote. Sin embargo, con el paso del tiempo empezó a ser interpretada por un niño cantor. Hoy en día, sigue siendo un niño el que interpreta el poema, y en ocasiones una niña o una mujer.
Este canto profético, La Nit de Nadal, es una actividad de nochebuena en la que participan todas las generaciones y así asegurar su trascendencia en el tiempo. Cada participante tiene su rol en la actividad, unos cantan, otros se dedican a confeccionar los vestidos o realizan otras tareas.
El Cant de la Sibil·la, no solo se celebra en las vigilias de Navidad de Mallorca, también es tradición en Alguer, ciudad de Cerdeña. En ambos lugares, se celebra desde la Baja Edad Media, hasta ahora, sobreviviendo al Concilio de Trento (1545-1563) que prohibía la representación de dramas no religiosos. Y es que los orígenes de esta celebración no son cristianos.
En el mundo clásico las sibilas eran profetisas del fin del mundo. El cristianismo adoptó estas figuras a través de una analogía entre su función y el concepto bíblico del juicio final. Esta unión o evolución de figuras del mundo clásico con el cristianismo tampoco es inusual. En la propia bóveda de la Capilla Sixtina, pintada por Miguel Ángel, aparecen cinco sibilas intercaladas con cinco profetas bíblicos, nuevamente uniendo a ambos por su función profética.
El testimonio más antiguo que se tiene de la sibila cantada y cristianizada es en monasterios (es decir, no popularizada aún) y aparece en un manuscrito en latín del Monasterio de San Marcial de Limoges ubicado en Francia durante el Imperio Carolingio. En España, el documento más antiguo que se tiene es de una mezquita-catedral de Córdoba del año 960, perteneciente a la liturgia mozárabe. También se tiene el manuscrito de Ripoll del siglo XI, en donde se recoge la sibila cantada y cristianizada como acto de la liturgia hispánica en poblaciones de la actual Cataluña, donde en buena parte pasaría a arraigarse.
El Cant de la Sibil·la se inicia con la entrada a la iglesia de la sibila, esta suele ir acompañada de uno o dos monaguillos. Va vestida con una túnica, un manto de seda bordado y un tocado. Además, lleva una gran espada con la que una vez finalizada la representación dibuja la forma de la cruz en el aire.
Por su antiguo origen, perduración y riqueza histórica y cultural, en 2010 la Unesco declaró el Cant de la Sibil·la Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Este acto había sido previamente declarado Bien de interés Cultural por el Consejo Insular de Mallorca.
Las representaciones más famosas de esta tradición son en la Catedral de Palma y en Alguer, que formaba parte del Reino de Aragón. En el resto del antiguo territorio de este reino se ha ido recuperando, por ejemplo, en algunos lugares de Valencia como Ontinyent y Gandía y en otros de Cataluña como Ripoll, Vic, Barcelona y Tarragona.