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La escena plasmada por El Greco

La escena plasmada por El Greco

Navidad 2023

Holanda, el nombre de la Estrella o el lugar de origen de Baltasar: el villancico que canta la llegada de los Reyes Magos a Belén

La música se ha mantenido estable, pero no así la letra, que ha sido objeto de muchas adaptaciones. Pero lo que permanece invariable en todas ellas es el estribillo

El jiennense Manuel Navarro Mollor ha efectuado la versión orquestal de muchos villancicos; y es también el autor del titulado Los tres Reyes Magos, que es un pasacalles de Navidad. La música se ha mantenido estable, pero no así la letra, que ha sido objeto de muchas adaptaciones. Pero lo que permanece invariable en todas ellas es el estribillo que dice: «¡Olé, olé, holanda y olé, / holanda ya se ve, / ya se ve, ya se ve!».

Se mire como se mire, Holanda no forma parte del itinerario de los Reyes Magos en su trayecto hacia Belén, porque procedían de Oriente. Eliminando la h, se ha especulado con que la estrella que siguieron los Reyes Magos se llamaba «Olanda»; pero también con que Holanda fuera una errónea traducción de «Tierra Santa», procedente de alguna canción anglosajona (en inglés se dice Holy land), ya que guarda cierta similitud fonética.

Otras especulaciones resultan más pintorescas, como la de suponer que Baltasar (Vaaltasar) procedía de la zona que hoy ocupan los Países Bajos, desde donde emigró a Oriente y, por tanto, la referencia a Holanda estaría fundamentada en el origen geográfico de Baltasar. Dejando al margen estas consideraciones, lo que sí que está claro es que el estribillo logra una sorprendente musicalidad, al «jugar» con la proximidad fónica entre la interjección «!olé!» y las dos primeras sílabas de la palabra «Holanda» (que siempre se transcribe con h), lo que genera una clara paronomasia, a la que hay que añadir la reiteración, en tres ocasiones, de la oración «ya se vé», formada por tres vocablos monosílabos, dos de los cuales se encuentran en posición final de verso («ve»), lo que hace enormemente perceptible la rima asonante aguda /é/ de los tres versos: «¡Olé, olé, holanda y olé, / holanda ya se ve, / ya se ve, ya se ve!».

Suprimido el estribillo y los bises, realmente el villancico consta de tres estrofas de versos octosílabos con rimas agudas en las palabras «Belén» –que figura tres veces–, «beber» –repetida dos veces–, y «bien»: [1] Ya vienen los Reyes Magos / caminito de Belén, / cargaditos de juguetes / para el Nilo de Belén. [2] La Virgen va caminando / caminito de Belén; / como el camino es tan largo, / pide el Niño de beber. [3] No pidas agua, bien mío, / no pidas agua, mi bien, / que los ríos vienen turbios / y no se puede beber. Pero es, sin duda, el intercalado del estribillo lo que le concede al villancico un carácter netamente festivo y popular.

Ya vienen los Reyes Magos

Ya vienen los Reyes Magos,
ya vienen los Reyes Magos
caminito de Belén,

¡Olé, olé, holanda y olé,
holanda ya se ve,
ya se ve, ya se ve!

Cargaditos de juguetes,
cargaditos de juguetes
para el Niño de Belén.

¡Olé, olé, holanda y olé,
holanda ya se ve,
ya se ve, ya se ve!

La Virgen va caminando,
la Virgen va caminando,
caminito de Belén.

¡Olé, olé, holanda y olé,
holanda ya se ve,
ya se ve, ya se ve!

Como el camino es tan largo,
como el camino es tan largo,
pide el Niño de beber.

¡Olé, olé, holanda y olé,
holanda ya se ve,
ya se ve, ya se ve!

No pidas agua, bien mío,
no pidas agua, bien mío,
no pidas agua, mi bien,

¡Olé, olé, holanda y olé,
holanda ya se ve,
ya se ve, ya se ve!

Que los ríos viene turbios,
como ríos vienen turbios
y no se puede beber,

¡Olé, olé, holanda y olé,
holanda ya se ve,
ya se ve, ya se ve!

Y si la anterior versión es andaluza, hemos localizado otra extremeña, que difiere bastante en el contenido –aunque inicialmente haya alguna similitud– y carece de estribillo. Se titula La Virgen va caminando; villancico que reproducimos seguidamente:

La Virgen va caminando

La Virgen va caminando,
caminito va
caminando hacia Belén;
como el camino es tan largo
que tienen que andar,
al Niño le ha dado sed.

No pidas, bien mío,
agua de beber,
que turbia el arroyo
la suele traer.

Baja del monte y no tardes, baja, Pascual,
y coge romero y miel,
romero y miel,
y coge romero y miel,

Que antes que la noche venga, baja Pascual,
quiero llegar a Belén,
romero y miel,
quiero llegar a Belén.

La primera estrofa cuenta con seis versos, entre los que predomina el octosílabo (versos 1, 3, 4, 6); y hay dos hexasílabos (versos 2 y 5). Riman en asonante /á-o/ los versos 1 y 4 («caminando/largo»); en asonante aguda /á/ los versos 2 y 5 («va/andar»), y en asonante aguda /é/ los versos 3 y 6 («Belén/sed»). La segunda estrofa es una cuarteta de versos hexasílabos, en la que los pares riman en consonante /-ér/ («beber/traer»).

La tercera estrofa tiene cinco versos de diferente medida: octosílabos los versos 1, 3 y 5; y pentasílabos los versos 2 y 4: y son solo los versos 3, 4 y 5 los que riman entre sí, al repetirse la palabra «miel». La orden («baja/no tardes/coge») se la da la Virgen al pastor Pascual, nombre muy propio de pastores desde el Siglo de Oro.

Y la cuarta estrofa tiene, nuevamente, cinco versos, con idéntica distribución y número de sílabas que la anterior (es decir, 8-5-8-5-8); y aun cuando los tres últimos presentan rima aguda, ahora es asonante /é/ («Belén/miel/Belén»).

Las estrofas tercera y cuarta están perfectamente enlazadas merced a las reiteraciones de los versos «baja, Pascual», «romero y miel».

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