Así ha quedado el nuevo Gobierno de la Conferencia Episcopal

El Derecho Canónico establece que cada obispo es autónomo en el gobierno de su diócesis, y jerárquicamente sólo responde ante la autoridad del Santo Padre. Sin embargo, desde que el Concilio Vaticano II estableció la creación de las Conferencias Episcopales como órgano colegiado de los obispos, y muy especialmente en estos años en que el Papa Francisco insiste tanto en la necesidad de construir la Iglesia desde la llamada sinodalidad, la importancia del trabajo en equipo a través de la Conferencia Episcopal es cada vez más tenida en cuenta en las diócesis.

Por ese motivo, más allá del relevo en la Presidencia y en la Vicepresidencia de la CEE, resultan especialmente importantes el resto de nombramientos que han llevado a cabo los obispos a lo largo de la Asamblea Plenaria. Con especial énfasis en la composición de la Comisión Ejecutiva, el órgano colegiado de mayor peso en la CEE, del que nacen y al que arriban las decisiones de mayor calado episcopal.

El núcleo duro de la CEE

El que podría considerarse «núcleo duro» del Gobierno de la CEE ha quedado compuesto por nueve nombres, de los que siete repiten mandato. ¿Entre sus funciones? Ejecutar las decisiones de la Asamblea Plenaria y de la Comisión Permanente, abordar los asuntos más urgentes que puedan surgir entre las reuniones de la Permanente (que está compuesta por el resto de presidente de Comisiones Episcopales), y publicar las notas o los mensajes públicos que sea necesario emitir ante situaciones de actualidad eclesial, social e incluso política.

Por razones de cargo, forman parte de la Ejecutiva el Presidente, el Vicepresidente y el Secretario General, que actualmente es el obispo auxiliar de Toledo, monseñor César García Magán. Además, en caso de que no ocupase ninguno de esos cargos, se incluiría al arzobispo de Madrid; sin embargo, como el cardenal Cobo ya ocupa la vicepresidencia al haber sido elegido en una segunda votación por 39 votos, el resto de los obispos han tenido que elegir a otros seis miembros.

• El actual arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses (67 años), ha sido el más respaldado por el resto de los obispos, con 52 votos en la primera votación. Era miembro de esta Comisión desde marzo de 2020, e incluso obtuvo 3 votos en el escrutinio de sondeo para elegir al nuevo presidente.
• El actual arzobispo de Granada y antecesor de Luis Argüello en el cargo de Secretario General y Portavoz de la CEE, monseñor José María Gil Tamayo (66 años), también sonó –aunque con menos fuerza– entre los posibles candidatos a presidente y, sobre todo, a vicepresidente de la CEE. Finalmente, fue elegido por 42 votos en la primera votación a la Comisión Ejecutiva, de la que ya era miembro desde marzo de 2020.
• Casi empatado con el cardenal Cobo en las votaciones de sondeo para elegir al nuevo Presidente, y muy próximo a alcanzar la vicepresidencia de la CEE tras la elección de Argüello, el arzobispo franciscano de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes (69 años), fue elegido con 41 votos en la tercera votación. También es otro de los arzobispos que repite en la Ejecutiva, desde marzo de 2020.
• El obispo de Getafe, monseñor Ginés García Beltrán (62 años), es el único miembro de la Ejecutiva que no es arzobispo. Algo que muestra la alta estima que le tienen el resto de obispos, que lo respaldaron con 39 votos en la tercera votación. De hecho, dado que es uno de los obispos más jóvenes del episcopado, su candidatura parece asegurada en las próximas elecciones a Secretario General, que deberán producirse dentro de dos años.
• El arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent (64 años), deja la presidencia de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, y pasa a formar parte de la Comisión Ejecutiva, tras haber obtenido 38 votos en segunda votación.
• Otro de los obispos que logró un mayor número de votos para optar a la Vicepresidencia fue el arzobispo de Burgos, monseñor Mario Iceta (58 años). Finalmente, con 37 votos en la primera votación, fue elegido miembro de la Comisión Ejecutiva. Su edad, su experiencia pastoral y su capacidad para aglutinar diferentes sensibilidades, le convierten en uno de los obispos con mayor proyección para el futuro de la CEE. Sobre todo, habida cuenta de que el actual Presidente, Luis Argüello, no podrá repetir en las siguientes elecciones de 2028, a las que llegará casi a punto de presentar la renuncia por edad.