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Decenas de personas se preparan para pasar la noche en una iglesia de Manila

Decenas de personas se preparan para pasar la noche en una iglesia de ManilaAsia News

La Iglesia en Filipinas abre sus templos para acoger a los evacuados por el Carina

El tifón ha provocado al menos 13 muertos y cientos de miles de personas han sido desplazadas en la zona inundada, que abarca amplias áreas de los suburbios de Manila

Filipinas se encuentra en estado de alerta máxima para socorrer a los miles de damnificados por el tifón Carina y la intensificación del monzón del suroeste, que ha azotado varias zonas del área metropolitana de Manila y otras regiones vecinas de la isla de Luzón.

Carina es el tercer ciclón tropical que azota Filipinas en 2024 y el segundo del mes de julio. Los daños causados por la tormenta perturbaron el sistema de transporte filipino, provocando inundaciones en extensas partes de la región de la capital nacional y sus alrededores. Hasta el momento se ha movilizado a 4.500 personas para operaciones de búsqueda, rescate y recuperación.

Numerosas iglesias han quedado completamente anegadas

Numerosas iglesias han quedado completamente anegadasAsia News

Varias iglesias de la diócesis de Novaliches han abierto sus puertas como centros de acogida para los afectados, proporcionando refugio seguro y artículos de primera necesidad. Caritas Novaliches gestiona las operaciones de socorro. El agua ha entrado en las casas de la gente, pero también en muchas iglesias y otras instituciones. «Seguimos rezando para que cesen las fuertes lluvias y las inundaciones», explica April Baybayon, catequista y profesora de religión de la diócesis de Cubao. «Numerosas personas siguen esperando el socorro en los tejados. Entre ellos hay niños y personas discapacitadas», lamenta. «Ayudamos en todo lo que podemos. Rezamos por la seguridad de todos», dice Molina Benedictos, una voluntaria que trabaja en la zona.

Incluso en el corazón de Manila, las continuas lluvias del monzón del suroeste hicieron intransitables las calles para el transporte público, obligando a los viajeros que se dirigían al trabajo a caminar por las calles inundadas. También se han suspendido las clases en las escuelas de todos los grados y en las oficinas gubernamentales de toda Manila. Sin embargo, los organismos gubernamentales que prestan servicios médicos, de respuesta a catástrofes y emergencias y otros servicios esenciales siguen funcionando.

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