Un hombre levanta el brazo en señal de apoyo al Ejército de Sudán
Los misioneros, los últimos en huir de Sudán: «La situación es aterradora»
Es un conflicto olvidado, eclipsado las más de las veces por Ucrania y Gaza. Pero el país africano afronta también una situación desesperada
El sacerdote sudanés Biong Kwol Deng ha explicado a la agencia Fides que ha tenido que trasladarse a Juba, en Sudán del Sur, como muchos otros miembros de la Iglesia, debido a la peligrosidad en Sudán. «No hay rincón del país que no esté afectado por el conflicto. Hay combates continuamente, en todas partes. De momento, soy sincero, no hay mucha esperanza», ha señalado.
«La situación de los desplazados es aterradora», sintetiza. «Todo se complica con la temporada de lluvias, ya que la gente carece de todo: agua, comida, medicinas. Hay una falta total de recursos, y mientras Sudán sufre, parece que la comunidad internacional lo ha olvidado, en parte debido a la atención que se da a los conflictos en Gaza y Ucrania», lamenta.
La comunidad católica en Sudán se ha visto gravemente reducida debido a los éxodos forzosos, lo que ha generado una de las mayores crisis de desplazados en la actualidad. «Lamentablemente –explica el padre Biong– nuestra presencia es ahora mucho menor. Las Misioneras de la Caridad, las hermanas de la Madre Teresa, se fueron el mes pasado, al igual que las hermanas del Sagrado Corazón y los padres combonianos», señala.
En Sudán, según el sacerdote, «hay dos grupos principales de cristianos: los del norte, de origen nubio, y los de Sudán del Sur, que se quedaron en Sudán incluso después de la independencia de Sudán del Sur en 2011. Ambos grupos se enfrentan a grandes dificultades, especialmente por la falta de ayuda externa. A pesar de todo, es posible rezar y celebrar la misa en lugares seguros donde haya sacerdotes. Sin embargo, los sacerdotes a menudo están solos, y cuando hay dos juntos, deben trabajar en zonas muy extensas».
