Ya había música cristiana antes de Hakuna (y también era buena)

Antes de Hakuna, la música cristiana era un fenómeno residual y desconocido. En España, al menos. Tanto en el mundo evangélico anglosajón como en Hispanoamérica estaba ampliamente aceptada y difundida. Pero en nuestro país había un cierto recelo —vergüenza, incluso— al referirse al género. «Eso son canciones de misa», se despachaba con cierta displicencia.

Luego llegó Hakuna; los complejos parecieron disiparse de repente y adolescentes y jóvenes coreaban sus canciones sin rubor, corrían con el fin de conseguir una entrada para alguno de sus conciertos antes de que se agotaran y en sus playlists de Spotify no podían faltar sus canciones.

Hubo un tiempo, antes de que eso ocurriera, de larga travesía en el desierto para los que hacían música cristiana. Sus casetes y CD apenas se vendían, era difícil llenar una pequeña sala en cualquiera de sus conciertos y casi nadie tarareaba sus canciones. Y, si lo hacían, no salían del ámbito de la misa. En España, insistimos. Pero su música era buena, y muchos de esos artistas siguen componiendo y cantando. Estos son algunos de ellos.

Luis Alfredo

Quizás su nombre no le suene, pero el título de muchas de sus canciones, sí: Tan cerca de Mí, No adoréis a nadie más, Héroe anónimo, Lo que agrada a Dios, Quiero decir que sí... Luis Alfredo Díaz Brito, uruguayo de nacimiento, después de pasar por Finlandia y posteriormente por Inglaterra, se afincó definitivamente en España, en Cantabria concretamente, donde obtuvo la nacionalidad española y vive con su familia. Cantautor, con cerca de cuarenta álbumes propios realizados en 40 años de trayectoria artística, ha producido más de 300 grabaciones y audiovisuales para otros artistas.

Recibió el premio Bravo de la Conferencia Española por su trayectoria en la evangelización. En Hispanoamérica ha llenado estadios con sus conciertos.

Martín Valverde

Martín Valverde ha sido —y lo es aún— uno de los grandes nombres de la música de alabanza en todo el mundo. Nacido en Costa Rica en 1963, ha recorrido medio planeta llenando conciertos. Durante mucho tiempo, él y Luis Alfredo eran, quizás, los máximos exponentes de la música cristiana en el mundo de habla hispana.

Tiene casi 50 álbumes publicados, y entre sus temas más recordados destacan Nadie te ama como yo, No fue tu culpa, Gracias Padre y Canción para un joven.

Hermana Glenda

Una voz dulce, unas melodías suaves y unas letras ungidas. Así es la música de la hermana Glenda, una chilena que vive en España desde hace años. Ha grabado una decena de discos, y muchas de sus canciones se cantan en las alabanzas y adoraciones eucarísticas de medio mundo. Si conocieras, Tengo sed de Ti, Ven, Señor Jesús y, sobre todo, Nada es imposible para ti son algunos de sus temas más célebres.

Miguel Horacio

Miguel Horacio se considera más predicador que cantautor, pero lo cierto es que sus canciones casi han superado a sus predicaciones. A este dominicano «le apasiona ayudar a las personas a conectar con Dios». «Pertenecí a la comunidad Siervos de Cristo Vivo, fundada por el padre Emiliano Tardif, que tiene una triple vocación: la contemplación, la transformación en Cristo y la evangelización», explica el artista en su web. «Tuve mi primera experiencia de Dios en el año 1985. Desde entonces he dedicado gran parte de mi tiempo a la evangelización en el Poder del Espíritu Santo», agrega.

Sus canciones son intimistas, dulces, pausadas. Destacan Perderme en tu Amor, Fluye en mí, Me rindo a Ti o No dices nada.