Entrevista a Francisco J. Romero Coordinador del Jubileo en España: «Unos 75.000 jóvenes españoles irán a Roma el próximo verano»
El 24 de diciembre, el Papa Francisco inaugurará el Jubileo 2025, al que se espera que acudan 36 millones de personas. España será de los países que más peregrinos aporte
Es el director del Secretariado de la Comisión de Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Un título quizás algo farragoso y abstracto para profanos, pero que viene a ser el que «coordina, anima y trata de que funcione todo el ámbito evangelización en las diferentes realidades de las diócesis españolas», según explica la propia CEE. Casi nada.
Además, Francisco Julián Romero Galván era el párroco de Olivenza (Badajoz), cargo del que pidió que le dispensaran cuando fue requerido como responsable de coordinar todas las acciones en España del Jubileo 2025 convocado por el Papa Francisco. Lo explica él mismo durante su visita a El Debate:
– Los Jubileos se establecen en el año 1300. El Papa Bonifacio VIII quería significar de una manera especial que los creyentes tuvieran una experiencia de fe importante, de encuentro con el Señor, de transformación de su propia vida y que contribuyeran a una transformación social. Empezaron a hacerlo cada 100 años, pero después se pensó que era importante que todas las generaciones pudieran vivir al menos un Jubileo una vez en su vida, y se pasó a los 50 años, y después a 25.
– Con sus palabras: ¿qué es un Jubileo?
– Es un revulsivo para que los cristianos –los que tratamos de vivir nuestra fe de una manera más firme– rompamos la rutina y seamos capaces de vivir más a fondo nuestra propia fe. Y, por otra parte, hay gente que está tocada, pero un poco alejada. Bueno, pues que sea también una buena oportunidad para volver a la fe. Ese es el sentido genuino del Jubileo. Por eso se hace una peregrinación a Roma. Pero después de haber vivido la experiencia que he tratado de comentar.
– ¿Y cuál es la función que le toca a usted?
– Los obispos de España me encomendaron la misión de coordinar el Jubileo con las diferentes diócesis. En cada una de ellas hay un responsable que se coordina conmigo y yo, a la vez, con Roma y con el resto de los responsables del mundo.
– Pero usted, además de director de una comisión en la CEE, es párroco en Olivenza, ¿verdad?
– Bueno, ya no; solamente adscrito, porque una vez que me nombraron responsable del Jubileo, era imposible. Mi obispo, lógicamente, lo entendió, y me dijo que me dedicara a esto este año.
Se empezó con apatía
– ¿Hay una buena respuesta por parte de diócesis, parroquias y grupos hacia el Jubileo 2025?
– Habría dos momentos diferentes: antes de las Navidades pasadas había como mucha apatía, y yo estaba bastante preocupado. El dinamismo que quieren desde Roma y lo que quiere el Papa parecía que no llegaba a las diócesis. Sin embargo, a partir de enero, ha empezado a coger cuerpo y a tener mucha vida en las diferentes diócesis, tanto que, de una manera autónoma, cada cual ha ido haciendo –según las características de la diócesis– diferentes proyectos y actividades y la verdad es que está tomando un tono realmente interesante.
– ¿Tiene usted una previsión de cuántas peregrinaciones se van a organizar desde España, o un número aproximado de asistentes a Roma?
– Todas las diócesis de España ya tienen concretada una peregrinación. Me lo han comunicado a mí, y yo lo comunico a Roma, porque hay que coordinarse. Yo creo que no hay ninguna diócesis española que todavía no la tenga organizada. Desde el Vaticano nos han dicho que esperan, a nivel mundial, alrededor de 36 millones de personas en el Jubileo, especialmente durante el de los jóvenes, que tendrá lugar entre la semana final de julio y la primera de agosto. Nosotros ya tenemos en torno a 75.000 jóvenes españoles que van a participar.
– Es una cifra astronómica...
– Esos son los que desde, la Conferencia Episcopal, tenemos registrados. Después hay movimientos que se unen y que pueden ir un poco independientemente, por lo que serán más.
– Y, ¿además de los jóvenes?
– Van a ser muy numerosas las hermandades y cofradías. Por ejemplo, desde la diócesis de Sevilla, nos dijeron: «Vamos a ir 60». A la semana siguiente: «Vamos a ir 600». Y ya, como va a ir El Cachorro a San Pedro, «pues añade otro cero». Va a ser un acontecimiento importante...
– Una especie de JMJ en Roma...
– Sí, aunque hay algunas actividades que son diferentes. Va a haber en total 33 Jubileos distintos, y cada uno va a tener una misa con el Papa.
– De todos ellos, ¿cuál le ha llamado más la atención?
– El de los discapacitados, por ejemplo. Desde España vamos a llevar a 16 discapacitados con sus acompañantes. Pero, realmente, todas las realidades de la Iglesia van a estar ahí representadas. Y es que hay tanta riqueza en la Iglesia que, cuando uno se mete en todo esto, dice ¡Madre mía! A veces, los lamentos nos están impidiendo ver la vida tan grande que hay en la propia Iglesia. Es decir, no solamente en las órdenes religiosa o en la parroquia, sino también tantos laicos que están ahí al pie del cañón y que están haciendo tanto bien. Desde la Conferencia Episcopal, además, queríamos tener un signo social...
– ¿En qué consiste?
– Quien pueda, que vaya a hacer la peregrinación hasta Roma. Aparte, en las diócesis hay lugares jubilares. No hay puertas que atravesar, porque esas estarán solo en Roma. Pero los obispos en cada diócesis determinarán una serie de lugares para que, los que no puedan ir a Roma, puedan ganar el Jubileo. A todos los peregrinos les vamos a pedir una pequeña colaboración económica que ayude a un proyecto social que quizás es poco conocido: la trata de seres humanos. Hay colectivos en la Iglesia que están trabajando sin prácticamente recursos, acompañando a hombres y a mujeres y sacándoles de esa red en la que están. Es una realidad muy dura, porque es gente que no tiene ninguna esperanza, y les podemos devolver la esperanza.
– ¿Se refiere a víctimas de la trata en España o, en general, en el mundo?
– En España.
– Eso sí que puede ser más desconocido...
– No queremos hacer un proyecto nuevo, sino colaborar con algo existente. Cuando presentaron esta realidad, a mí me llamó poderosamente la atención. Creo que esto puede ser algo que ayude a entender cómo hay gente que está realmente esclavizada y cómo la Iglesia está tratando de ayudarles a salir adelante.
– ¿Qué grupos de la iglesia están ayudando en este asunto?
– Por ejemplo, los padres de la Cruz Blanca, que son franciscanos, están ayudando especialmente a los hombres. Son los únicos que lo hacen, y te cuentan cosas terribles. También hay asociaciones o institutos seculares que están acogiendo. Algunas de estas personas están contando su testimonio, pero sin dar la cara, porque están arriesgando su propia vida.