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Un sacerdote celebra la misa de campaña frente a la parroquia de María, Madre de la Iglesia de CatarrojaArzobispado de Valencia

Tras el paso de la DANA

Templos convertidos en ambulatorios, despensas y pequeños hospitales: así ayuda la Iglesia en Valencia

«Pasados estos primeros días, la gente está agotada, y ahora se está derrumbando», alerta el párroco de Aldaia

Centenares o miles de voluntarios cristianos se han movilizado en las últimas dos semanas para ayudar a paliar los devastadores efectos de la DANA sobre Valencia. «La Iglesia no lo hace solo como un acto humanitario, sino como un acto de amor, con la certeza de fe de que lo que hacemos con los necesitados se lo hacemos al Señor», ha afirmado el Nuncio del Papa en España, monseñor Bernardito Auza.

En una visita que ha realizado el fin de semana a la ciudad manchega, el Nuncio ha llegado a asegurar que «Cáritas es la mano de Cristo para ayudar a los necesitados de la DANA». «Es la cara de la Iglesia; todos reconocen, incluso los que no tienen familiaridad con la Iglesia, su labor», ha añadido monseñor Auza, que ha visitado Albacete con motivo del 75 aniversario de la creación de la diócesis.

Son innumerables las labores desarrolladas por instituciones de la Iglesia en estos días. Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, por ejemplo, han abierto las puertas de sus casas para acoger a cerca de 100 personas que se han quedado sin hogar. Según ha comunicado la Confer, la congregación ha puesto a disposición de los que lo necesiten dos plantas del edificio de San Eugenio, tres plazas en la Obra Social Luisa de Marillac y el edificio de Castellnovo con capacidad para 80 personas. A la vez, han habilitado una web específica para canalizar los donativos que les llegan con el fin de ayudar a los damnificados.

«Nosotras queríamos ayudar en toda esta tragedia, por eso pensamos que los recursos que tenemos había que ponerlos a disposición de las personas más necesitadas, sobre todo, aquellas que han quedado sin hogar y que se han quedado sin nada», ha explicado sor Clara, hermana perteneciente a las Hijas de la Caridad, al portal de noticias del arzobispado de Valencia. «Mantenemos la esperanza con la ayuda y colaboración de todos», sostiene.

Las parroquias de la archidiócesis de Valencia celebraron el domingo misas de campaña en aquellas poblaciones más afectadas, cuyos templos siguen dañados o en proceso de limpieza por las inundaciones o porque, la gran mayoría de ellos, se han convertido estos días en centros logísticos para el reparto de ayudas de primera necesidad.

Entre las poblaciones que celebraron misas de campaña figura Catarroja. La parroquia María, Madre de la Iglesia, en coordinación con el ayuntamiento de la localidad, ha habilitado el templo parroquial para la entrega de alimentos, ropa y productos básicos y están oficiando la misa en el exterior.

Centros de salud en las iglesias

Igualmente, hay templos habilitados como centros de salud porque los consultorios de las localidades afectadas por la DANA también han resultado dañados. Es el caso de la parroquia de la Anunciación de Aldaia, que ha cedido sus salones parroquiales para este fin, y en él ahora se hacen curas médicas, analíticas y consultas.

El párroco, Francisco José Furió, ha explicado que «las consecuencias de esta tragedia van a ser terribles por las pérdidas humanas, también a nivel material y a nivel de salud física y mental». «Pasados estos primeros días, la gente está agotada, y ahora se está derrumbando», añade. «Se va a necesitar mucho apoyo. Por eso, la Iglesia está para ayudar en todo lo que sea necesario», concluye.

También escuchando y consolando

El movimiento Regnum Christi también se ha volcado en ayudar a los que lo han perdido todo. A través de la fundación Altius se ha habilitado un hangar de 2.000 metros cuadrados en la parroquia Mártires valencianos para recibir, gestionar y canalizar la ayuda donada por empresas, particulares, instituciones educativas y voluntarios.

Jesús, el párroco de Nuestra Señora del Socorro, en Benetússer, coordina a los jóvenes voluntarios del Regnum Christi junto a sacerdotes legionarios de Cristo y consagradas. Ayudan en tareas de limpieza, reconstrucción en los pueblos afectados, retiran el lodo y ayudan a limpiar y acondicionar los lugares.

Además del voluntariado de pala y manos para limpiar el lodo de las calles, los afectados necesitan también hablar, ser escuchados, expresar su dolor y desdicha. A ello se dedica Beth, consagrada del Regnum Christi, junto con otros jóvenes.