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El auditorio del Casino de Madrid completó su aforo para escuchar al cardenal RoucoCristian Marfil

Rouco llena el Casino de Madrid para rememorar los 40 años de la visita de Juan Pablo II a España

Alrededor de 220 personas acudieron al coloquio que mantuvo con los periodistas Bieito Rubido y José Francisco Serrano Oceja

El Real Casino de Madrid ha sido el escenario privilegiado que ha acogido una entrevista-coloquio con el cardenal Antonio María Rouco Varela con motivo del 40º aniversario del segundo viaje de san Juan Pablo II a España. Organizado por el Instituto Karol Wojtyla-S. Juan Pablo II, el arzobispo emérito de Madrid ha respondido a todas las cuestiones que le han planteado el director de El Debate, Bieito Rubido, y el doctor en Ciencias de la Información y columnista José Francisco Serrano Oceja.

Abrió el coloquio Rubido, quien destacó la altura humana y espiritual del purpurado, al que definió como una figura esencial en la Iglesia española de finales del siglo XX y del presente siglo, subrayó el papel que desempeñó como uno de los hombres de confianza de Juan Pablo II en España y le planteó cómo llegó un profesor de Derecho Canónico a ser obispo. El cardenal repasó brevemente su biografía, desde sus estudios en Alemania, sus primeros años de sacerdocio o su paso como rector de la universidad Pontificia de Salamanca, de donde fue llamado para ser ordenado obispo.

Serrano Oceja destacó del purpurado su «teología avanzada» para la época en la que dirigió la citada universidad. Rouco rememoró los momentos difíciles que tuvieron que abordar teológicamente tras el Concilio Vaticano II, de cómo vivió la publicación del polémico catecismo holandés y de la confusión que se introdujo en ciertos ambientes de la Iglesia.

Rubido inquirió sobre su nombramiento como arzobispo de Santiago de Compostela, que se produjo «cuando aún tenía poca experiencia pastoral, de tres años en la parroquia», y que esos años en la capital gallega le supusieron una «gratificante labor pastoral».

Respecto a sus años al frente de la archidiócesis de Madrid, destacó la «riqueza carismática» que se encontró, y que el reto era crecer en la comunión entre todos esos carismas.

Al acto acudieron alrededor de 220 personas, entre ellas numerosas personalidades como el obispo auxiliar de Madrid, monseñor Juan Antonio Martínez Camino; los exministros Jaime Mayor Oreja y Rodolfo Martín Villa, la escritora María Vallejo-Nágera y numerosos sacerdotes.

La segunda visita del Papa a España

En octubre de 1984, el Papa Juan Pablo II visitaba por segunda vez España. Se trató de una breve escala de 16 horas en Zaragoza por un deseo especial del pontífice. A los pies de la Virgen del Pilar quiso comenzar su viaje apostólico a República Dominicana y Puerto Rico para inaugurar el novenario de años de preparación al V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América. «He venido por ello a esta ciudad, a postrarme ante la Virgen del Pilar, Patrona de la Hispanidad, para dar gracias a Dios por esa gesta y por la contribución esencial de los hombres y mujeres de España en una sin par obra de evangelización», subrayó en esa ocasión el Papa polaco.

En esa importante alocución, san Juan Pablo II recordó una de las frases más conocidas de su pontificado: «Quiero referir a España el grito que, desde Compostela, dirigí a Europa: '¡Sé tú misma! Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes'. Así encontrarás tu historia vertebrada. Podrás superarla con la debida apertura hacia metas más altas. Podrás avanzar hacia los desafíos del futuro, con savia vital, con creatividad renovada, sin rupturas ni fricciones en los espíritus».