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El arzobispo de Glasgow, William Nolan, ha denunciado la patética política inglesa de deportaciones a RuandaArchdioceseofedinburg

La Iglesia católica y ACNUR denuncian el acuerdo de deportaciones entre Reino Unido y Ruanda

Para el arzobispo Nolan el acuerdo «es una ofensa contra la dignidad humana y contra todas las mejores tradiciones de acogida de este país». ACNUR, por su parte, declara que «las personas que huyen de guerras no pueden ser tratadas como mercancía»

La Iglesia católica ha vuelto a denunciar el acuerdo migratorio entre el Reino Unido y Ruanda, para deportar a los solicitantes de asilo del país africano.

William Nolan, arzobispo de Glasgow, y Claudio Gugerotti, nuncio apostólico en el Reino Unido, han visitado los centros de reclusión de inmigrantes para mostrar su cercanía, horas antes del primer vuelo de deportados a Kigali.

Un respuesta «patética»

El arzobispo Nolan ha confesado estar «escandalizado» por la nueva política migratoria, señalando que hay una crisis de refugiados; una «crisis internacional» a la que se está dando una respuesta «patética». «Vamos a enviarlos a Ruanda no porque eso sea bueno para ellos, sino porque esperamos que la idea de ir a Ruanda les disuada de cruzar el Canal».

De hecho, Nolan, ha usado su cuenta de Twitter para hacer esta denuncia: «La política de deportar por la fuerza a Ruanda a las personas que han venido a este país en busca de seguridad es moralmente incorrecta. Es una ofensa contra la dignidad humana y contra todas las mejores tradiciones de acogida de este país».

Una deportación en toda regla

Por su parte, el nuncio apostólico en Reino Unido Claudio Gugerotti, que ya había visitado el centro de refugiados en otra ocasión, ha llevado un cuadro con la imagen y la bendición del Papa Francisco, ya que el grupo con el que se ha reunido eran cristianos que han tardado, en algunos casos, dos años y medio en llegar al Reino Unido.

El acuerdo migratorio del gobierno de Boris Johnson con Ruanda contempla la devolución al país africano de los inmigrantes que soliciten asilo tras cruzar irregularmente el Canal, en unos términos económicos que ya habrían supuesto una partida de 144 millones de euros para este cometido.

Violación del derecho internacional

En los últimos meses, el cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westminster y presidente de la Conferencia de Obispos católicos de Inglaterra y Gales, ya había afirmado que en dicho pacto no había «ni compasión ni respeto a la dignidad innata de todo ser humano»; y por su parte, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, denunció que, en el fondo, el pacto migratorio suponía «subcontratar nuestras responsabilidades».

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) también ha calificado el acuerdo de «inaceptable», que es «una «violación atroz» del derecho internacional y que acuerdos de esta naturaleza "evaden obligaciones internacionales y contravienen el contenido y la esencia de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados. Las personas que huyen de guerras, conflictos y persecuciones merecen compasión y empatía. No deben ser tratadas ni transportadas al extranjero, como si fueran mercancía».