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Joaquín Paniello durante la presentación de su libro ¿Por qué camináis tristes?

Entrevista a Joaquín Paniello

«En Tierra Santa nos sostenemos por la oración de todos los creyentes del mundo»

El sacerdote Joaquín Paniello ha presentado su libro ¿Por qué camináis tristes? recreando lo que sería el diálogo entre Cristo y los discípulos

Tierra Santa es desde hace mucho tiempo una tierra donde se mezcla la guerra y la convivencia. Antes de Cristo, los Macabeos, los asmoneos y la conquista romana. Después de Cristo, la destrucción del Templo a manos de las legiones de Tito, la rebelión de Bar Kokhbá, la dispersión de los judíos. Siglos después, la conquista musulmana, la llegada de los cruzados de Godofredo de Bouillón, la égida de los turcos. El sionismo socialista y sus kibutzim desde el siglo XIX, el general Allenby y Lawrence de Arabia, el Irgún y la proclamación del Estado de Israel. Moshé Dayán y su parche, Golda Meir y los atentados de Múnich, el Mossad y la Intifada. Clérigos ortodoxos que compran manuscritos del mar Muerto a árabes, y los revenden a americanos. Quizá es por eso el lugar donde Dios se hace más presente, y donde se comprende mejor la situación del hombre en el mundo. En guerra consigo mismo, en búsqueda de la paz con el Padre Eterno.

Tierra Santa

A la complejidad que ya supone esa zona del mundo –y que se remarca con el cotidiano conflicto entre Israel y Palestina–, se ha unido una pandemia que ha perjudicado el turismo religioso. Las medidas sanitarias han causado estragos en la cifra de peregrinos que, desde todo el mundo y a lo largo de todo el año, viajan hasta Jerusalén, Belén, Nazaret. Según Piedad Aguilera, responsable del área de Turismo Religioso en Viajes El Corte Inglés, la pandemia ha afectado mucho, de modo que la comunidad cristiana residente en Tierra Santa «ha sufrido mucho sin los visitantes». Se trata de una comunidad minoritaria muy reconfortada por los franciscanos. Tal como asegura Paniello, «nos sostenemos por la oración de todos los creyentes del mundo», dicen los cristianos del lugar. Por el otro lado, Aguilera asegura que «la experiencia del peregrino transforma». Nuevamente, una vivencia de doble recorrido. Por fortuna, la situación sanitaria actual está permitiendo una recuperación del número de peregrinos.

En Tierra Santa nos sostenemos por la oración de todos los creyentes del mundoJoaquín Paniello

Las palabras de Aguilera son parte de la presentación del libro ¿Por qué camináis tristes?, del sacerdote Joaquín Paniello. La presentación ha contado con unas palabras de monseñor Pierbattista Pizzabala, Patriarca Latino de Jerusalén y prologuista del libro.

El libro responde a varias inquietudes. Por una parte, es un mensaje dirigido al Sínodo; por otra parte, revela los doce años que Paniello lleva en Tierra Santa. En apenas doscientas páginas, Paniello expresa lo que para él ha supuesto vivir en Jerusalén desde 2010, sobre todo para atender una iniciativa de miembros del Opus Dei: Saxum, un centro inaugurado en 2019 que ayuda a los visitantes a profundizar en el conocimiento de Tierra Santa. El germen de Saxum es, precisamente, el ansia incumplida de Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, de peregrinar a la patria de Jesús. Su deseo lo realizó Álvaro del Portillo, sucesor de Escrivá. Sin embargo, fue lo último que hizo en esta vida. En marzo de 1994, monseñor del Portillo viajó a Tierra Santa, y en la capilla del Cenáculo celebró la que sería su última misa. Horas después entregó el alma, nada más regresar a Roma. Faltaban cuatro días para el Domingo de Ramos.

Saxum está situado unos diez kilómetros al noroeste de Jerusalén, a mitad del trayecto hacia las ruinas de Emaús Nikópolis, enclave junto a la frontera de Palestina e Israel. Esta circunstancia determina la experiencia de Paniello y su libro. Porque, como también comenta monseñor Pizzabala, el Camino de Emaús es un tipo específico de peregrinación que supone dejarse acompañar por Cristo. Como explican en el libro, «Jesús camina hacia Emaús junto con los discípulos, los escucha y les hace ver sus errores». A ellos les arde el corazón. Y esa es la mecánica del libro; junto con algunos apéndices de explicación histórica, casi todas sus páginas recrean lo que sería el diálogo entre Cristo y los discípulos. Un coloquio entre un Cristo que –como hace Dios muchas veces– está medio oculto. No deslumbra, sino que atiende, acoge, escucha, comprende al hombre. Como dice Pizzabala, los cambios que Cristo genera en el corazón del hombre no resuelven los problemas del día a día, pero despiertan una actitud, un modo de estar en el mundo. Asimismo, y en palabras de Paniello, «el peregrino reza donde Jesús rezó».

Como comenta monseñor Pizzabala, el Camino de Emaús es un tipo específico de peregrinación que supone dejarse acompañar por Cristo

Paniello relata todas las transformaciones espirituales que le supone habitar en Tierra Santa. «Jesús es judío, vivió el judaísmo que está en la raíz del cristianismo», comenta. Viviendo en Jerusalén, «he valorado el Antiguo Testamento, porque la liturgia católica se refiere al judaísmo del siglo I».

¿Por qué camináis tristes? de Joaquín Paniello

En su opinión, la visita a Tierra Santa es un modo de conocer y ver el Antiguo Testamento, los sacrificios de la Antigua Alianza, pues, a la vez que Jesús predica en consonancia con la Escritura, está prefigurando su Cruz, el Sacrificio definitivo. Comenta Paniello: «Los católicos conocemos poquito el Antiguo Testamento».

Explica que los primeros cristianos, que eran judíos, conocían al dedillo las profecías de la Escritura. Y entendieron que en Jesús se cumplían las profecías. «Hay un plan de Dios en Jesús, que viene de siglos antes, desde Jacob», comenta Paniello parafraseando a San Justino.

En este sentido, explica que, cuando Cristo va a morir, grita: «Elí, Elí, lama sabakhthani», lo cual no es sino el comienzo de un salmo, un modo explícito de orar y señalar cómo la Escritura Sagrada apunta justamente hacia ese momento. Como punto curioso, este sacerdote comparte que, gracias a una judía residente en Israel y buena conocedora del Evangelio, ha entendido mejor el Nuevo Testamento. En concreto uno de los significados de que el velo del Templo, al morir Cristo, se rasgara. «Dios Padre se rasga las vestiduras como duelo por la muerte de su Hijo».