El Santuario de Aránzazu
Una de las etimologías que suele manejarse para explicar el nombre y origen de la advocación mariana del Santuario de Aránzazu es la expresión vascuence «¡Arantzan zu!», que en castellano significa «¡Entre espinos, tú!». Se asume que la Virgen se apareció a un pastor en el s. XV, y el buen hombre, sorprendido, reaccionó con esa exclamación que, a fin de cuentas, es el motivo por el que muchas mujeres que llaman Arantza, Arancha o Aránzazu. El santuario, sin embargo, es moderno. Obra de Sáenz de Oiza, el arquitecto de las Torres Blancas de Madrid, y de Luis Laorga. Ambos también levantaron la Basílica Hispanoamericana Nuestra Señora de la Merced, de estilo brutalista y enormes vidrieras. También se pueden admirar obras de Néstor Basterretxea, Oteiza y Chillida. Por tanto, un santuario mariano donde el rosario puede convivir con las discusiones estéticas.