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.El cardenal Robert Sarah ha impartido un retiro en Cracovia..AFP

Robert Sarah reaparece en un retiro espiritual para arremeter contra el ateísmo

A juicio del cardenal guineano, «el orgullo y la autosuficiencia conducen a oscurecer la inteligencia, cerrar el corazón y destruir a Dios»

el Cardenal Robert Sarah ha reaparecido en Polonia para dirigir el retiro organizado por el Centro de Formación Espiritual de Cracovia, según información del medio polaco Niedziela. El retiro espiritual se enmarcaba dentro de las celebraciones del 25 aniversario del Centro Espiritual Salvatoriano.

El rechazo de Dios

Robert Sarah, ex–prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos entre 2014-2021 ha subrayado que «Dios se deja encontrar por aquellos que lo buscan», pero que el «hombre posmoderno» no solo no lo busca, sino que lo rechaza. Siguiendo a san Juan Pablo II, Sarah insistió en las características y contenidos de una cultura que, a menudo, son «contrarios al Evangelio y a la dignidad humana».

El orgullo y la autosuficiencia conducen a oscurecer la inteligencia, cerrar el corazón y destruir a DiosRobert Sarah

Ha llamado la atención sobre las consecuencias de «rechazar a Dios en las sociedades contemporáneas, afectando también a la Iglesia». En este sentido, ha recordado la «profunda crisis de valores humanos y morales fundamentales, así como la confusión en la Iglesia acerca de la verdad revelada por Dios», que «surge de la pérdida de sacralidad de la liturgia, y su consecuencia es el debilitamiento de la identidad sacerdotal. La fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía se debilita», ha lamentado.

A su juicio, «el orgullo y la autosuficiencia conducen a oscurecer la inteligencia, cerrar el corazón y destruir a Dios».

Dios no se impone, no viene como vencedor, sino como enamoradoRobert Sarah

«Para aceptar la revelación traída por Jesús, debo reconocer que soy pequeño, que soy un mendigo ante Dios, que necesito una salvación que solo Dios puede dar. Sin embargo, –tal y como ha señalado–, Dios no tiene entrada en nuestras vidas si somos adoradores de nuestro ego».

«Dejemos de adorarnos a nosotros mismos. Reconozcamos que somos pequeños, para aprender de Aquel que es Dios humilde y manso de corazón», ha recordado el cardenal guineano, añadiendo para finalizar que en cada Eucaristía, «Dios viene a nosotros manso, humilde, pequeño como nada», e invitando a mirar a Jesús: «Dios todopoderoso, humilde», que «no se impone, no viene como vencedor, sino como enamorado de su novia, que somos nosotros. Que entre y habite en nosotros», ha suplicado.

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