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El cardenal Celso Costantini y el Papa Pio XIICelsocostantini

La profecía china de Costantini y la difícil relación Pekín–Vaticano

El cardenal italiano fue el primer Delegado Apostólico en China y el precursor del diálogo vaticano con Pekín

Hace ya un siglo, el obispo italiano Celso Costantini llegó a Pekín enviado por el Papa Pío XI como primer delegado apostólico en China y en una misión secreta para protegerla del sabotaje de las potencias europeas.

«De cara sobre todo a los chinos –escribiría más tarde Costantini, recordando su llegada al destino– me pareció oportuno no acreditar en modo alguno la sospecha de que la religión católica pudiese parecer estar bajo protección o, peor aún, se viese como instrumento político al servicio de las naciones europeas.

Quise reivindicar mi libertad de acción en el ámbito de los intereses religiosos, negándome a ser acompañado ante las autoridades civiles locales por representantes de naciones extranjeras. Habría dado la impresión de estar subordinado en China a esos Representantes».

Contra la imposición de una cultura

El cardenal Celso Costantini (1876-1958), precursor del diálogo vaticano con Pekín, fue el primer Delegado Apostólico en China, de 1922 a 1933. En esos años, Costantini consiguió que se celebrara el primer Concilio Nacional de la Iglesia Católica en China (Shanghái, 1924) y que diera comienzo el proceso de «descolonización» eclesial, luchando contra los restos del Protectorado y todas las formas que pudieran imponer la cultura europea a la presencia católica en Extremo Oriente, acabando por presentarla como un correlato religioso de la expansión occidental en aquellas tierras.

Gracias al cardenal Costantini, los primeros 6 obispos chinos ordenados en los tiempos modernos fueron consagrados por el Papa Pío XI en la Basílica de San Pedro del Vaticano el 28 de octubre de 1926. En 1927, Costantini promovió la fundación de la Congregatio Discipulorum Domini (CDD), el primer instituto religioso clerical de China. Con su apoyo se fundó también la primera universidad católica de China, Fu Ren, ahora en Taiwán.

La Delegación Apostólica en Pekín no fue elevada al rango de nunciatura hasta después de la guerra, en 1946. Ese mismo año, Pío XII estableció la Jerarquía Episcopal China, reconociendo su autonomía de gobierno respecto a Occidente, cuyo resultado se logró gracias a la paciencia y tenacidad de Celso Costantini, que había seguido apoyando el florecimiento de la Iglesia católica autóctona en China desde Roma, donde se había convertido en Secretario de la Congregación de Propaganda Fide en 1935.

Costantini ocupó el cargo de Secretario del Dicasterio Misionero hasta 1953. El Papa Pío XII lo creó Cardenal en el Consistorio del 12 de enero de 1953. Falleció en Roma el 17 de octubre de 1958. En septiembre de 2016, la Conferencia Episcopal de Triveneto –de donde era originario– anunció que se había pronunciado favorablemente «sobre el inicio de la causa de beatificación del cardenal Costantini (1876-1958), figura de notable impulso misionero y caridad pastoral, así como evangelizador de China», y ejemplo de encuentro y diálogo abierto con el siempre misterioso temperamento asiático.