Estos son los países donde más se participa en Misa
La Encuesta Mundial de Valores arroja conclusiones sorprendentes sobre la práctica religiosa de los católicos: el país donde más practican es Nigeria; donde menos, los Países Bajos
¿Cuál es el país con el mayor porcentaje de católicos que participan en Misa al menos una vez por semana? La séptima oleada de la Encuesta Mundial de Valores (World Values Survey, WVS) sorprende, acabando con muchos lugares comunes y dibujando un nuevo mapamundi de la religiosidad católica.
El estudio, que se realiza desde los años ochenta, ofrece datos sobre 36 países con un elevado número de católicos. No se basa en el número total de bautizados, sino que adopta como criterio la respuesta de los encuestados que se declaran católicos. Los datos del estudio han sido ahora analizados por el Centro para la Investigación Aplicada al Apostolado (CARA, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Georgetown, en actividad desde 1964.
Nigeria, Kenia y El Líbano, los más practicantes
Nigeria es el país donde los que se consideran católicos dicen asistir en mayor porcentaje a Misa semanalmente (el 94 %), seguido de Kenia (73 %) y el Líbano (69 %). El siguiente segmento de países, donde la mitad o más de los católicos asiste todas las semanas a la Eucaristía abarca a Filipinas (56 %), Colombia (54 %), Polonia (52 %) y Ecuador (50 %).
Les siguen Bosnia y Herzegovina (48 %), México (47 %), Nicaragua (45 %), Bolivia (42 %), Eslovaquia (40 %), Italia (34 %) y Perú (33 %).
España, con Croacia
En la lista siguen después Venezuela (30 %), Albania (29 %), España (27 %), Croacia (27 %), Nueva Zelanda (25 %) y el Reino Unido (25 %).
Estados Unidos no forma parte de este estudio. Ahora bien, el Centro para la Investigación Aplicada al Apostolado revela que el 24 % de los católicos de Estados Unidos asistían a Misa una vez por semana antes de la pandemia, en 2019. En 2022, ese número descendió al 17 %, aunque está complementado por el 5 % que ahora sigue la Misa por Internet o televisión desde su casa.
Otros países con una asistencia a Misa similar a la de España son Hungría (24 %), Eslovenia (24 %), Uruguay (23 %), Australia (21 %), Argentina (21 %), Portugal (20 %), República Checa (20 %) y Austria (17 %).
Los niveles más bajos de asistencia semanal se observan en Lituania (16 %), Alemania (14 %), Canadá (14 %), Letonia (11 %), Suiza (11 %), Brasil (8 %), Francia (8 %) y Países Bajos (7 %).
Católicos que se consideran «religiosos»
La Encuesta Mundial de Valores también ha planteado una segunda pregunta a las personas que se consideran a sí mismas como católicas: «Independientemente de si usted va a la iglesia o no, ¿cómo se considera?». El sondeo da a escoger cuatro respuestas posibles: «Religioso»; «No religioso»; «Ateo»; o «No lo sé».
Entre los católicos que han respondido al sondeo en Uruguay, el 97 % se considera a sí mismo como «religioso». Curiosamente, en ese país, solo el 23 % de los que se dicen católicos asisten a Misa semanalmente. En la sociedad que los filósofos definen como «líquida», se rompe, de este modo, la adecuación teórica entre «religioso» y «practicante».
A Uruguay le siguen después Nigeria (95 %), Albania (94 %), Eslovaquia (93 %), República Checa (92 %), Italia (92 %), Lituania (92 %), Kenia (92 %), Colombia (92 %), Bolivia (91 %) y Polonia (90 %).
Tienen también elevados porcentajes de católicos que se consideran como «religiosos» Croacia (88 %), Bosnia-Herzegovina (88 %), Eslovenia (87 %), Hungría (86 %), Portugal (85 %), Letonia (85 %), Perú (84 %), Filipinas (83 %), Ecuador (82 %), Brasil (82 %), Argentina (79 %), Países Bajos (78 %), México (77 %) y Nicaragua (76 %).
Los católicos de Estados Unidos se sitúan justo por debajo de este grupo, con un 74 % que se considera una persona religiosa. Le siguen Francia (72 %), Austria (69 %), Australia (67 %), España (67 %), Alemania (65 %), Suiza (63 %), Líbano (62 %), Reino Unido (59 %), Venezuela (57 %), Canadá (55 %) y Nueva Zelanda (55 %).
En cuanto a la identificación como «religioso», los católicos de Estados Unidos y España no son muy distantes (74 % y 67 %, respectivamente). El 27 % de los españoles que se profesan católicos asiste a misa semanalmente, frente al 24 % de los católicos de Estados Unidos antes de la pandemia.
El (ya no) «continente de la esperanza»
Los resultados de este estudio replantean lugares comunes. El primero que salta a la vista es que los países hispanoamericanos, evangelizados por España y Portugal, bautizados por Juan Pablo II como el «continente de la esperanza», por el gran dinamismo que en años anteriores experimentaba en ellos la Iglesia católica, viven hoy una secularización galopante.
Sorprende que solo el 8 % de los que se dicen católicos en Brasil se considere practicante, seguido del 20 % en Portugal, el 21 % en Argentina y el 23 % en Uruguay. Todos estos porcentajes de práctica religiosa son inferiores a los de España (27 %).
La riqueza influye
El estudio arroja una segunda conclusión: la renta per cápita en un país afecta a la práctica religiosa, pero no necesariamente al hecho de que una persona se considere «religiosa».
En general, se puede notar que frecuentemente cuando sube la renta per cápita desciende la práctica dominical. Como es normal, hay algunas excepciones. La más sorprendente es Brasil, donde los que se profesan católicos tienen una baja práctica religiosa (8 %).
Por el contrario, hay países con elevada renta donde sus católicos se consideran «religiosos», aunque tengan bajos niveles de práctica. El caso más sorprendente es Italia (92 % de «religiosos» entre los católicos). Sorprenden también los porcentajes de Países Bajos (78 %), Francia (72 %), Austria (69 %) y Australia (67 %), países con una mayor renta per cápita que España, y con un mayor porcentaje de católicos que se consideran «religiosos» –en España, son el 67 %–.
En su análisis del estudio, el Centro para la Investigación Aplicada al Apostolado (CARA) advierte que la práctica dominical declarada por los propios encuestados puede estar inflada por un sesgo de imagen social del entrevistado ante el entrevistador. Sin embargo, los analistas consideran que este sesgo puede ser relativamente similar en todas las poblaciones. Por lo tanto, las diferencias entre países son probablemente exactas, aunque los niveles reales de asistencia a Misa puedan ser inferiores a los declarados.