Semana Santa 2023
Jueves Santo, y después salieron a la noche amarga
Jesús celebraba el Seder con sus discípulos. Como judíos respetaban y honraban su tradición con fervor, y primorosamente dispusieron la cena
Mientras las calles españolas están repletas de oleadas de gentes que asiste a las procesiones, de ruido y de tambores, también de belleza, de luz y amor de los cofrades, en el silencio de una casa discreta de Jerusalén Jesús celebraba el Seder con sus discípulos. Como judíos respetaban y honraban su tradición con fervor, y primorosamente dispusieron la cena.
Como un buen judío
Aquel día representa la gran jornada de los cambios, cuando también se instituyó la Eucaristía. El día en que el viejo y el nuevo orden se daban cita en una sencilla mesa, y las metáforas de la tradición bíblica en forma de alimentos originaron esa nueva forma de entender la alianza con Dios. El pan y el vino. El matzá y el tinto.
Jesús celebraba el Seder como buen judío. Esto significaba el orden del banquete de Pascua, que fue preparado por los discípulos y respetado por todos los asistentes a aquella Última Cena. Una celebración en la que no debían faltar algunos alimentos porque tenían un significado muy profundo y bien conocido. Aunque su simbolismo cambió a partir de aquella noche.
Conocemos algunos de los alimentos que tomaron, y podemos intuir la presencia de otros que formaban parte de la tradición. Era el Pésaj, la celebración de la Pascua judía, cuando no se tomaban panes fermentados, que se sustituían por matzá. Unas tortas finas de pan crujiente sin fermentar consumido en recuerdo de la liberación del pueblo judío de Egipto. En memoria de aquella legendaria noche en la que se vieron obligados a salir tan rápidamente que cocieron el pan sin fermentar. El término matzá significaba «el pan de la aflicción», era tan sencillo que solamente llevaba agua y harina, y estaba tan apresuradamente elaborado que solo había pasado por el fuego, sin fermentar previamente. Y en la cena de Pesaj, un torta de pan matzá se rompía y se dividía entre los asistentes a la cena, en símbolo de unidad, de comunidad. Después, aquel sencillo acto adquirió el significado trascendente que tiene hoy para los cristianos, la comunión.
El protagonista de la cena pascual era el cordero. Un cordero joven que se había sacrificado previamente en las instalaciones del templo, y del que se extraía toda la sangre, una de las prescripciones de la religión judía era no consumir sangre. También se evitaba romper los huesos durante la elaboración (de nuevo el significado de las profecías), y se asaba sobre una gran cruceta que mantenía abierta la pieza, permitiendo el asado de forma regular por todas las partes ¿Imaginan el olor de Jerusalén cuando se asaban cientos de corderos en la misma jornada?
La amargura de la noche
En aquella mesa también hubo hierbas amargas (hojas de verduras como lechuga o endivia quizás), aliñadas con vinagre, recordatorio de las amarguras sufridas durante la esclavitud en Egipto. A aquel país habían entrado libres en tiempos de José, pero terminaron convirtiéndose en siervos, después llegó la liberación. También aceite de oliva y aceitunas, y quizás algún guiso corriente del tipo de un estofado de legumbres, muy denso, que se tomaba con ayuda de tortas de pan, y no con cuchara. Incluso algún pescado pudo formar parte de la celebración, no olvidemos la profesión de muchos de los discípulos, que eran pescadores.
La bebida era el vino, un vino tinto bebido en la misma copa que todos volvieron a compartir, lo que significa de confianza, de familiaridad entre los asistentes, una copa que bien puede encontrarse en España y ser alguna de las que la tradición marca como santos cálices, una copa tallada en piedra, un recipiente apropiado para una celebración. En la tradición judía son cuatro las copas que se beben, porque cada pequeña cuestión tenía un significado: la primera copa era el Kiddush o la copa de la celebración. La segunda, la del Juicio, tiene una hermosa tradición, dando lugar a que el niño más pequeño de la mesa pregunte al padre sobre lo que ocurrió en el éxodo. Se canta el salmo 114, «Cuando Israel salió de Egipto…» La tercera copa es la que representa la cena que está sobre la mesa, es la copa de la Redención, que es justamente con la que Jesús instituyó la Eucaristía. Con la cuarta copa finaliza el rito pascual, y es justamente la copa que los Evangelios no reflejan que bebió.
Cenaron, cumplieron la tradición y amaneció una nueva alianza. Después de la cena salieron a la noche amarga de espera del Monte de los Olivos. En silencio de nuevo, que es cuando suceden las cosas más importantes, en compañía de los discípulos que estaban tan cansados que se durmieron.