Bernardito Auza se hace rociero siguiendo la estela de San Juan Pablo II
La religiosidad popular de Andalucía no le es ajena a monseñor Auza, que años atrás ha presidido varias funciones de hermandades, como la de la Vera-Cruz de Alcalá del Río
El Rocío es una de las manifestaciones de religiosidad popular católica más importantes y multitudinarias de España. Como cada año, cientos de miles de personas peregrinan a la aldea de El Rocío, en el municipio de Almonte (Huelva), para rendir homenaje a la Virgen del Rocío, este año el Nuncio Apostólico Bernardito Auza ha sido una de las sorpresas en este Rocío 2023.
Monseñor Bernardito Cleopas Auza, Nuncio de Su Santidad en España, invitado por el obispo de Huelva y del presidente de la Hermandad Matriz del Rocío de Almonte, participó este fin de semana en diferentes actos de la Romería del Rocío, presidiendo la Misa Pontifical del Domingo de Pentecostés en el Real del Rocío.
El nuncio llegó a la aldea del Rocío, municipio de Almonte (Huelva), la tarde del sábado. La religiosidad popular de Andalucía no le es ajena a monseñor Auza, que años atrás ha presidido varias funciones de hermandades, como la de la Vera-Cruz de Alcalá del Río por el aniversario de la coronación de su titular, la Virgen de las Angustias, o la de la Macarena.
El salto de la reja
San Juan Pablo II fue nombrado a cada instante por el nuncio, durante la misa, quien recuerdo varios de los mensajes que el papa polaco, incluyó en el discurso pronunciado desde el balcón que mira a la marisma. –«¡Qué todo el mundo sea rociero!» –«la mejor publicidad y promoción de la Virgen del Rocío».
Monseñor Auza, en declaraciones, afirma la similitud que hay entre la devoción andaluza y la filipina: «La Iglesia en Filipinas, que es ahora una Iglesia enorme, somos la tercera Iglesia más grande del mundo, después de Brasil y México, absolutamente pienso que nuestra Iglesia es fundamentalmente andaluza, tenemos muchas devociones iguales».
El momento más esperado es el llamado «salto de la reja», la madrugada del lunes de Pentecostés. Los almonteños saltan la reja que separa el altar mayor de la nave central y sacan en procesión a la Virgen del Rocío por las calles de la aldea, un impactante momento en el que la imagen va acompañada por miles de fieles que le expresan su amor y su devoción con vítores, aplausos y peticiones. El lunes 29 ha terminado la procesión regresando a la Virgen a su ermita, colocada nuevamente en su altar.
Entonces, los peregrinos emprenden el camino de vuelta a sus lugares de origen, llevando consigo la alegría y la bendición del Rocío.