Bartolomé I junto al cardenal José Cobo
El cardenal Cobo en el encuentro de oración con Bartolomé I: «La convivencia en Dios y en paz es posible»
El patriarca ecuménico de Constantinopla añadió que «no podemos aceptar que ninguna religión utilice el nombre de Dios para justificar la injusticia»
«Se trata de una visita histórica». Estas fueron las palabras del cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, tras su encuentro con Bartolomé I, patriarca ecuménico de Constantinopla el pasado domingo en la catedral de Santa María la Real de la Almudena.
«Esta unión resuena mucho más fuerte teniendo en cuenta los acontecimientos que están ocurriendo en Tierra Santa», comentó el arzobispo de Madrid, en la que fue la primera vez que un patriarca viajó a nuestro país para celebrar el 50 aniversario de la catedral del Patriarcado ecuménico en Madrid y del 30 aniversario de la creación de la metrópolis de España y Portugal.
En la visita estuvieron acompañados por el obispo de España y Portugal de la Iglesia ortodoxa de Rumanía, Timotei; por el reverendo Alfredo Abad, presidente de la Iglesia evangélica española, y por la reverenda Melanie Mitchell, de la Community Church of Madrid. Dentro de los representantes católicos, destacó la presencia del cardenal Carlos Osoro, arzobispo emérito de Madrid, y del obispo de Getafe y su auxiliar, Ginés García Beltrán y José María Avendaño.
Tal y como recoge la Archidiócesis de Madrid, las palabras de Bartolomé I y del cardenal Cobo estuvieron marcadas por «una gran sintonía de temas». Primero recodaron y agradecieron a los papas san Juan XXIII y San Pablo VI y al patriarca Atenágoras por la existencia de un diálogo ecuménico entre católicos y ortodoxos. Fueron, en palabras de Bartolomé, «visionarios» que «verdaderamente se atrevieron contra todo y contra todos».
En busca de la paz
El acto de reconciliación entre Pablo VI y Atenágoras en Jerusalén, en 1964, le sirvieron al arzobispo de Madrid para recordar el nuevo conflicto que se está produciendo en Tierra Santa. Además, según la Archidiócesis el patriarca ha recordado asimismo el de «la martirizada Ucrania», Armenia, «y tantos otros con frecuencia olvidados».
Frente a esta fría y dura realidad que está viviendo el mundo, el cardenal recordó que «la convivencia en Dios y en paz es posible. Además, aseguró «nuestras Iglesias tienen el deber de ofrecer en Cristo un ejemplo de diálogo y encuentro en un mundo que está sediento de fuentes de fraternidad».
Por su parte, Bartolomé I quiso destacar que la paz se puede realizar «solo a través de una verdadera metanoia». Es decir, «una conversión del corazón que obligatoriamente pasa por la justicia», por el «respeto y reconocimiento mutuo» y por la «colaboración fructífera entre todos los pueblos». Esto implica, aseguró, «una renovada economía mundial atenta a las necesidades de los más pobres».
Además, añadió que «no podemos aceptar que ninguna religión utilice el nombre de Dios para justificar la injusticia. Debemos desterrar cualquier fanatismo que en nombre de Dios invoca una visión única y no respeta la peculiaridad de cada ser humano».
Tras sus palabras, el cardenal Cobo agradeció la «sensibilidad» del Patriarcado de Constantinopla hacia este tema, en el que «ha sido un auténtico pionero». «Ha iluminado la encíclica Laudato si», del Papa Francisco; y ha inspirado a los católicos a unirse a la celebración del Tiempo de la Creación.
