Las enfermeras mártires de Astorga: tres laicas que dieron su vida por amor a Dios y al prójimo
Su labor fue breve pero intensa. Durante diez días, cuidaron con cariño y profesionalidad a los enfermos, sin distinción de ideología ni condición. Tras un juicio sumarísimo se les ofreció salvar la vida si renunciaban a su fe católica
El 29 de mayo de 2021 se celebró en la catedral de Astorga la beatificación de tres laicas que fueron asesinadas por odio a la fe durante la Guerra Civil Española. Se trata de Pilar Gullón Yturriaga, Octavia Iglesias Blanco y Olga Pérez-Monteserín Núñez, conocidas como las enfermeras mártires de Astorga.
HM Televisión ha publicado el tráiler del corto Cartas desde el Valor. Enfermeras mártires de Astorga que será estrenado el próximo 28 de octubre de 2023. Esta producción presenta el martirio de tres jóvenes enfermeras españolas: Olga, María del Pilar y Octavia (23, 25 y 41 años). Es fruto del trabajo de las 25 participantes en el II Curso de Medios de Comunicación para chicas, organizado de forma conjunta por HM Televisión y el Hogar de la Madre.
Estas tres mujeres, que no pertenecían a ninguna orden religiosa ni asociación apostólica, se ofrecieron voluntariamente para atender a los heridos en un hospital de campaña del bando nacional en Pola de Somiedo, Asturias. Allí llegaron el 18 de octubre de 1936, procedentes de Astorga, donde vivían con sus familias.
Su labor fue breve pero intensa. Durante diez días, cuidaron con cariño y profesionalidad a los enfermos, sin distinción de ideología ni condición. También compartieron su fe y su esperanza con los médicos, los soldados y los vecinos del pueblo. Su testimonio impresionó a todos los que las conocieron.
Sin embargo, el 28 de octubre, el hospital fue atacado por las tropas republicanas. Las tres enfermeras fueron capturadas y sometidas a un juicio sumarísimo. Se les acusó de ser espías y colaboradoras del enemigo. Se les ofreció la posibilidad de salvar la vida si renunciaban a su fe católica. Ellas se negaron y afirmaron con valentía que eran cristianas y que morían perdonando a sus verdugos.
Fueron fusiladas en el cementerio de Pola de Somiedo, junto a otros cuatro compañeros del hospital. Sus cuerpos fueron arrojados a una fosa común, donde permanecieron hasta 1941, cuando fueron exhumados e identificados. Sus restos fueron trasladados a Astorga, donde recibieron sepultura en la iglesia de San Bartolomé.
Su causa de beatificación se inició en 2006, impulsada por una fundación creada por los sobrinos de Pilar Gullón. En 2018, el papa Francisco reconoció el martirio de las tres enfermeras y firmó el decreto que las declaraba beatas. La ceremonia de beatificación fue presidida por el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
En su homilía, el cardenal Becciu destacó que las nuevas beatas fueron «tres laicas normales que vivían con sus familias en aquella España azarosa y convulsa del año 1936». Añadió que «su martirio no fue fruto del azar o de la casualidad, sino consecuencia lógica de una vida entregada a Dios y al prójimo». Asimismo, las presentó como «un ejemplo luminoso para los cristianos de hoy, llamados a ser testigos valientes y coherentes del Evangelio en medio del mundo»
La beatificación de las enfermeras mártires de Astorga ha sido un acontecimiento histórico y eclesial para la diócesis de Astorga y para toda España. Ha sido también una ocasión para recordar y honrar a todos los mártires que derramaron su sangre por Cristo durante la persecución religiosa del siglo XX. Su memoria nos invita a renovar nuestra fe y nuestro compromiso con Dios y con los hermanos, especialmente con los más necesitados.