Este es el origen del Belén napolitano, la tradición navideña que llegó a España en el siglo XVII

El Belén napolitano es una de las expresiones artísticas más ricas y populares de la Navidad. Se trata de un conjunto de figuras de terracota, vestidas con ropas de época, que recrean el nacimiento de Jesús y la vida cotidiana de la ciudad de Nápoles en el siglo XVIII. Pero ¿cómo llegó esta tradición a España y qué la hace tan especial?

El origen del belén napolitano se remonta al siglo XV, cuando los virreyes españoles que gobernaban el reino de Nápoles encargaban a los artesanos locales escenas del nacimiento para regalar a sus familiares o a los monasterios de su tierra natal. Así, el belén más antiguo que se conserva en España es el de Palma de Mallorca, conocido como Belén de Jesús, atribuido a la familia de los Alamanno, residente en Nápoles.

Sin embargo, fue con la llegada al trono de Carlos III, que había sido rey de Nápoles entre 1734 y 1759, cuando el belén napolitano se popularizó en la corte española. El monarca trajo consigo varios grupos de figuras que hizo colocar en sus palacios, y encargó otros a los maestros napolitanos y españoles. El más famoso es el llamado Belén del Príncipe, que mandó hacer para su hijo Carlos IV, y que está compuesto por más de 600 figuras originales, de las que se conservan unas 80 en Patrimonio Nacional.

El belén napolitano se caracteriza por su realismo, su colorido y su variedad. Además de la escena del nacimiento, que suele quedar en un segundo plano, se representan otras escenas bíblicas, como la Anunciación, la Adoración de los Reyes Magos o la Huida a Egipto, y escenas profanas, como el mercado, la taberna, el palacio o el puerto. El objetivo es mostrar la encarnación de Dios en la historia y en la cultura de un pueblo, y reflejar la alegría y la esperanza que trae el nacimiento de Jesús.

En España, hay varios lugares donde se puede admirar un belén napolitano, tanto en museos como en iglesias o palacios. Algunos de los más destacados son:

• El Belén del Príncipe, en el Palacio Real de Madrid. Es el más famoso y el más antiguo, compuesto por más de 600 figuras originales, de las que se conservan unas 80. Se puede visitar de forma gratuita en el mismo horario de apertura que el Palacio.

• El Belén de Jesús, en el convento de Santa Clara de Palma de Mallorca. Es el más antiguo que se conserva en España, del siglo XV, atribuido a la familia de los Alamanno, residente en Nápoles.

• El Belén de la catedral de Sevilla. Es uno de los más grandes y completos, con más de 400 figuras, algunas de ellas de gran valor artístico. Se puede visitar con la entrada a la Catedral.

• El Belén de la iglesia de San Antonio de los Alemanes, en Madrid. Es uno de los más recientes, inaugurado en 2019, con más de 100 figuras realizadas por artesanos napolitanos. Se puede visitar con la entrada a la Iglesia.

El belén napolitano es, pues, una obra de arte que combina la fe, la tradición y la creatividad. Es una invitación a contemplar el misterio de la Navidad con los ojos de la infancia, y a descubrir a Dios en medio de lo cotidiano. Es una herencia que nos legó Carlos III, el rey ilustrado que supo apreciar la belleza y la devoción de esta manifestación popular.