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Peter Shao ZhuminA.N.

Arrestan de nuevo al obispo chino de Wenzhou

Al detenerle, las autoridades dijeron a Peter Shao Zhumin, de 61 años, que cogiera ropa para cada estación del año

El 2024 ha empezado para los católicos chinos con la detención del obispo Peter Shao Zhumin, de 61 años, de la diócesis de Wenzhou, en la provincia oriental de Zheijiang, al sur de Shanghai. Este obispo no es reconocido por el Gobierno chino, por lo que las autoridades lo encarcelan de forma habitual para impedirle llevar a cabo su ministerio.

Las fuerzas de seguridad detuvieron a Shao la noche del pasado miércoles 3 de enero. Según han contado fuentes locales a Asia News, le ordenaron llevar ropa para las cuatro estaciones del año, algo que según el informante sugiere que la situación no es «prometedora». «Probablemente permanecerá detenido durante mucho tiempo», afirma. Los feligreses están preocupados al no saber ni siquiera dónde está detenido.

Shao fue nombrado por el Vaticano obispo coadjutor de Wenzhou en 2011 y tras el fallecimiento de Vincent Zhu Wei-Fang en septiembre de 2016 se convirtió en obispo titular. Tras su nombramiento, se negó a unirse a los organismos oficiales impuestos por el régimen a los católicos chinos, por lo que nunca ha sido reconocido por las autoridades. El Gobierno, al considerar la sede vacante, ha puesto al cargo de la diócesis a un miembro de la Asociación Patriótica China, el sacerdote Ma Xianshi.

Durante las festividades, Shao ha sido detenido de manera periódica para impedirle presidir celebraciones públicas. No obstante este año, fue apresado el 16 de diciembre de 2023 y soltado tan solo dos días después. El 24 y 25 de diciembre fue obligado a desplazarse al condado de Taishun para que no celebrar la Misa de Navidad. Su detención ha llegado unos días más tarde, a raíz de una carta que el obispo escribió a Ma Xianshi el 31 de diciembre en la que afirmaba que tenía que protestar por las decisiones tomadas sobre la diócesis sin su autoridad.

Las relaciones entre China y el Vaticano son tensas, sobre todo en lo que refiere al nombramiento de la jerarquía eclesial en el país. El acuerdo firmado entre la República Popular y la Santa Sede de 2018 –renovado en dos ocasiones: en octubre de 2020 y de 2022– establece que el nombramiento de obispos ha de ser una decisión acordada entre el Vaticano y las autoridades de Pekín. China se ha saltado el acuerdo en varias ocasiones nombrado obispos de manera unilateral, como en abril de 2023 con el obispo de Shanghái (que finalmente la Santa Sede aceptó) o en noviembre de 2022, cuando las autoridades nombraron un obispo auxiliar para Jiangxi, sede episcopal que además no está reconocida oficialmente por el Vaticano.