Nicaragua vive una profunda crisis económica, social e institucional donde la Iglesia está tratando de mediar
Ya son 170 los sacerdotes de Nicaragua que han sido desterrados o se les impide volver al país
Según el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos, el pasado diciembre hubo una redada sin precedentes
El régimen de Daniel Ortega tiene a la Iglesia en el punto de mira. Ya van 170 sacerdotes que han sido desterrados, expulsados o se les ha impedido regresar a su país y 76 monjas.
Entre ellos se encuentran tres obispos de la Conferencia Episcopal nicaragüense. Además, en esta lista elaborada por el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos, se hallan también 12 sacerdotes que el régimen sandinista encarceló y posteriormente desterró al Vaticano el pasado agosto, más 19 religiosos que corrieron la misma suerte este mes de enero.
El pasado 14 de enero, gracias a la diplomacia de la Santa Sede, se llegó a un acuerdo para el envío al Vaticano de los obispos nicaragüenses que estaban en prisión, Isidoro Mora y Rolando Álvarez, junto con 15 sacerdotes y dos seminaristas que también habían sido encarcelados en medio de una ola de arrestos de religiosos que tuvo lugar los últimos días de 2023.
Así, Álvarez y Mora se suman en el destierro al obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, a quien el Papa Francisco ordenó en 2019 dejar su país por razones de seguridad. Fue despojado de su nacionalidad y de sus derechos como ciudadano Nicaragüense. Ahora residen en Miami y recientemente ha viajado hasta Roma para reunirse con el Papa Francisco, quien ha confirmado su autoridad, aun en el exilio, en la Iglesia de Nicaragua.
Entre los religiosos sacados de la cárcel y del país, diez pertenecen a la archidiócesis de Managua, Masaya y Carazo, dirigida por el cardenal Leopoldo Brenes. «En las últimas semanas de diciembre, el régimen dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo ejecutó una redada sin precedentes en la que detuvo arbitrariamente al menos a 18 miembros de la Iglesia católica», explica el informe de Raza e Igualdad.
La excarcelación de los religiosos nicaragüenses ocurrió dos semanas después de que el Papa Francisco, tras el rezo del primer Ángelus del año, expresara su «preocupación» por la detención de sacerdotes católicos en Nicaragua, y pidiera que «se busque siempre el camino del diálogo» para superar los problemas.
