Las reliquias viajeras de santa Teresa: de la mano izquierda en Ronda a la derecha troceada por Europa
Tras su muerte, santa Teresa fue debidamente troceada y repartida por el mundo. Uno de sus pies y su mandíbula viajaron hasta Roma y los dedos de su mano derecha viajaron hasta París, Bruselas o Sevilla
La falta de vocaciones está haciendo mella en los monasterios españoles. En el convento de las Carmelitas Descalzas de Ronda bien lo saben y por ello están haciendo campaña para buscar nuevas monjas para vivir con ellas. Allí se custodia la mano incorrupta de santa Teresa de Jesús, la fundadora de la orden, pero tan solo su mano izquierda.
Ante la noticia de que las Carmelitas Descalzas de Ronda podrían cerrar sus puertas si no encuentran dos hermanas más, se planea el futuro de la reliquia de la primera Doctora de la Iglesia. Podría volver así a Ávila, donde con esa misma mano la abulense más ilustre escribió gran parte de su obra.
Allí la esperaría parte de su otra mano, la derecha: el dedo anular se conserva en la sala de reliquias del convento de Santa Teresa, una clavícula, en el convento de San José, y un hueso, custodiado en el convento de la encarnación. En la ciudad natal de santa Teresa de Jesús, se guardan también reliquias de segundo grado, algunos objetos que usaba la mística en su vida diaria, como su bastón, las sandalias, las plumas y el cilicio, entre otras.
Además de su mano incorrupta, ha sobrevivido al paso del tiempo uno de sus brazos, el izquierdo, que tienen a buen recaudo en el convento de la Anunciación de las Madres Carmelitas en Alba de Tormes, Salamanca. Allí guardan también un relicario que contiene nada menos que el corazón de Teresa de Jesús.
Diez meses después de su muerte, en octubre de 1582, el cuerpo de la mística fue exhumado y descubrieron que estaba incorrupto. Desde Alba de Tormes, donde había fallecido, el padre Jerónimo Gracián, provincial de las Carmelitas llevó la mano izquierda a Lisboa (aunque acabaría en Ronda). Tiene una peculiaridad: le falta el dedo meñique; que Gracián le cortó y se quedó para sí.
Santa Teresa fue debidamente troceada y repartida por el mundo. Uno de sus pies y su mandíbula viajaron hasta Roma. Hay dientes suyos en Toledo, Santiago de Compostela y Puebla (México), mientras que los otros dedos de su mano derecha, además de en Ávila, están distribuidos por París, Bruselas, Roma y Sevilla.