Estas son las 13 violaciones graves de la dignidad humana según Dignitas infinita
El prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández, recuerda «los principios fundamentales y los supuestos teóricos para ofrecer importantes aclaraciones»
El nuevo documento del Vaticano Dignitas infinita actualiza la conciencia del magisterio sobre la infinita dignidad humana.
El documento apunta 13 «violaciones graves»:
La pobreza
«Uno de los fenómenos que más contribuye a negar la dignidad de tantos seres humanos es la pobreza extrema, ligada a la desigual distribución de la riqueza», señala el texto.
Tras condenar el «superdesarrollo derrochador consumista», señala que «si algunos nacen en un país o en una familia donde tienen menos oportunidades de desarrollo, hay que reconocer que eso está reñido con su dignidad, que es exactamente la misma que la de quienes nacen en una familia o en un país ricos. Todos somos responsables, aunque en diversos grados, de esta flagrante desigualdad».
La guerra
«Ninguna guerra vale las lágrimas de una madre que ha visto a su hijo mutilado o muerto; ninguna guerra vale la pérdida de la vida, aunque sea de una sola persona humana, ser sagrado, creado a imagen y semejanza del Creador», señala el documento.
Dignidad de los migrantes
«Los emigrantes están entre las primeras víctimas de las múltiples formas de pobreza», indica el texto y añade que «no es solo que su dignidad viene negada en sus países sino que su misma vida es puesta en riesgo porque no tienen los medios para trabajar o para alimentarse» y resalta la importancia de que sean acogidos.
Trata de personas
Dignitas infinita recuerda que «la Iglesia renueva hoy su fuerte llamamiento para que se defienda siempre la dignidad y la centralidad de toda persona, en el respeto de los derechos fundamentales, como destaca su doctrina social».
Esta es una cuestión a la que el Papa Francisco se ha referido en numerosas ocasiones como cuando afirmó que la trata era «una vergüenza para nuestras sociedades que se consideran civilizadas. ¡Explotadores y clientes a todos los niveles deberían hacer un serio examen de conciencia ante sí mismos y ante Dios!».
Abusos sexuales
En este aspecto, el documento señala que el fenómeno de los abusos sexuales «está muy difundido en la sociedad, afecta también a la Iglesia y representa un serio obstáculo para su misión. De ahí su inquebrantable compromiso de poner fin a cualquier tipo de abuso, empezando desde dentro».
Violencia contra la mujer
«Las violencias contra las mujeres es un escándalo global, cada vez más reconocido», reconoce el texto.
«Aunque de palabra se reconoce la igual dignidad de la mujer, en algunos países las desigualdades entre mujeres y varones son muy graves e incluso en los países más desarrollados y democráticos la realidad social concreta atestigua que a menudo no se reconoce a la mujer la misma dignidad que al varón», añade.
En este aspecto, el texto condena el aborto, la poligamia, el «fenómeno del feminicidio»; y propone como medio de agradecimiento a las mujeres el amor a la Virgen María.
El aborto
El documento resalta que «en el caso del aborto se percibe la difusión de una terminología ambigua, como la de ‘interrupción del embarazo’, que tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública. Quizás este mismo fenómeno lingüístico sea síntoma de un malestar de las conciencias».
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De esta manera, apunta que «el aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento».
Maternidad subrogada
En lo referido a los vientres de alquiler, Dignitas Infinita sentencia que «la Iglesia, también, se posiciona en contra de la práctica de la maternidad subrogada, mediante la cual el niño, inmensamente digno, se convierte en un mero objeto».
«La práctica de la maternidad subrogada viola, ante todo, la dignidad del niño y la dignidad de la propia mujer que o se ve obligada a ello o decide libremente someterse».
«Con esta práctica, la mujer se desvincula del hijo que crece en ella y se convierte en un mero medio al servicio del beneficio o del deseo arbitrario de otros», denuncia.
Eutanasia y suicidio asistido
«Está muy extendida la idea de que la eutanasia o el suicidio asistido son compatibles con el respeto a la dignidad de la persona humana», dice el texto.
«Frente a este hecho, hay que reafirmar con fuerza que el sufrimiento no hace perder al enfermo esa dignidad que le es intrínseca e inalienablemente propia, sino que puede convertirse en una oportunidad para reforzar los lazos de pertenencia mutua y tomar mayor conciencia de lo preciosa que es cada persona para el conjunto de la humanidad».
Después de reforzar el uso de los cuidados paliativos, el documento subraya que «la vida humana, incluso en su condición dolorosa, es portadora de una dignidad que debe respetarse siempre, que no puede perderse y cuyo respeto permanece incondicional».
«Ayudar al suicida a quitarse la vida es, por tanto, una ofensa objetiva contra la dignidad de la persona que lo pide, aunque con ello se cumpliese su deseo», denuncia.
Personas con discapacidad
El documento expone que «todo ser humano, sea cual sea su condición de vulnerabilidad, recibe su dignidad por el hecho mismo de ser querido y amado por Dios. Por estas razones, debe fomentarse en la medida de lo posible la inclusión y la participación activa en la vida social y eclesial de todos aquellos que, de alguna manera, están marcados por la fragilidad o la discapacidad».
Ideología de género
Dignitas infinitas trata este punto diciendo que «querer disponer de sí mismo, como prescribe la teoría de género, sin tener en cuenta esta verdad fundamental de la vida humana como don, no significa otra cosa que ceder a la vieja tentación de que el ser humano se convierta en Dios y entre en competencia con el verdadero Dios del amor que nos revela el Evangelio».
«Un segundo aspecto sobre la teoría de género es que pretende negar la mayor diferencia posible entre los seres vivos: la diferencia sexual» entre hombre y mujer. «Esta diferencia constitutiva no sólo es la mayor imaginable, sino también la más bella y la más poderosa», completa.
Cambio de sexo
«Hay que recordar que el cuerpo humano participa de la dignidad de la persona, ya que está dotado de significados personales, especialmente en su condición sexual. Es en el cuerpo, de hecho, donde cada persona se reconoce generada por los demás, y es a través de su cuerpo que el varón y la mujer pueden establecer una relación de amor capaz de generar a otras personas», expone el documento.
De esta manera, «toda operación de cambio de sexo, por regla general, corre el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción».
El texto diferencia el cambio de sexo con «la posibilidad que una persona afectada por anomalías genitales, que ya son evidentes al nacer o que se desarrollan posteriormente, pueda optar por recibir asistencia médica con el objetivo de resolver esas anomalías. En este caso, la operación no constituiría un cambio de sexo en el sentido que aquí se entiende».
Violencia digital
El documento comenta lo relacionado con el ciberacoso, la pornografía, y los juegos de azar. En ese sentido, expone que «el ambiente digital también es un territorio de soledad, manipulación, explotación y violencia, hasta llegar al caso extremo del dark web».
«Es necesario verificar constantemente que las actuales formas de comunicación nos orienten efectivamente al encuentro generoso, a la búsqueda sincera de la verdad íntegra, al servicio, a la cercanía con los últimos, a la tarea de construir el bien común», apunta el texto.