7 de junio, festividad del Sagrado Corazón
Este es el significado del Sagrado Corazón de Jesús: una devoción «para un mundo que ha perdido el suyo»
«He aquí el corazón que tanto ha amado a la gente y en cambio recibe ingratitud y olvido. Tú debes procurar desagraviarme», avisó Cristo aparecido ante una joven religiosa francesa
Una noche, la hermana Margarita estaba en adoración ante el Santísimo Sacramento, como cualquier otro día. Era un viernes, 27 de diciembre de 1673, y lo que la religiosa no sabía es que en aquel momento iba a tener la primera visión de Jesús, que se repetirían por dos años más. Según ella misma dejó por escrito, se encontró «toda penetrada por Su divina presencia». La santa francesa Margarita de Alacoque vivía en el convento de las visitandinas de Paray-le-Monial, donde llevaba 14 meses de profesa.
«El Señor me hizo reposar por muy largo tiempo sobre su pecho divino, en el que me descubrió todas las maravillas de su amor y los secretos inexplicables de su Corazón Sagrado», continúa el relato de aquel primer encuentro, que la dejó durante días impactada, sin poder comer ni beber. Aquel día, en sus siguientes citas cada primer viernes del mes y hasta su muerte, Margarita sufrió una reproducción de la llaga del costado. La primera de las veces, le costó recuperarse y contar lo que le había sucedido a la madre superiora.
Jesús la había elegido para poner en ella su corazón. «He aquí el corazón que tanto ha amado a la gente y en cambio recibe ingratitud y olvido. Tú debes procurar desagraviarme», la avisó. Según ella misma lo describió, la imagen que Cristo le mostraba era el de un Corazón en llamas, coronado de espinas y con una herida abierta de la que brotaba sangre. De su interior, brotaba una cruz.
El 17 de junio de 1689, santa Margarita de Alacoque escribió que el deseo de Jesús era que el rey de Francia consagrase el país a su Sagrado Corazón. Luis XIV no accedió a realizarlo. Hay quien ha visto una relación entre esto y que ese mismo día pero cien años después, se declarase la Asamblea Nacional de la Revolución Francesa.
Las doce promesas del Sagrado Corazón de jesús a sus devotos
- 1. A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado.
- 2. Daré la paz a las familias.
- 3. Las consolaré en todas sus aflicciones.
- 4. Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte.
- 5. Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.
- 6. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.
- 7. Las almas tibias se harán fervorosas.
- 8. Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.
- 9. Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada.
- 10. Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.
- 11. Las personas que propaguen esta devoción, tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.
- 12. A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final.
A partir de entonces, toda la vida de la religiosa estuvo enfocada en difundir la devoción hacia el Sagrado Corazón de Jesús, algo que consiguió con la ayuda de su director espiritual, el jesuita Claudio de la Colombiere y el teólogo, también jesuita, Juan Croisset. Antes de morir, Margarita de Alacoque logró que su comunidad celebrara por primera vez la fiesta del Sagrado Corazón, que Jesús le había pedido fechar en el viernes de la octava del Corpus Christi, que este 2024 cae este 7 de junio.
Años antes, en 1672, san Juan Eudes fue el primero en oficiar una misa propia del Sagrado Corazón y contó con el beneplácito de muchos obispos franceses. Las visiones de santa Margarita de Alacoque se fueron extendiendo por Europa y finalmente Pío IX decretó oficialmente esta fiesta en la Iglesia latina.
Lo que se celebra en este día es la expresión del amor infinito de Dios por los hombres y el manantial del que brotan sus sacramentos. La Iglesia dirige la mirada al costado abierto de Cristo, una escena que ha alimentado la devoción de los cristianos desde los primeros siglos. Existen al tiempo dos vertientes devocionales: el misterio del amor de Dios y la contemplación reparadora de su corazón traspasado; que ya se resumen en los Evangelios. Juan lo escribió así: «Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo».
Esta devoción insta, en palabras de san Pablo, a tener «los mismos sentimientos de Cristo», como escribió en su Carta a los filipenses. Grandes devotos del Sagrado Corazón han difundido esta fiesta y su significado desde los primeros siglos del cristianismo, y ahora las reflexiones del magisterio de todos los Papas anteriores, además de la larga historia de la devoción popular será recogida por el Papa Francisco en una nueva exhortación apostólica que verá la luz el próximo mes de septiembre.