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En Somalia, la mayoría de los cristianos son conversos del islam, lo que los convierte en blanco de ataquesEuropa Press

Una madre somalí es brutalmente golpeada y obligada a abandonar a sus hijos por convertirse al cristianismo

«Vivo con un gran dolor debido a mi fractura en la mano y a las graves cicatrices que desfiguraron mi rostro, además de llevar una vida estresante por estar separada de mis hijos», afirma Fatuma

Fatuma, una mujer somalí de 30 años cuyo apellido se reserva por motivos de seguridad, fue víctima de una brutal agresión y forzada a abandonar a sus dos hijos pequeños tras convertirse al cristianismo. La madre de niños de 4 y 6 años sufrió violencia física a manos de su marido al descubrir que había dejado el islam. Desde entonces, vive separada de ellos y bajo constante temor por su vida.

La conversión de Fatuma fue descubierta cuando su suegra la sorprendió orando en el nombre de Issa (Jesús). Según declaraciones recogidas por el portal Verdad en Libertad, la mujer mayor la confrontó advirtiéndole que «el islam exige rezar únicamente a Alá y Mahoma» y amenazándola con expulsarla de la familia si persistía. A pesar de las advertencias, Fatuma se mantuvo firme en su fe en secreto. Sin embargo, la madre de su marido sentenció: «Te había dado una advertencia seria, pero has decidido deliberadamente ignorarla; entonces mi hijo tendrá que divorciarse de ti».

«Echo de menos a mis hijos, pero no puedo volver con mi marido porque me mataría», confesó Fatuma, quien tuvo que huir de su hogar el pasado 8 de diciembre. «Vivo con un gran dolor debido a mi fractura en la mano y a las graves cicatrices que desfiguraron mi rostro, además de llevar una vida estresante por estar separada de mis hijos. Perdoné a mi marido y estoy orando para que Dios cambie su vida. Estoy muy herida y necesito oraciones para sanar mi corazón roto», afirma.

Aunque fue su propia suegra quien la rescató de la paliza, Fatuma tuvo que abandonar su hogar y ahora vive escondida bajo la protección de un líder cristiano anónimo en Somalia. Su situación es extremadamente peligrosa, ya que la Constitución somalí prohíbe la propagación de cualquier religión distinta al islam.