
El cardenal Joan Josep Omella, junto a los hijos de los escultores Albano Poli (izquierda) y Sergio Rodella (derecha)
Cardenal Omella: «Gaudí estaba enamorado de Cristo y construyó esta basílica para su Gloria»
Coincidiendo con el impulso del Vaticano al proceso de canonización del «arquitecto de Dios», se presentaron en la Sagrada Familia dos singulares esculturas, que el cardenal Omella, en conversación con El Debate, vinculó con la relevancia del momento actual
es la primera exposición internacional de 'El Hombre de la Sábana Santa' (L’Uomo sindonico) sin su autor, Sergio Rodella (Venecia, 1949-Vigonovo, 2022). Casi tres cuartos de siglo de vida apasionada y apasionante de este artista nada convencional, cuya singular escultura llega a la basílica de la Sagrada Familia en el momento más oportuno, en los inicios de la Semana Santa, cuando el Papa Francisco acaba de declarar venerable a Antoni Gaudí, el arquitecto de Dios.
'El Hombre de la Sábana Santa' ha sido expuesto en el interior del templo expiatorio hasta finales de diciembre junto con la 'Cruz de la Esperanza', de Albano Poli (Verona, 1935-2024), dos exponentes del arte sacro internacional que invitan a la reflexión sobre el misterio de la resurrección y la redención.

Joan Josep Omella durante la presentación de la exposición. Detrás se observa la 'Cruz de la Esperanza'
La muestra fue inaugurada este martes, 15 de abril, por el cardenal Juan José Omella, que ha destacado la coincidencia de la declaración papal de Gaudí como venerable con las esculturas italianas en el interior del templo. «Gaudí estaba enamorado de Jesucristo y construyó esta basílica para su Gloria», dijo Omella a El Debate. «Ahora es una alegría para la Iglesia, Barcelona y el mundo entero la gran noticia de que el Papa reconoce las virtudes heroicas de Gaudí».
Ciencia, arte y fe, de la mano
«Gaudí —continúa el cardenal de Barcelona— es la prueba de que ciencia, arte y fe van unidas». «A ello se añade la muestra de una reproducción del cuerpo de Cristo a partir de la Sábana Santa y la celebración propia de la Semana Santa». Para el cardenal, «todos los visitantes que estos días entren en la Sagrada Familia verán en el cuerpo de Jesús el mensaje del Evangelio».Apenas un cuarto de siglo separan a Antoni Gaudí de Sergio Rodella, pero Barcelona será por igual la beneficiaria de sus respectivos magisterios. ¿Existe algún puente entre el arte de Gaudí y el de Rodella? El hilo conductor de las enseñanzas del arquitecto español y el escultor italiano lo podemos encontrar tal vez en el corazón: la Sagrada Familia y 'El Hombre de la Sábana Santa' abren, sin reservas, los corazones a la fe y la belleza.
El arquitecto de Dios construyó la Sagrada Familia, el símbolo mundial de una manera moderna de presentar el Evangelio, tal como intuyó Benedicto XVI en su visita a la Ciudad Condal en 2010. Rodella, por su parte, ha creado una escultura tridimensional que despertará la sensibilidad espiritual de los millones de personas que visitan la basílica de Gaudí, concebida en sus orígenes como la catedral de los pobres.
Hoy, 'El Hombre de la Sábana Santa' de Rodella es un alegato a favor del triunfo de la fe en una ciudad, Barcelona, que abre diariamente las puertas de la Sagrada Familia a visitantes de todo el mundo. En 2024 la visitaron 4,8 millones de personas (año récord), convirtiéndose en una de las atracciones más visitadas de España. El templo expiatorio de Gaudí es, a la vez, el símbolo de la alianza entre Evangelio y arte, un ejemplo de integración espléndida de trabajo humano y profesional con la fe.

La exposición se podrá ver hasta diciembre en la Sagrada Familia
Una catedral como catequesis abierta
«Servir a Dios a través de la arquitectura» era el lema de Antoni Gaudí y fue la máxima que inspiró también al sacerdote e ingeniero del Opus Dei, Ignasi Segarra, cuando el Viernes Santo 1992 ideó y promovió la beatificación del arquitecto catalán. El doctor Segarra, que había formado parte de las primeras misiones apostólicas de la Obra en Estados Unidos, creía firmemente en la llamada a la santidad de los laicos, divisa de todos los sacerdotes de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, indivisible del Opus Dei.
Dios y arquitectura fue la norma que acompañó a Gaudí a lo largo de los más de 40 años que vivió entregado a la construcción Sagrada Familia. Llegó a vivir incluso en el interior del templo en el momento álgido de su desarrollo. Movido por la gracia de Dios, el arquitecto quiso crear una obra que fuese una biblia de piedra, una catequesis abierta a todo el pueblo de Dios.

'El hombre de la sábana' es una representación tridimensional de la imagen del hombre del Sudario de Turín
La escultura de Rodella que se expone a partir de hoy en el interior de la basílica, refleja que el artista italiano se entregó también en cuerpo y alma, como Gaudí, a su proyecto, sin duda el reto más difícil de su carrera. Un reto que parte de la siguiente hipótesis: ¿Cómo se esculpe un misterio? Un misterio real: el de la resurrección de Jesucristo.
El arte tras los pasos invisibles
Rodella, artista de cuna veneciana, creó 'El Hombre de la Sábana Santa' a partir de la imagen del Sudario de Turín. Se trata fundamentalmente de una representación tridimensional de Cristo que, con el método de envolver la tela, demuestra que coincide con el propio sudario.
El proceso creativo de Rodella duró más de dos años y nació de un riguroso estudio tridimensional de la Sábana Santa, que combinaba una investigación científica profunda con una increíble sensibilidad artística. Un método real y científico que se basa en la experiencia y el conocimiento anatómico para hacer un viaje en busca de los volúmenes correctos, comenzando desde el esqueleto, buscando la posición correcta de cada extremidad, descubriendo lentamente como cada signo puede encontrar una explicación y como cada pliegue del sudario puede hallar la posición correcta.
Un camino, al final del cual y a través de numerosos intentos y pruebas empíricas, el artista veneciano logró obtener lo que tal vez hoy una máquina nunca podría hacer: descubrir la forma detrás de la imagen. «'El Hombre de la Sábana' ayuda a la oración porque tiene una base científica que nos permite seguir los pasos de la historia de la salvación», señala Robert Baró, delegado de patrimonio del arzobispado de Barcelona. «Y este es el trabajo de los artistas: seguir estas huellas, que a veces son tan difíciles describir con palabras», concluye el delegado episcopal.
«Hay que beatificar a Gaudí»
La otra gran obra de arte sacro que expone la Sagrada Familia es 'El Cristo de la Esperanza', de Albano Poli, toda una iconografía contemporánea que une pasión y resurrección. Tiene un fuerte impacto visual y emocional que transmite a los visitantes un mensaje de redención y esperanza, uniendo el dolor de la Cruz con la luz de la Resurrección.
El Cristo de la esperanza es un visión inédita del Crucifijo: una obra que captura tanto el momento del sacrificio como el de la gloriosa Resurrección. Es un mensaje de victoria y redención lleno de esperanza cristiana.
Poli, artista y maestro vidriero, es el fundador de Atelier Progetto Arte Poli de Verona. Con más de sesenta años de experiencia en el arte sacro, ha realizado obras en iglesias y catedrales de todo el mundo, combinando la tradición con la investigación expresiva contemporánea.
El templo expiatorio es estos días de Semana Santa un hervidero de gente de todo el mundo. La declaración papal de Gaudí como venerable y la muestra de los dos escultores italianos de arte sacro, Rodella y Poli, ofrecen a los visitantes una ocasión única de reflexión sobre el núcleo del mensaje cristiano. El cardenal Omella recordó a Epicuro, el filósofo griego del siglo IV a. C.: «Si los dioses juegan a hacerse hombres acaban crucificados». «Dios acabó crucificado no por decir barbaridades sino por amarnos», tercia el cardenal.

Estructura del techo de la Sagrada Familia ideado por Antonio Gaudí
El arquitecto de Dios es hoy objeto de gran devoción popular porque vivió de forma relevante las virtudes evangélicas hasta el último momento de su vida. La santidad de Gaudí ya forma parte de la comunidad cristiana. Gaudí es hoy para la sociedad un testimonio de fe hasta las últimas consecuencias.
El sábado 5 de abril sonaron los acordes del Orfeón Pamplonés, el más antiguo de Europa, que inauguró el concierto de Semana Santa en la basílica barcelonesa. Era el preludio de una primavera que pregonaba por todos los rincones de la capital catalana el mensaje de a santidad de Gaudí, el mismo que coligió el veterano sacerdote del Opus Dei el viernes Santo de 1992 cuando dijo, con vehemencia y energía, en la iglesia de Riudoms (Tarragona): «Hay que beatificar a Gaudí». Una santidad que hoy afianza en la Sagrada Familia 'El Hombre de la Sábana Santa' y 'El Cristo de la Esperanza'.