El Papa Francisco: «¡Hoy estamos viviendo una guerra mundial, detengámonos por favor!»

El Papa ha comenzado su catequesis en la audiencia general de este miércoles 7 de septiembre apoyándose en un momento de la vida de de san Ignacio de Loyola, cuando tras ser herido defendiendo Pamplona quedó convaleciente en la cama y pidió algo de lectura, comentaba el Santo Padre que «le encantaban los cuentos de caballería, pero lamentablemente en casa había solo vidas de santos».

Francisco ha narrado la conversión del santo, quien a través de la «lectura comienza a descubrir otro mundo, un mundo que lo conquista y parece competir con el de los caballeros». Y ha continuado «siente dentro de sí esta alternancia de pensamientos, los caballerescos y los de santos, que parecen ser equivalentes».

Siguiendo el hilo de la vida del santo ha llegado al rasgo del discernimiento que se da cuando «entendemos qué es el bien para nosotros no de forma abstracta, general, sino en el recorrido de nuestra vida»

En este sentido, el Papa ha aclarado que «hay una historia que precede al que discierne, una historia que es indispensable conocer, porque el discernimiento no es una especie de oráculo o fatalismo o una cosa de laboratorio, ¡no!, como echar la suerte con dos posibilidades».

Conflicto en Ucrania

Como cada miércoles desde que comenzó el conflicto en Ucrania, el Papa, al final de la audiencia, ha vuelto a recordar a la «martirizada Ucrania» e instó a que «ante todos los escenarios de guerra de nuestro tiempo, cada uno que sea constructor de paz».

Asimismo, ha lamentado que se está viviendo una guerra mundial y ha pedido a todos que la detengan: «¡Hoy estamos viviendo una guerra mundial, detengámonos por favor!».

El Pontífice ha pedido confiar a la Virgen las víctimas de todas las guerras «y en especial a las de la querida población ucraniana». También pidió que se rece para «que en el mundo difundan pensamientos y proyectos de concordia y reconciliación».

La de este miércoles ha sido una audiencia especial para las familias de las víctimas del Villa de Pitanxo, el barco naufragado el pasado febrero, que han tenido la oportunidad de acercarse a saludar al Santo Padre tras la catequesis.