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El Papa Francisco visitó a Benedicto XVI en el Mater Ecclesiae

El Papa Francisco durante una visita a Benedicto XVI en el Mater Ecclesiae

Francisco reflexiona sobre Benedicto XVI, las relaciones con China y los homosexuales en la Iglesia

La salud, la figura de Benedicto XVI o la nueva etapa que Francisco afronta en la Iglesia tras la muerte de su antecesor, han sido algunos de los asuntos que ha abordado el Papa Francisco en su última entrevista

Francisco ha concedido una entrevista a The Associated Press, la primera desde el fallecimiento de Benedicto XVI.

El obispo de Roma declara que su estado de salud es bueno para una persona de 86 años. A los dolores de rodilla, se suma nuevamente el problema de la diverticulosis en el colon.

«Puedo morir mañana, pero vamos, está controlado. De salud estoy bien», ha asegurado el Papa a propósito de las especulaciones sobre su estado de salud y los rumores sobre su renuncia.

«Para mí era una seguridad frente a una duda, pedir el auto e ir hasta el monasterio y preguntarPapa Francisco

En este sentido, ha reconocido que gracias a que Benedicto «abrió la puerta» a futuras renuncias, él también lo puede considerar. Como ya ha declarado en otras ocasiones, reconoce que en caso de renunciar sería obispo emérito de Roma y viviría en la residencia para sacerdotes retirados de la diócesis de Roma.

«Perdí a un papá»

Sobre la figura de Benedicto XVI, Francisco ha elogiado su «señorío» y ha confesado que con su muerte, «perdí un papá». «Para mí era una seguridad frente a una duda, pedir el auto e ir hasta el monasterio y preguntar. Yo perdí a un buen compañero», ha reconocido.

En cuanto a una regulación de las renuncias papales que debería dejar clara que sólo hay un papa, Francisco ha reconocido que «se me ocurrió. Le digo la verdad», y ha agregado que para acometer este asunto el Vaticano necesita más experiencia con Papas retirados para «regularizar más o reglamentar más».

Las críticas

Francisco ha comentado la posición de Benedicto comparándola con el pasado: «Él todavía era esclavo, entre comillas, de un Papa, ¿no? De la visión de un papa, de un sistema. Esclavo en el sentido bueno de la palabra. En el que no era del todo libre, como quizás hubiera querido él volver a su Alemania y seguir desde ahí estudiando teología».

Sobre las críticas que ha recibido tras el fallecimiento del Papa emérito, el Pontífice las describe «como la urticaria, que molesta un poquito», aunque prefiere que sea así «porque eso quiere decir que hay libertad para hablar», asegura.

De lo contrario, asegura Francisco que «se engendra una dictadura de la distancia, que lo llamo, donde el emperador está allí y nadie le puede decir nada. No, que digan, porque la compañía, la crítica, ayuda a crecer y a que vayan bien las cosas», ha continuado con su argumento, refiriéndose sin nombrarles al que fue secretario personal de Benedicto XVI, Georg Gänswein.

Ser homosexual no es un delitoPapa Francisco

China

En cuanto a los acercamientos entre China y el Vaticano, el Papa ha asegurado que «vamos dando pasos», si bien reconoce que cada nominación de obispo «se mira con lupa», aunque celebra que «no se rompe el diálogo» entre las partes.

El colectivo homosexual

Durante la conversación, el Sucesor de Pedro ha criticado las leyes que criminalizan la homosexualidad, recordando que «ser homosexual no es un delito» y ha pedido a los obispos de todo el mundo que apoyen las leyes que acojan a este colectivo en la Iglesia.

Los homosexuales deben ser recibidos y respetadosPapa Francisco

«También el obispo tiene un proceso de conversión», dijo, añadiendo que debían mostrar «ternura, por favor, ternura, como la tiene Dios con cada uno de nosotros». En este sentido, se ha referido a la homosexualidad como un «pecado», pero ha atribuido esas actitudes a contextos culturales y dijo que los obispos en particular también deben pasar por un proceso de cambio para reconocer la dignidad de todos.

Francisco ha declarado las leyes contra los homosexuales como «injustas» y que la Iglesia debe trabajar para ponerles fin. Por eso, el Santo Padre ha citado el catecismo para señalar que los homosexuales deben ser recibidos y respetados, y no deben verse marginados ni discriminados: «Somos todos hijos de Dios y Dios nos quiere como estamos y con la fuerza que luchamos cada uno por nuestra dignidad», ha finalizado.

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