Bajo las patas de este elefante puede estar un futuro Papa de la Iglesia
La foto fue tomada el sábado pasado, durante el espectáculo de un circo en Roma, al que habían sido invitados, en nombre del Papa Francisco, niños y personas sin hogar
Sí, ha comprendido bien. El hombre que se encuentra bajo las pezuñas de ese elefante es el cardenal polaco Konrad Krajewski, quien hoy desempeña uno de los cargos de mayor visibilidad en la Santa Sede.
La foto fue tomada el sábado pasado, durante el espectáculo de un circo, en Roma, al que habían sido invitados, en nombre del Papa Francisco, niños y personas sin hogar.
Un gesto para los pobres
Entre los dos mil huéspedes del Circo Rony Roller había familias con niños de Ucrania, Siria, República Democrática del Congo, Sudán, así como italianos sin techo, algunos acompañados por misioneras de la Caridad, las religiosas fundadas por la Madre Teresa de Calcuta.
El momento culminante del espectáculo (como se puede ver más adelante en el vídeo), tuvo lugar cuando el domador logró hacer caminar al elefante sobre los cuerpos de cuatro personas inermes, tumbadas en el suelo. En medio, se encontraba precisamente el cardenal Krajewski. Un aplauso liberador puso punto final a la hazaña de la bestia… y del purpurado polaco a quien no le faltó sangre fría.
Al final del espectáculo, los presentadores del circo pidieron al cardenal que dijera unas palabras. «Venimos de todos los continentes, de diferentes países, de diferentes idiomas, pero tenemos un solo Señor», afirmó.
Tras impartir la bendición del Papa, pidió a los presentes que rezaran, cada uno según su fe, por todos los lugares donde falta la paz y la seguridad, recordando en particular a los damnificados del terremoto en Turquía y Siria, así como a las víctimas de la guerra en Ucrania.
El más ecléctico de los cardenales
Entre los expertos de asuntos vaticanos, en los últimos años el cardenal Konrad Kraiewsky ha llamado particularmente la atención, en vistas de un futuro cónclave, por ser sin duda el más ecléctico de los miembros del Colegio Cardenalicio.
Es posible verle con frecuencia, por las noches, cerca de la estación ferroviaria Termini de Roma, repartiendo mantas y comida a los sin techo. En septiembre pasado, arriesgó su vida al realizar una misión humanitaria en Ucrania, que le puso entre las balas del fuego cruzado del frente entre rusos y ucranianos.
El 12 de mayo de 2019 conectó a la red eléctrica, de manera algo temeraria y sin duda ilegal, un edificio que había sido ocupado ilegalmente durante años por decenas de personas en Roma, que nunca habían pagado las facturas.
Al servicio de tres papas
Su biografía se hace todavía más original, si tenemos en cuenta que es doctor en Teología y apasionado de Liturgia. De hecho, san Juan Pablo II le llamó a Roma, en 1998, para nombrarle su segundo maestro de celebraciones litúrgicas, asistiendo al legendario arzobispo Piero Marini, cargo en el cual fue confirmado también por el Papa Benedicto XVI.
Pero fue Francisco, poco después de ser elegido Papa, quien destapó este volcán de actividades caritativas que escondía en su corazón, al nombrarle su «limosnero», es decir, la persona encargada de distribuir las ayudas del Papa a los necesitados que proceden de las limosnas que recoge la Santa Sede.
El mismo pontífice sorprendió a propios y extraños al anunciar, el 20 de mayo de 2018, que sería creado cardenal, a pesar de desempeñar un cargo que entonces no llamaba la atención y que habitualmente no estaba asociado a esa dignidad eclesiástica.
Su casa, para una familia siria
Tras ser creado cardenal, cedió el apartamento que le había asignado el Vaticano a una familia de refugiados sirios, y se trasladó a vivir a su oficina. Desde su cargo, ha abierto un comedor social con vistas a la plaza de san Pedro, e instalado duchas y una peluquería para personas sin techo junto al Vaticano.
Con la entrada en vigor, en junio pasado, de la reforma de la Curia Romana, el cardenal Kraiewsky ha sido nombrado prefecto del nuevo Dicasterio para el Servicio de la Caridad (también llamado Limosnería Apostólica).
Este nuevo organismo vaticano, según la nueva constitución vaticana, «es una expresión especial de la misericordia y, a partir de la opción por los pobres, los vulnerables y los excluidos, realiza en favor de ellos en cualquier parte del mundo la obra de asistencia y ayuda en nombre del Romano Pontífice, quien dispone personalmente las ayudas que se deban destinar en casos de una especial indigencia o de otra necesidad» (Praedicate Evangelium, n. 79).
Este organismo vaticano «tiene también la facultad de otorgar la Bendición Apostólica por medio de diplomas en papel pergamino debidamente certificados», que los fieles cristianos pueden pedir a la Santa Sede, a través de esta página web. Ahora usted ya sabe a qué se destina el donativo (entre 19 a 27 euros) que se hace al Papa al pedir este certificado de Bendición Apostólica.