Francisco, el Papa que quiere a más mujeres en la dirección del Vaticano
En estos diez años de pontificado el porcentaje de mujeres que trabajan en el Vaticano ha pasado de 19,2 a 23,4. Ahora bien, para el Papa esto no es todavía suficiente
Los diez años de pontificado del Papa Francisco han traído una mayor presencia de mujeres en el Vaticano. Si tenemos en cuenta el número total de empleados, se ha pasado de un 19,2 por ciento de mujeres a un 23,4 por ciento.
Estos datos, revelados el Día Internacional de la Mujer por los medios de comunicación de la Santa Sede, no están todavía en plena sintonía con la visión del Papa, que en este mismo día hecho un claro llamamiento a una mayor presencia de la mujer en puestos de responsabilidad en la sociedad y en la Iglesia.
Mujeres en el Vaticano
«El Papa cuenta actualmente con 1.165 empleadas, frente a las 846 que tenía al inicio de su pontificado en 2013», revela un estudio publicado por Gudrun Sailer para VaticanNews, el portal de información de la Santa Sede.
En la organización laboral del Vaticano, existe una escala de recursos humanos de diez niveles. Según el estudio, la mayoría de las mujeres que trabajan en la Curia Romana se encuentran en los niveles sexto y séptimo. Por tanto, trabajan en profesiones que suelen requerir un título académico.
Históricamente, el nombramiento de mujeres para altos cargos de la Curia comenzó tras el Concilio Vaticano II, con Pablo VI, en 1967.
El gran cambio de Francisco
Por el momento, el Papa no ha nombrado a una mujer como «número 1» de un ministerio del gobierno del Vaticano (técnicamente se llaman «dicasterios»). Ahora bien, este pontífice ha introducido un gran cambio con la reforma de la Curia Romana, que entró en vigor en junio pasado: por primera vez las mujeres (así como los varones laicos) podrán ser jefes de dicasterios de la Santa Sede.
Además, en una entrevista el pasado mes de diciembre, Francisco anunció su intención de nombrar a la primera mujer responsable de un ministerio vaticano en un futuro próximo.
El Papa ya ha nombrado a siete mujeres «número 2» o «número 3» de dicasterios vaticanos, con el cargo de secretarias o subsecretarias.
En el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Papa Francisco nombró por primera vez, en 2021, a una mujer secretaria, la religiosa italiana Alessandra Smerilli. Se trata del cargo más alto jamás ocupado por una mujer en la Santa Sede.
Otra religiosa italiana, sor Raffaella Petrini, ha sido nombrada secretaria general de la Gobernación del Vaticano, es decir, es la «número 2» en el gobierno y organización de esa Ciudad Estado, presidida hoy por el cardenal español Fernando Vérgez.
La Secretaría General del Sínodo cuenta con una subsecretaria, la religiosa francesa Nathalie Becquart, lo que hará de ella, en el Sínodo de 2023, la primera mujer de la historia con voz y voto en esa asamblea episcopal.
En 2016, el Papa Francisco nombró a la laica italiana Barbara Jatta la primera mujer directora de los Museos Vaticanos, cargo de enorme prestigio en Italia.
Otras subsecretarias prestan servicio en los Dicasterios para los Institutos de Vida Consagrada, para los Laicos, la Familia y la Vida, para la Cultura y la Educación y, en la Secretaría de Estado.
Por otra parte, Francisco ha sido el primer Papa en nombrar a mujeres miembros de los dicasterios de la Santa Sede (no tienen papel ejecutivo, sino consultivo, motivo por el cual no figuran como empleadas de la Santa Sede). El 13 de julio nombró a tres mujeres como miembros del Dicasterio vaticano para los Obispos, es decir, ya están asesorando al Papa en el proceso de elección de los obispos, una de las decisiones más importantes del obispo de Roma.
Dos son religiosas, la misma hermana Petrini antes mencionada, y la hermana Yvonne Reungoat, quien ha sido superiora general de las Hijas de María Auxiliadora. La otra asesora del Papa en el nombramiento de obispos es una laica, María Lía Zervino, presidenta de la Unión Mundial de las Organizaciones Femeninas Católicas.
La mayor presencia de mujeres en el Vaticano tiene lugar, desde 2020, en el importantísimo Consejo para la Economía, compuesto por ocho cardenales y siete laicos, seis de ellos mujeres. Ese nombramiento se convirtió en un auténtico manifiesto sin palabras del Papa sobre la importancia de la mujer en la gestión de los bienes de la Iglesia.
No nos hemos dado cuenta de lo que significa la mujer en la Iglesia y nos limitamos solo a la parte funcional
Igualdad en la diversidad
El Vaticano ha hecho público, en el Día Internacional de la Mujer, un prefacio escrito por Francisco al libro Más liderazgo femenino por un mundo mejor, publicado en Italia («Vita e Pensiero») por Anna Maria Tarantola, en el que el Papa pide igualdad laboral en la diversidad para mujeres y hombres.
«No se trata de igualdad para que las mujeres asuman comportamientos masculinos –aclara dirigiéndose en general a la sociedad–, sino igualdad para que las puertas del campo de juego se abran a todos los jugadores, sin diferencias de sexo (ni color, religión, cultura...). Es lo que los economistas llaman ‘diversidad eficiente’».
«La capacidad de cuidar, por ejemplo –sigue constatando–, es sin duda una característica femenina que debe expresarse no solo en el seno de la familia, sino igualmente y con éxito en la política, la empresa, el mundo académico y el lugar de trabajo».
«La Iglesia también puede beneficiarse de la valorización de la mujer», añade el Papa. «No nos hemos dado cuenta de lo que significa la mujer en la Iglesia y nos limitamos solo a la parte funcional».
«Pero el papel de la mujer en la Iglesia va mucho más allá de la funcionalidad. Esto es en lo que debemos seguir trabajando. Mucho más allá», concluye.