El Papa Francisco, ¿es de izquierdas? ¿De derechas?
El fértil y caritativo ideario del Pontífice trasciende los clichés ideológicos, su pensamiento hay que buscarlo enraizado en Dios, Jesucristo y la Iglesia
El mayor malentendido de este pontificado lo han propiciado aquellos que han querido enjaular al pontífice argentino en un planteamiento político. Analice usted mismo y saque sus conclusiones.
«Ya está hablando de nuevo ese Papa comunista, de izquierdas». Si usted lee los comentarios de medios de información en línea, o participa en foros de discusión de interés religioso, estoy seguro de que en más de una ocasión ha escuchado un comentario parecido.
Cabe preguntarse, por tanto, por qué ha surgido esta percepción del Papa Francisco. Obviamente, si se ha extendido, el motivo habrá que buscarlo en su insistencia para tocar argumentos que tradicionalmente son considerados como patrimonio de la izquierda o de los así llamados progresistas.
¿Posiciones de izquierdas?
Entre esos temas, destaca su defensa de los derechos humanos y sociales de los pobres (los migrantes, los indígenas y las minorías); su compromiso por la ecología, promoviendo el cuidado de la Creación; su apertura al diálogo interreligioso y ecuménico; su condena del clericalismo y el poder en la Iglesia; su visión de una Iglesia que acoge a quienes se sentían hasta ahora excluidos, como los divorciados o las personas de orientación homosexual.
¿Posiciones de derechas?
Ahora bien, diez años después de su elección como Papa, muchos exponentes de izquierdas se sienten decepcionados en temas que para ellos son muy importantes, como su rechazo al aborto y la eutanasia; su fidelidad a la doctrina católica sobre el matrimonio y la familia y su oposición al matrimonio homosexual y al divorcio; su respeto por la libertad religiosa y su condena al laicismo radical y al relativismo moral; su valoración positiva de la acción evangelizadora de la Iglesia católica en América; su crítica a las ideologías que niegan la naturaleza humana y promueven el género como una construcción social.
Estos pronunciamientos son tan fuertes que algunos exponentes de la izquierda consideran que cometieron un error de evaluación y que Francisco es, en realidad, un Papa de derechas envuelto en una comunicación popular, que parecía acercarle a la izquierda.
Su voz moral, por ejemplo, se ha alzado para condenar la cultura de la cancelación, o ideología woke, movimiento puntero en la izquierda que, en defensa de minorías históricamente marginadas, aboga por cancelar la historia, sus personajes y símbolos. Un fenómeno que el Papa considera como una forma de colonización ideológica, que no deja espacio a la libertad de expresión.
Francisco rompe esquemas
Entonces, el Papa Francisco, ¿es de izquierdas o de derechas? Esta pregunta la ha planteado El Debate a José Francisco Serrano Oceja, catedrático de Periodismo en la Universidad CEU San Pablo.
«Francisco trasciende con mucho las categorías de izquierda y derecha –responde–. Está antes y después, al mismo tiempo. Tenemos que hacer el esfuerzo de no querer encajar al Papa Francisco en nuestros habituales esquemas mentales. Esto es lo que hace que estemos todo el tiempo pensando si lo que ha dicho o ha hecho encaja con lo que nosotros pensamos o con lo que piensan aquellos que piensan por y como nosotros».
Serrano, quien es también director de la revista Cuadernos de Periodistas, de la Asociación de la Prensa de Madrid, considera que «el Papa Francisco no es fácilmente apropiable, patrimonializable, para determinadas ideologías ni para determinados proyectos políticos. Sus insistencias en la dimensión social del cristianismo no son distintas de lo que dice la Doctrina Social de la Iglesia o de lo que se puede deducir de ella».
El catedrático concluye invitando a los católicos a «hacer el esfuerzo de permitir que lo que diga y haga el Papa desborde nuestros marcos mentales, por la derecha y por la izquierda. Y esto solo se hace si partimos de categorías que son las que nacen de la experiencia cristiana, que están enraizadas en el misterio de Dios, de Jesucristo y de la Iglesia, por cierto».