El Papa pasa una buena noche, pero permanecerá en el hospital
Francisco, de 86 años, padece una infección respiratoria y permanecerá hospitalizado «durante algunos días», tras experimentar «dificultades respiratorias». Los problemas de salud del pontífice suscitan una cadena de oración en el orbe católico
El Papa Francisco ha pasado «una buena noche», según ha podido saber este periódico de fuentes vaticanas. El jesuita argentino está hospitalizado en Roma desde el miércoles 29 de marzo durante «algunos días» y está siendo tratado de una infección respiratoria, una noticia que ha alertado a las redacciones de órganos informativos de todo el mundo sobre la salud del pontífice y movilizado en oración a comunidades católicas de todo el mundo.
Si bien en un primer momento la Oficina de información de la Santa Sede anunció el miércoles que Francisco había sido hospitalizado para someterse a «controles previamente programados», al final de este miércoles el portavoz Vaticano Matteo Bruni revelaba que los médicos han constatado una «infección respiratoria».
«En los últimos días, el Papa Francisco ha tenido dificultades para respirar y esta tarde ha sido ingresado en el Policlínico Gemelli para someterse a exámenes médicos», declaró el portavoz del Vaticano. En estos momentos, el Vaticano todavía no ha precisado si el Papa podrá presidir celebraciones de la Semana Santa en el Vaticano, que comienza con este Domingo de Ramos.
La Conferencia Episcopal Italiana ha invitado a los fieles a unirse en oración por el Papa, deseándole «una pronta recuperación». Otros representantes católicos de los cinco continentes se han unido a esta exhortación.
La periodista argentina Elisabetta Piqué, amiga personal del Papa, sugirió en el diario La Nación que el pontífice fue hospitalizado tras experimentar un malestar cardíaco imprevisto.
Al regresar a su residencia en el Vaticano de Santa Marta, de la audiencia general de los miércoles, que presidió como siempre en la Plaza de San Pedro, el Papa comenzó a sentir unos dolores en el pecho. Ante esta situación, su médico personal, Massimiliano Strappetti, aconsejó ir inmediatamente a hacerse unos controles al hospital Gemelli, nosocomio al que acudió en una ambulancia.
Francisco, que recurre con frecuencia a la silla de ruedas desde mayo de 2022 debido a un dolor crónico de rodilla, ya había sido hospitalizado durante diez días en el hospital Gemelli en julio de 2021 para someterse a una importante operación de colon.
Jorge Bergoglio ha explicado que conserva «secuelas» de la anestesia a la que fue sometido durante esta operación, que le han llevado a descartar hasta ahora la posibilidad de operarse de la rodilla. Su dolor de rodilla, que le llevó a cancelar varias citas en 2022 y a posponer un viaje a África, está en el centro de las especulaciones periodísticas.
En julio, Francisco confió que «ya no podría viajar» al mismo ritmo que antes, mencionando incluso la posibilidad de «hacerse a un lado». Pero en febrero dijo que la dimisión de un Papa no debía «convertirse en una moda», asegurando que «no estaba en su agenda por el momento».
A los 21 años, Francisco estuvo a punto de morir de pleuresía, según su biógrafo Austen Ivereigh, y hubo que extirparle parte de uno de sus pulmones en octubre de 1957.
En un libro publicado recientemente, recordó este episodio: «Comprendo cómo pueden sentirse las personas con el coronavirus cuando luchan por respirar a través de respiradores artificiales». También recordó una operación para extirparle quistes del pulmón derecho, en una entrevista con el prestigioso periodista y médico argentino Nelson Castro, subrayando que se había recuperado «totalmente» y que «nunca más se había sentido limitado».
Cuando era arzobispo de Buenos Aires, fue tratado por un acupuntor chino por dolores de espalda, según escribió también su biógrafo. También ha sufrido de «cálculos biliares» y en 2004 tuvo un problema cardíaco «temporal» debido a un ligero estrechamiento de una arteria, según su biógrafo. Sus problemas hepáticos se resolvieron con un cambio en su dieta.