Semana Santa 2023
Francisco: «Hay muchos cristos abandonados que son descartados con guante blanco»
Si se confirma la evolución favorable del estado de salud del Papa, es muy probable que el Domingo de Pascua, con motivo de la bendición Urbi et Orbi de la ciudad y del mundo, el Papa se asome al balcón la Logia Central de la basílica de San Pedro
El Papa Francisco ha presidido la misa del Domingo de Ramos en la que ha denunciado que hoy hay muchos «cristos abandonados» que son «descartados con guante blanco» y ha instado a que su voz no "se pierda en el silencio ensordecedor de la indiferencia.
«Hay tantos cristos abandonados invisibles, escondidos, que son descartados con guante blanco: niños no nacidos, ancianos que han sido dejados solos, enfermos no visitados, discapacitados ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor», ha exclamado el Papa durante la homilía del primer día de la Semana Santa que conmemora la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén.
Así, ha recalcado que hay pueblos enteros explotados y abandonados a su suerte. «Hay pobres que viven en los cruces de nuestras calles, con quienes no nos atrevemos a cruzar la mirada; emigrantes que ya no son rostros sino números; presos rechazados, personas catalogadas como problemas», ha agregado.
Francisco ha llegado a la plaza de San Pedro para presidir la misa solemne del Domingo de Ramos un día después de recibir el alta del hospital romano donde estuvo ingresado cuatro días por una bronquitis.
Está previsto que el Papa presida las ceremonias de la Pascua, pero no que las celebre, lo que corre a cargo de diversos cardenales. Así, el encargado de celebrar la Eucaristía este Domingo de Ramos junto al obispo de Roma ha sido el purpurado Leonardo Sandri, argentino como Bergoglio. Se pretende así evitar que se fatigue tras su hospitalización, repitiendo una fórmula que ya se experimentó durante la Semana Santa del año pasado debido a los problemas de movilidad del Pontífice. Ocurrió lo mismo en el funeral de Benedicto XVI el pasado mes de enero.
Durante la homilía, el Pontífice ha destacado que las «personas rechazadas y excluidas» son iconos «vivos» de Cristo. «Nos recuerdan la locura de su amor, su abandono que nos salva de toda soledad y desolación», ha dicho.
Por ello, ha instado a los católicos a que sepan amar a Jesús «en cada persona abandonada». «Pidamos la gracia de saber ver y reconocer al Señor que sigue gritando en ellos. No dejemos que su voz se pierda en el silencio ensordecedor de la indiferencia. Dios no nos ha dejado solos; cuidemos de aquellos que han sido dejados solos», ha recalcado.
Del mismo modo, ha manifestado que Jesús sufrió en sus carnes el alejamiento del abandono para «acoger en su amor» las caídas y la desolación de la humanidad y, en concreto, para que ninguno «pudiera considerarse solo e insalvable».
«Hermano, hermana, lo hizo por ti, por mí, para que cuando tú, yo, o cualquiera se vea entre la espada y la pared, perdido en un callejón sin salida, sumido en el abismo del abandono, absorbido por el torbellino del porqué, pueda tener esperanza», ha sentenciado.
El estado de salud del Pontífice argentino, de 86 años, empezó a suscitar preocupación después de la audiencia general del pasado miércoles, cuando fue trasladado en ambulancia hasta el hospital Gemelli de Roma por dificultades respiratorias.
Sentado en el centro del altar
Este cuadro médico también puso en duda su posible participación en los ritos de Semana Santa, pero el Vaticano anunció finalmente el viernes que Francisco iba a recibir el alta al día siguiente- el sábado- y que presidiría todas las citas litúrgicas de la semana más significativa para la Iglesia católica, en la que se conmemora la muerte y resurrección de Cristo. Las celebraciones continuarán hasta la misa de Pascua, el domingo 9 de abril.
Como en otras ocasiones y debido los problemas de movilidad que le obligan a desplazarse en silla de ruedas por los dolores que arrastra en la rodilla derecha, Francisco sólo presidirá la ceremonia del domingo de Ramos, sentado en el centro del altar.
El Pontífice cumple así con su agenda de trabajo, mostrando al mundo que se ha recuperado. «Sigo vivo», bromeó con fieles y periodistas a su salida del hospital Gemelli de Roma este sábado por la mañana. Cuando le preguntaron cómo se sentía, contó una anécdota sobre la muerte y añadió: «Sólo sentí malestar, pero no tuve miedo».
La misa del domingo de Ramos abre una semana ajetreada en la agenda del pontífice, que incluye la misa In Coena Domini del Jueves Santo en la cárcel de menores de Casal del Marmo, en Roma. El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, señaló que la misa de Jueves Santo en el correccional de menores al que también fue en su primera Semana Santa como Pontífice en 2013, hace una década, se celebrará «de forma privada».
Cuando era arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio solía visitar las cárceles de la ciudad el Jueves Santo y practicar el rito de lavar los pies a los pobres, marginados y desamparados. Todavía no se conoce el programa del Vía Crucis nocturno del Viernes Santo en el Coliseo romano, al que suelen asistir creyentes y turistas de todo el mundo.
Si se confirma la evolución favorable del estado de salud del Papa, es muy probable que el Domingo de Pascua, con motivo de la bendición Urbi et Orbi de la ciudad y del mundo, el Papa se asome al balcón la Logia Central de la basílica de San Pedro.