El Vaticano aclara por qué la «doctrina del descubrimiento» no es católica
Roma se ha pronunciado: «La 'doctrina del descubrimiento' no forma parte de la enseñanza de la Iglesia católica», que fue usada para justificar la expropiación de la tierra a los indígenas e incluso su esclavitud
Bulas de varios papas, que tenían objetivos políticos y jurídicos, se utilizaron siglos después, en particular en países de colonización anglosajona, para justificar la expropiación de la tierra a los indígenas e incluso su esclavitud.
Roma se ha pronunciado: «La ‘doctrina del descubrimiento’ no forma parte de la enseñanza de la Iglesia católica».
Ante peticiones de pueblos indígenas de Canadá y los Estados Unidos, la Santa Sede ha emitido, por si fuera necesario, un juicio que aclara definitivamente la cuestión.
La «doctrina del descubrimiento», según algunas interpretaciones, aseguraba que por ley e intención divina, los países cristianos de Europa gozaban de poder y derechos legales sobre los pueblos indígenas no cristianos inmediatamente después del «descubrimiento» de sus tierras por parte de los europeos.
Estas doctrinas no solo justificaron la apropiación de tierras de los indígenas, sino que incluso llegó a servir para justificar la esclavitud.
La declaración de la Santa Sede, emitida por del Dicasterio para la Cultura y la Educación y por y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, explica que quienes han querido basarse en documentos papales para hacer esas interpretaciones cometen un grave error de interpretación a nivel teológico, jurídico e histórico.
Cuestión de interpretación
Algunos estudiosos, constata el documento vaticano, han sostenido que la base de esta «doctrina» se encuentra en documentos papales. En particular, citan la bula Dum Diversas, emitida por el Papa Nicolás V cuando estaba cayendo el Imperio Romano de Oriente, Constantinopla, en manos de los otomanos, en 1452.
El documento autorizaba al rey Alfonso V de Portugal a conquistar territorios sarracenos y paganos, incluso a someter a esclavitud a sus pobladores. La bula tenía como objetivo final la conversión de los musulmanes en momentos de máximo conflicto.
Más tarde, el mismo Papa emitió la bula Romanus Pontifex que otorgada al rey portugués, en 1455, el derecho a continuar sus conquistas contra musulmanes y paganos.
Otro de los documentos citados por fuentes interesadas para justificar la «doctrina del descubrimiento» es la bula Inter caetera, otorgada por el papa Alejandro VI en 1493 en favor de Fernando e Isabel, reyes de Castilla y Aragón.
La novedad más importante que introdujo esta bula fue la definición de un meridiano al oeste del cual todas las tierras «halladas y por hallar» pertenecerían a los reyes de Castilla y Aragón. Esta bula no menciona en ningún momento a Portugal y sólo se refiere al resto de los estados de la época al indicar que quedarían excluidos de la posesión castellana los territorios que ya perteneciesen a algún príncipe cristiano, antes del 25 de diciembre de 1492.
Curiosamente, si bien los documentos papales citados, de eminente carácter político, no teológico, afectaban a España y Portugal, fueron utilizados para imponer la «doctrina del descubrimiento» en países colonizados por Inglaterra, Francia y Holanda.
Principio jurídico en Estados Unidos
De hecho, la «doctrina del descubrimiento», como concepto del derecho internacional público, fue expuesto por primera vez en los Estados Unidos, en 1823. El juez John Marshall de la Corte Suprema de ese país expuso el principio de que los exploradores europeos tenían derecho a las tierras de las poblaciones autóctonas a cambio de traerles «la civilización y el cristianismo». Este derecho podían reivindicarlo «frente a los restantes gobiernos europeos».
La Iglesia reconoce que estas bulas papales no reflejaban adecuadamente la igual dignidad y los derechos de los pueblos indígenas
La visión cristiana
El documento vaticano confirma que interpretaciones que privan a poblaciones de sus legítimos derechos no puede justificarse desde ningún punto de vista.
«La investigación histórica demuestra claramente que los documentos papales en cuestión, escritos en un período histórico específico y relacionados con cuestiones políticas, nunca han sido considerados expresiones de la fe católica», afirma la declaración de la Santa Sede.
Al mismo tiempo, «la Iglesia reconoce que estas bulas papales no reflejaban adecuadamente la igual dignidad y los derechos de los pueblos indígenas. La Iglesia también es consciente del hecho de que el contenido de estos documentos ha sido manipulado para fines políticos por las potencias coloniales que competían entre sí, para justificar actos inmorales contra las poblaciones indígenas, realizados algunas veces sin oposición de las autoridades eclesiásticas».
Que la comunidad cristiana no se deje contaminar nunca más por la idea de que existe una cultura superior
«Es justo reconocer estos errores –afirma el Vaticano–, reconocer los terribles efectos de las políticas de asimilación y el dolor experimentado por las poblaciones indígenas, así como pedir perdón».
El texto cita al Papa Francisco quien ha exhortado: «Que la comunidad cristiana no se deje contaminar nunca más por la idea de que existe una cultura superior a otras y que es legítimo usar medios de coacción contra los demás».
La Santa Sede pide leer, además, los documentos pontificios en su conjunto, en particular aquellos que en aquellos años defendieron los derechos de los pueblos indígenas.
Por ejemplo, en la bula Sublimis Deus de 1537, el Papa Pablo III escribió: «Determinamos y declaramos [...] que dichos Indios, y todas las gentes que en el futuro los cristianos llegasen a conocer, aunque vivan fuera de la fe cristiana, pueden usar, poseer y gozar libre y lícitamente de su libertad y del dominio de sus propiedades, que no deben ser reducidos a servidumbre y que todo lo que se hubiese hecho de otro modo es nulo y sin valor».
Por este motivo, concluye el documento, la Santa Sede ha ofrecido su apoyo decidido a los principios contenidos en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
«La implementación de tales principios mejoraría las condiciones de vida y ayudaría a proteger los derechos de los pueblos indígenas, además de facilitar su desarrollo en un modo que respete su identidad, lengua y cultura», concluye la nota vaticana.