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Religiosas el Día Mundial de la Juventud durante la JMJ de Madrid en 2011

Religiosas el Día Mundial de la Juventud durante la JMJ de Madrid en 2011Arturo Rodriguez

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Cuenta atrás para la JMJ: «El centro de todo es el encuentro con Cristo»

La mayoría de los jóvenes proceden de Europa, pero para esta JMJ el Dicasterio para los Laicos ha pensado en implicar también a los jóvenes de los países más pobres

Son días muy intensos en el Dicasterio para los Laicos. Ha llegado la fase final de organización de la Jornada Mundial de la Juventud. El evento se celebrará en Lisboa (Portugal) del 1 al 6 de agosto. Se espera la presencia del Papa Francisco, en su segunda visita a Portugal tras la de 2017 para la canonización de los dos niños pastores Jacinta y Francisco Marto.

Se espera que al menos un millón y medio de jóvenes asistan con el Pontífice; cifras al mismo nivel que la última Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Europa, la de Cracovia 2016. «Estamos muy contentos por ello», afirma el padre João Chagas, coordinador del área de juventud del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida y encargado de coordinar los preparativos de la Santa Sede para la Jornada Mundial de la Juventud.

La mayoría de los jóvenes proceden de Europa, pero para esta JMJ el Dicasterio para los Laicos ha pensado en implicar también a los jóvenes de los países más pobres. «Para ello –dice Chaga– el Dicasterio tiene un fondo de solidaridad en el que los jóvenes, cuando se inscriben en la JMJ, pueden pagar una pequeña cantidad voluntaria» que se destina a quienes tengan dificultades económicas y estén presentes en Lisboa.

El padre Joao explica los niveles organizativos en los que se mueve el Dicasterio. El primero, el principal, es el gran acontecimiento de Lisboa. Luego están las peregrinaciones y los encuentros que celebran las Conferencias Episcopales, Movimientos y Asociaciones. El coordinador de la JMJ cita el caso de Australia, con dos mil jóvenes que partieron hace tres semanas, con varias paradas de peregrinación en Europa, antes de llegar a Lisboa.

Otro aspecto que distingue a esta JMJ de otras es que los jóvenes asistentes contarán con un «acompañamiento digital». La JMJ facilitará a través de una aplicación para smartphones; además, los jóvenes podrán escuchar los discursos del Papa en su propio idioma, a través del servicio que ofrece el canal Vatican News. Al mismo tiempo, señala el padre Joao, «también se invita a los jóvenes a desconectar de la tecnología y activar el 'modo avión', para vivir momentos de silencio que faciliten la escucha de la voz de Dios». La peregrinación a la JMJ es un viaje exterior, pero es sobre todo un viaje interior. El silencio puede ser muy útil para poder escuchar lo que Dios pone en nuestro corazón.

El otro punto que el Dicasterio para los Laicos pone en el centro de la JMJ es el significado del evento. Al ser la primera JMJ después de la pandemia y el confinamiento (la última fue en Panamá en 2019), debe representar ante todo «una maravillosa oportunidad de encuentro con Dios, con los jóvenes de todo el mundo y con el país anfitrión». «Es una invitación –señala el padre Joao– que el Santo Padre dirige a cada joven para que se encuentre con Jesucristo de una manera muy personal». Para facilitar este encuentro, se han previsto varios espacios durante la JMJ: en los grandes eventos como el Vía Crucis, la Vigilia y la Misa conclusiva con el Papa Francisco, pero también durante las catequesis matinales, en la celebración de la Misa, a través del Sacramento de la Reconciliación o en los eventos del Festival de la Juventud. «El centro de toda JMJ es el encuentro con Cristo». Entre el 2 y el 6 de agosto tendrán lugar un total de 480 actos relacionados con la Jornada Mundial de la Juventud.

Al igual que las últimas jornadas, la de Lisboa contará con la participación de jóvenes de otras confesiones cristianas y de otras religiones. Una dimensión ecuménica que ofrece a las jóvenes generaciones «ejemplos concretos de diálogo entre cristianos», mientras que la dimensión interreligiosa «ofrece la posibilidad de experimentar la amistad social a la que el Papa Francisco nos invita a adherirnos», afirma Chagas.

Por último, el Dicasterio para los Laicos no descarta que Lisboa pueda representar un «trampolín» para una futura Jornada en suelo africano. Como es tradición, el Papa Francisco anunciará el lugar y la fecha del próximo evento. Pero si no es la próxima, el Dicasterio sugiere que antes de 2030 el desembarco africano sea real.

Antes de la JMJ, el Dicasterio ha estado comprometido en otro evento en el que se espera la participación del Papa: el 23 de julio, la Iglesia celebrará la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, cuyo lema es «De generación en generación su misericordia».

El Papa Francisco ha vinculado las dos Jornadas invitando a los jóvenes a visitar a un anciano antes de partir para la JMJ, ya que «tender puentes entre las generaciones es uno de los encuentros más importantes que hay que experimentar para vivir nuestra fe», concluye el padre Joao.

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