El Papa convoca a los niños del mundo el 6 de noviembre en Roma para «aprender» de ellos
Coincidiendo con la fiesta de santa Teresa de Lisieux, el Papa ha confirmado que el próximo 15 de octubre se publicará una Exhortación Apostólica sobre el mensaje que esta santa ha dejado a la Iglesia
El Papa Francisco ha convocado a los niños de todo el mundo a un encuentro en Roma el próximo lunes 6 de noviembre, con el objetivo de manifestar «el sueño de todos, de volver a tener sentimientos puros, como ellos». Durante el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico, se rodeó de un grupo de niños «que representaban a los cinco continentes» para lanzar esa iniciativa organizada por el dicasterio para la Cultura y la Educación que se celebrará en el aula Pablo VI del Vaticano.
El Papa afirmó que «los niños nos enseñan la claridad de las relaciones, la acogida espontánea de los que son extraños y el respeto por toda la creación». Por otra parte, coincidiendo con la fiesta de santa Teresa de Lisieux, el Papa ha confirmado que el próximo 15 de octubre se publicará una Exhortación Apostólica sobre el mensaje que esta santa ha dejado a la Iglesia.
El Pontífice ha invitado a «mirarse a uno mismo» y preguntarse: «¿Frente al cansancio de vivir una vida honesta y generosa, de comprometerme según la voluntad del Padre, estoy dispuesto a decir 'sí' cada día, aunque cueste?».
«Y cuando no lo conseguimos, ¿soy sincero en el enfrentarme con Dios sobre mis dificultades, mis caídas, mis fragilidades? ¿Cuándo me equivoco, estoy dispuesto a arrepentirme y a regresar sobre mis pasos? ¿O hago como si nada y vivo llevando una máscara, preocupándome solo en aparecer como bueno y correcto? En definitiva, soy un pecador, como todos, ¿o hay en mi algo de corrupto?», ha manifestado.
De su lado, el Pontífice ha comentado el evangelio hodierno según san Mateo, en el que el evangelista presenta la parábola de los dos hijos, a los que el padre pide ir a trabajar en la viña.
«El primero responde inmediatamente 'sí', pero luego no va, mientras que el segundo, en cambio, al inicio se opone, pero luego lo piensa bien y va», ha explicado el Papa, detallando que el problema no está aquí tan ligado a la resistencia a ir a trabajar en la viña, «sino en la sinceridad al menos frente al padre y frente a uno mismo».