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Agostino Marchetto fue creado cardenal el pasado 30 de septiembreAFP

El cardenal Marchetto: «El Papa Francisco nunca cambiará la doctrina sobre el celibato sacerdotal»

El cardenal Agostino Marchetto, en una entrevista con El Debate tras el Sínodo 2023, aborda el celibato sacerdotal y el diálogo en la Iglesia

«Ciertamente no podemos ignorar el mundo, y por eso está equivocado refugiarnos en el pasado, pero nunca debemos olvidar que estamos en el mundo pero no somos del mundo. No podemos subvertir la tradición doctrinal y moral de la Iglesia para complacer al mundo. Miremos la Cruz de Cristo, gloriosa sí, pero aún así una Cruz», opina el cardenal Agostino Marchetto, secretario emérito del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes y los Itinerantes. Nuncio apostólico, ha sido durante mucho tiempo un estudioso del Concilio Vaticano II.

El documento de síntesis del Sínodo sobre la Sinodalidad plantea la posibilidad de permitir una mayor participación de las mujeres en roles de toma de decisiones en la Iglesia, revelando que el tema del diaconado femenino genera opiniones diversas. Algunos lo consideran inaceptable y en discontinuidad con la tradición. Le preguntamos al cardenal Marchetto:

–¿Cómo interpreta esta cuestión en relación con la tradición de la Iglesia y cuál considera que debería ser el camino a seguir?

–Creo que, según su pregunta, el camino a seguir es precisamente el de continuar distinguiendo estas dos cuestiones. Porque la primera no está necesariamente vinculada a la administración de un sacramento, aunque sea el primer grado en el orden sagrado, el diaconado. E incluso, en mi humilde opinión, la sacra potestas de jurisdicción puede ser delegada por quien la posee en plenitud (el Sumo Pontífice), algunos la llaman vicaria en ciertos casos, como sucedió en esta última sesión del Sínodo, sobre la sinodalidad, con la concesión del voto.

La cuestión del diaconado femenino, por otro lado, es diferente, y su estudio en la historia de la Iglesia está sujeto a análisis y debate científico. El Papa ha concedido otro año para continuar con esto. Pero recuerdo lo que decía hace muchos años, refiriéndose a un diálogo que tuvo con un conocido teólogo e historiador de una Iglesia oriental católica muy respetada y científicamente riguroso, que afirmaba que no era una cuestión urgente otorgar tal título como un escalón sacramental para las mujeres.

–En el documento de síntesis, se ha eliminado por completo la referencia a la nomenclatura LGTB que se usaba en el documento de trabajo, optando por hablar «de algunas cuestiones, como las relacionadas con la identidad de género y la orientación sexual». ¿Cómo interpreta este cambio de lenguaje y enfoque en la discusión de estos temas?

–La omisión de la mención LGTB en el «documento de síntesis» me hace recordar la protesta de muchos con respecto a su inclusión en un documento eclesial de referencia anterior. Para ellos, esto significaba la aceptación de una nomenclatura ilegítima debido a la amplitud que abarcaba. Me parece que esta vez, con razón, se ha tenido en cuenta esa objeción y se ha cambiado la terminología.

–El tema del celibato sacerdotal también se aborda en el informe de síntesis. ¿Cuál es su perspectiva sobre la adecuación teológica del celibato en relación con el ministerio sacerdotal y si considera que debería mantenerse como una obligación disciplinaria en la Iglesia latina?

–Respecto al celibato sacerdotal, permítame recordar un contexto histórico que mencioné en los años 80 en mi obra Las raíces apostólicas del celibato sacerdotal, dentro de mi volumen Iglesia y Papado en la historia y en el derecho. 25 años de estudios críticos. Es, en última instancia, la historia de un gran esfuerzo por defender el celibato más que imponerlo. Como historiador de la continuidad y no de la ruptura, o mejor dicho, de un estilo de vida y amor conyugal eclesial, más allá de una obligación disciplinaria en la Iglesia, no se me pedirá, creo, que respalde a aquellos que piden su eliminación en la Iglesia latina. Además, me siento respaldado por lo que dijo el Papa Francisco al respecto, que no lo hará.

–En el pasado, ha enfatizado la importancia del diálogo interno en la Iglesia. ¿Qué consejos puede ofrecer para fomentar un diálogo constructivo y respetuoso entre los diferentes miembros de la Iglesia, especialmente en temas controvertidos como los planteados en el Sínodo 2023, incluyendo las cuestiones menos votadas en la XVI Asamblea, como el diaconado femenino, el celibato de los sacerdotes y las cuestiones relacionadas con la identidad de género y la orientación sexual?

–Debo agregar que no sólo en el pasado, ya que hace unos días, publiqué un texto en favor del diálogo intraeclesial, escrito junto con Federico Arcelli, titulado Dialogo. Riflessioni aperte in una fase di transizione (Diálogo. Reflexiones abiertas en una fase de transición). Hemos traducido el artículo al inglés siguiendo un ensayo anterior sobre el mismo tema, que se titula Riflessioni per un dialogo intraecclesiale, (Reflexiones para un diálogo intraeclesial). El título en inglés es Communion (Comunión).

Sobre 'Dialogo'

En el libro Diálogo se realiza una reflexión sobre el presente, donde el Concilio Vaticano II se percibe como una fuente relevante tanto para cuestiones religiosas como económicas y geopolíticas. Los autores promueven la generación de futuros análisis en lugar de ofrecer soluciones definitivas. Se enfatiza la importancia del diálogo y la necesidad del consenso buscando una reflexión abierta sobre la historia en constante evolución. La Parte II aborda asuntos económicos desde un enfoque ecléctico, mientras que la Parte I resalta la experiencia exegética en el análisis del Concilio Vaticano II y la relevancia del diálogo en la evolución histórica.