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El Papa Francisco posa con los participantes del Sinodo

El Papa Francisco posa con los participantes del SínodoAFP

Informe de Síntesis del Sínodo de los Obispos revela opiniones diversas sobre el diaconado femenino

El documento ha sido aprobado por los votos de más de dos tercios de los participantes de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Todos los párrafos han obtenido el beneplácito de las madres y padres sinodales. «Una Iglesia cercana a las heridas del mundo».

El Informe de Síntesis del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad ha sido aprobado por la mayoría de participantes en la XVI Asamblea General Ordinaria, revelando que el tema del diaconado femenino suscita opiniones diversas. Algunos lo ven como «inaceptable» y en discontinuidad con la tradición, mientras que otros creen que podría ser una respuesta necesaria a los signos de los tiempos para revitalizar la Iglesia.

Como resultado, se hace un llamado a continuar la investigación teológica y pastoral sobre este asunto, utilizando los resultados de comisiones creadas por el Papa Francisco (2016 y 2020), con la posibilidad de presentar los hallazgos en la próxima sesión de la Asamblea de 2024.

El Informe de Síntesis de la XVI Asamblea General del Sínodo sobre la Sinodalidad aborda una amplia gama de temas y desafíos que la Iglesia enfrenta en su relación con el mundo. Destaca la importancia de la misión, la atención a los pobres y los vulnerables, los abusos, la igualdad de género y la adaptación a la cultura digital. Estas reflexiones y propuestas sientan las bases para la segunda sesión del sínodo en 2024.

A las 21:30 de la noche del sábado 28 de octubre, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, tuvo lugar la Conferencia de Prensa para marcar la conclusión de los trabajos de presentación del Informede síntesis de la primera Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, bajo el tema: 'Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión´.

El Cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo, destacó que la cita sinodal ha sido una oportunidad de «escucha auténtica» y «mutua» entre los participantes. Esta experiencia ha servido para «romper el hielo» entre las diversas voces, entre ellas algunas escépticas al camino sinodal. El Cardenal maltés resaltó que se está brindando espacio a «todos», sin exclusiones, con el fin de que la Iglesia sea una «casa de puertas abiertas». Además, recordó las palabras del Papa Francisco en la conclusión de los trabajos: «El protagonista del Sínodo es el Espíritu Santo».

Cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos

Cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos

En la clausura de la primera sesión del Sínodo sobre la sinodalidad, el Cardenal Mario Grech, presentó el Informe de Síntesis de los trabajos realizados del 4 al 28 de octubre en el Aula Pablo VI en el Vaticano. El purpurado maltés destacó que el Sínodo es un proceso continuo de escucha y discernimiento, y no solo un evento aislado. Explicó que la sinodalidad se basa en el consenso y cómo este es el principio fundamental en la toma de decisiones en la Iglesia. Asimismo, se enfoca en la importancia del discernimiento, y cómo las decisiones apresuradas o unilaterales pueden ser perjudiciales para la sinodalidad.

El cardenal Grech alienta a seguir trabajando en la práctica de la sinodalidad en el próximo año, con la esperanza de que los «frutos de este proceso maduren». Finalizó comparando este tiempo con el de la siembra y la necesidad de cultivar la Iglesia sinodal «con paciencia y dedicación, invocando la acción del Espíritu Santo para su crecimiento y maduración».

Octubre de 2024

El Informe de Síntesis aprobado guiará el camino de la Iglesia hasta la segunda y última sesión programada para octubre de 2024, explicó, el Relator del Sínodo, el cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo, quien presentó el Informe de síntesis al concluir la primera sesión ante los periodistas que cubren el Vaticano.

El Informe de Síntesis es un documento organizado en veinte párrafos que abordan una gama de cuestiones eclesiales. Cada párrafo comienza precisando las convergencias alcanzadas, describe los temas a profundizar y propone sugerencias. Las Iglesias locales tienen la tarea de profundizar en estos temas y propuestas, combinando discernimiento espiritual, profundización teológica y ejercicio pastoral.

El Informe se divide en tres partes interconectadas. La primera parte, «El rostro de la Iglesia sinodal», establece los principios teológicos que fundamentan la sinodalidad. La segunda parte, «Todos discípulos, todos misioneros», se centra en los sujetos que conforman el Pueblo de Dios y su llamado a asumir la sinodalidad como un estilo eclesial. La tercera parte, «Tejer vínculos, generar comunidades», se enfoca en los procesos y organismos que promueven el diálogo y el intercambio entre las Iglesias y el mundo.

El Informe –según el cardenal Jean-Claude Hollerich–, define la sinodalidad como «el camino de los cristianos en comunión con Cristo y hacia el Reino», destacando la orientación hacia la misión, que implica la reunión en asambleas en todos los niveles eclesiales, el diálogo, el discernimiento comunitario y la toma de decisiones compartidas.

Los Círculos Menores del Sínodo están conformados por 35 mesas

Los Círculos Menores del Sínodo están conformados por 35 mesasEFE

El Sínodo se sitúa en la tradición de la Iglesia, inspirado en la visión eclesiológica del Concilio Vaticano II y el Magisterio del Papa Francisco, confirmó el Relator del Sínodo. Enfoca las dimensiones cristológica y pneumatológica de la Iglesia, la tensión escatológica hacia el Reino de Dios, y la idea de que la Iglesia camina con la humanidad en lugar de estar frente a ella.

El Informe enfatiza que la iniciación cristiana, centrada en el bautismo, es la fuente sacramental de la sinodalidad. La comunión, la participación y la misión de los cristianos se nutren de la Eucaristía, que manifiesta la unidad y diversidad de la Iglesia.

El cardenal Jean-Claude Hollerich destacó la diversidad de culturas en las que se manifiesta el Evangelio y la necesidad de valorar y descentralizar las realidades locales. En el documento se menciona la coexistencia fructífera de tradiciones eclesiales en Occidente y Oriente y se aboga por el avance del ecumenismo.

El Informe reconoce la importancia de la contribución de las mujeres al ministerio de la Iglesia y promueve su participación en la toma de decisiones. También resalta el aporte profético de la vida consagrada y las asociaciones laicales a la renovación de la Iglesia. Se sugiere profundizar en la naturaleza y el ejercicio del ministerio diaconal y presbiteral.

El papel clave del obispo en una Iglesia sinodal concebida como comunión de Iglesias locales se subraya en el informe. Además, se propone una comprensión renovada del Ministerio Petrino y el servicio de la Curia Romana en la comunión eclesial.

La intervención del Cardenal Hollerich culmina con tres aspectos clave presentes en todo el informe: la dimensión misionera, enfocada en hacer de la Iglesia una comunidad más abierta y acogedora, dispuesta a proclamar el Evangelio y despertar la fe en Jesucristo. La necesidad de formación en la sinodalidad, que debe ser una «cultura» y un «estilo de vida cristiano» que impregne a todos los miembros del Pueblo de Dios. Finalmente, se destaca la solidaridad con la humanidad y sus sufrimientos, agravada por los conflictos y la violencia en el mundo, lo que propone la importancia de que la Iglesia levante una voz común contra la violencia.

El Informe se entregó al Santo Padre y se encomendó a las Conferencias Episcopales para que lo compartan con el Pueblo de Dios en las Iglesias locales. También se sugirió su traducción a varios idiomas y la elaboración de resúmenes adaptados para los jóvenes. El documento concluye con una metáfora que compara el trabajo realizado con una «semilla pequeña pero cargada de futuro», confiando en la obra del Espíritu Santo y la colaboración de todos para el crecimiento de la Iglesia y el bien del mundo.

Temas principales del Informe de Síntesis

El Informe de Síntesis ofrece un análisis de la Iglesia y su relación con el mundo. El documento, dividido en tres partes, destaca numerosos temas que han sido discutidos durante las cuatro semanas de trabajo de la asamblea.

Escuchando a todos y abordando los abusos

El Informe subraya la importancia de escuchar a todas las voces, comenzando por las víctimas de abusos en la Iglesia. Enfrentar las condiciones estructurales que permitieron tales abusos y realizar gestos concretos de penitencia son tareas esenciales en el camino hacia la reconciliación y la justicia. El Informe enfatiza que se debe prestar atención a quienes han sufrido heridas en la Iglesia.

La Iglesia sinodal

El término «sinodalidad» se discute y se enfatiza como un modo de ser Iglesia que fomenta la comunión, la misión y la participación de todos los miembros, incluidos los presbíteros y obispos. Se reconoce que este concepto es desconocido para algunos miembros del Pueblo de Dios y que puede generar confusión. Sin embargo, se remarca que es una forma de vivir la Iglesia que valora las diferencias y busca la participación activa de todos.

Misión y Fraternidad

La sinodalidad se vincula estrechamente con la misión de la Iglesia, que implica compartir la fraternidad con personas de diversas religiones, creencias y culturas. El Informedestaca la importancia de evitar la autorreferencialidad y la autopreservación, así como la pérdida de identidad. Además, se hace hincapié en la necesidad de hacer que el lenguaje litúrgico sea más accesible y encarnado en la diversidad de las culturas.

Atención a los pobres y los emigrantes

El Informe dedica una atención significativa a los pobres y acentúa que la opción de la Iglesia por los pobres y los excluidos es una categoría teológica. Esto incluye a los migrantes, los indígenas, las víctimas de violencia, los abusos, las minorías y muchas otras personas vulnerables. Se insta a la Iglesia a comprometerse tanto en la denuncia pública de las injusticias como en el compromiso activo en la política y otras áreas para promover el bien común.

Compromiso de los fieles en la política

El texto insta a la Iglesia a comprometerse tanto en la «denuncia pública de las injusticias» perpetradas por individuos, gobiernos, empresas, como en el compromiso activo en la política, asociaciones, sindicatos, movimientos populares. Sin descuidar la acción consolidada de la Iglesia en los campos de la educación, la sanidad y la asistencia social, "sin discriminación ni exclusión de nadie”.

Racismo y la xenofobia

Se requiere de la Iglesia el mismo compromiso y cuidado «en la educación para una cultura del diálogo y del encuentro, combatiendo el racismo y la xenofobia, especialmente en los programas de formación pastoral» (5 p). También es urgente "identificar los sistemas que crean o mantienen la injusticia racial dentro de la Iglesia y combatirlos”.

Ecumenismo e identidad Cristiana

El Informe también aborda la importancia del ecumenismo, destacando la necesidad de un «ecumenismo de la sangre», que involucra a cristianos de diferentes filiaciones dispuestos a dar sus vidas por la fe en Cristo. Se menciona la colaboración entre todos los cristianos como un medio para sanar la cultura del odio y la división.

Laicos y familias

El Informe hace hincapié que los laicos, los consagrados y los ministros ordenados tienen la misma dignidad y que la contribución de los laicos es indispensable para la misión de la Iglesia. Se reconoce la necesidad de poner de relieve, reconocer y valorizar plenamente los diferentes carismas.

Mujeres en la Iglesia

El Informe destaca la importancia de acompañar y comprender a las mujeres en todos los aspectos de su vida, incluidos los pastorales y sacramentales. También aborda cuestiones relacionadas con el clericalismo, el machismo y el uso inadecuado de la autoridad en la Iglesia. Las mujeres, se lee, «exigen justicia en una sociedad marcada por la violencia sexual y las desigualdades económicas, y por la tendencia a tratarlas como objetos» (9c). "Acompañamiento y promoción decidida de la mujer van de la mano”.

Clericalismo y machismo

Muchas madres sinodales, agradecieron «la labor de sacerdotes y obispos, pero también hablaron de una Iglesia que hiere». «El clericalismo, el machismo y el uso inadecuado de la autoridad siguen marcando el rostro de la Iglesia y dañando la comunión». «Se requiere una profunda conversión espiritual y cambios estructurales», así como «un diálogo entre hombres y mujeres sin subordinación, exclusión ni competencia».

Diaconado femenino

El acceso de las mujeres al diaconado genera diversas opiniones, y el Informe sugiere continuar la investigación teológica y pastoral sobre este tema. Se mencionan preocupaciones sobre la discontinuidad con la Tradición y la aceptación de la Iglesia de las tendencias contemporáneas.

Celibato

El Informe mencionó el celibato, destacando que suscitó diversas opiniones. Se reconoce su valor profético y testimonio de conformación a Cristo, pero algunos cuestionan si debe seguir siendo una obligación disciplinaria en la Iglesia latina, especialmente en contextos donde es más difícil de aplicar. Aunque no es un tema nuevo, se considera relevante y digno de ser discutido nuevamente.

Obispos y abusos

Se reflexiona sobre el papel del obispo en la Iglesia y se enfatiza la importancia de ser ejemplos de sinodalidad y de compartir la responsabilidad con otros actores de la diócesis. Además, se abordan los abusos y se sugiere que la tarea judicial se pueda confiar a otro órgano. Algo que deberá tener una especificación canónica.

Formación en la Iglesia

El Informe insta a un enfoque sinodal para la formación, que incluye temas como la educación afectiva y sexual, el diálogo con las ciencias humanas y la consideración de cuestiones controvertidas. También se resalta la necesidad de una escucha auténtica de las personas marginadas o excluidas de la Iglesia.

Cultura digital

El Informe menciona la importancia de llegar a la cultura actual a través de los medios digitales, reconociendo que Internet puede ser tanto beneficioso como dañino. Se enfatiza la necesidad de apoyar a las familias para garantizar que el espacio en línea sea seguro y espiritualmente enriquecedor.

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