Juicio del siglo en el Vaticano
El cardenal Becciu, condenado a cinco años y medio de prisión, reitera su inocencia
Dos días después de haber conocido su sentencia, el cardenal italiano Angelo Becciu ha aparecido en la televisión pública italiana (RAI) para insistir en su inocencia y afirmar que espera contar con la confianza del Papa Francisco. «Quiero gritar al mundo que soy inocente, que no he cometido ninguno de los delitos de los que soy acusado, y me esforzaré para demostrar mi inocencia», dijo en el programa Cinque minuti,
Quien fuera el número dos de la Secretaría de Estado del Vaticano hasta 2018 se ha convertido en el primer cardenal condenado por un tribunal penal de la Ciudad del Vaticano. El juez ha dictado una sentencia para Becciu de cinco años y medio de prisión por un escándalo financiero. En la entrevista televisiva, ha asegurado sentirse «consternado» y, al ser preguntado si espera que el Papa crea en su inocencia, ha respondido: «creo que sí, espero que sí».
Además de los cinco años y medio de prisión, Becciu ha sido condenado este sábado a pagar una multa de 8.000 euros y ha sido inhabilitado de por vida para desempeñar cualquier cargo público. Sus abogados han avanzado que van a recurrir la sentencia del tribunal vaticano. «Yo no fui quién decidió. Como sustituto, ¿sabe cuántos departamentos debía controlar? Diecisiete. Yo no tenía tiempo de seguir paso a paso las cuestiones económico-financieras», ha explicado al presentador del programa de la RAI.
El escándalo financiero del que ha sido declarado culpable estalló en 2019, cuando salió a la luz la compra de un edificio de lujo en Londres por valor de 350 millones de euros. Más tarde fue vendido por 186 millones. No obstante, esta operación fue utilizada para extorsionar al Vaticano y acabó generando un agujero millonario en las cuentas del Estado pontificio. Se suma entonces a la polémica la poca transparencia y las irregularidades que había en las cuentas de la Santa Sede y contra lo que el Papa Francisco ha luchado desde el comienzo de su Pontificado. El cardenal ha asegurado en la entrevista que invertir en edificios forma parte de «la tradición de la Santa Sede» desde 1929, tras la firma de los Pactos Lateranenses, por los que se reconoció la independencia política del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Durante el proceso judicial han sido desvelados otros delitos cometidos presuntamente por Becciu, como las donaciones de 125.000 euros que el cardenal ingresó en la cuenta de una asociación vinculada a Cáritas de Ozieri, presidida entonces por uno de sus hermanos. Junto al cardenal, han ido condenadas otras ocho personas, sobre todo inversores e intermediarios, mientras que el único absuelto fue su antiguo secretario, Mauro Carlino. Entre ellos, destaca Fabrizio Tirabassi, empleado de la Oficina Administrativa de la Secretaría de Estado vaticana, sentenciado a siete años y medio de prisión. Por otro lado, el expresidente de la Autoridad de Supervisión e Información Financiera (ASIF) del Vaticano, René Brülhart, y su exdirector, Tommaso Di Ruzza, deberán pagar cada uno 1.750 euros.
El consejero financiero Enrico Crasso fue condenado a siete años de cárcel y 10.000 euros de multa; el bróker Raffaele Mincione, a cinco años y medio; el abogado Nicola Squillace, a un año y diez meses de prisión; y el inversor Gianluigi Torzi, a seis años y nueve meses, todos ellos con prohibición para desempeñar cargo público. Mientras que la empresaria Cecilia Marogna, asesora de Becciu y presentada en los ambientes vaticanos como una experta en diplomacia, también ha sido condenada a tres años y nueve meses de reclusión, con prohibición «temporal» para ejercer cargo público.