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Paul Josef Cordes junto a monseñor Fernando Filani

Paul Josef Cordes junto a monseñor Fernando FilaniAFP

Muere el cardenal Cordes, uno de los «inventores» de la JMJ

El cardenal alemán, ha escrito el Papa Francisco tras su fallecimiento, «no escatimó energías para testimoniar la paterna solicitud del Papa por los más pobres»

El cardenal alemán Paul Josef Cordes ha fallecido en Roma a los 89 años. Originario de Kirchhundem, una pequeña ciudad del oeste de Alemania, había estudiado medicina, que era su vocación. Más tarde otra se impuso, la llamada al sacerdocio.

En 1961 se ordenó sacerdote y prestó servicio pastoral en varias parroquias. Cinco años más tarde, comenzó a formarse en Dogmática y más tarde también en Teología. Desde 1975 fue obispo auxiliar de Paderborn, pero a comienzos de los 80, Juan Pablo II le encargó la vicepresidencia del Consejo Pontificio para los Laicos.

Tras su llegada a Roma, desempeñó distintos cargos en la Curia, entre ellas, se encargó de promover el Centro Juvenil Internacional San Lorenzo, inaugurado en 1983. Con ello, contribuyó a estructura la idea de la Jornada Mundial de la Juventud durante el Año Santo extraordinario 83-83.

El 2 de diciembre de 1995 fue nombrado arzobispo y asumió el cargo de presidente del Pontificio Consejo Cor Unum. Fueron años intensos de misiones en diversas partes del mundo por encargo primero de Juan Pablo II y luego de Benedicto XVI, que lo creó cardenal en 2007. Tras 15 años en el cargo, l 7 de octubre de 2010 pasó a ser presidente emérito de Cor Unum.

El Papa Francisco ha presidido la Misa de exequias del cardenal Cordes en el Vaticano

El Papa Francisco ha presidido la Misa de exequias del cardenal Cordes en el VaticanoAFP

En el Vaticano, han celebrado este lunes la Misa de exequias del cardenal, tras la que el Papa Francisco ha presidido el rito de la Ultima Commendatio y de la Valedictio. En el funeral participaron los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, familiares de Cordes y las cuatro laicas de la Memoris Domini que colaboraron con él hasta su muerte.

Cordes fue estimado también por los miembros del Camino Neocatecumenal y de la Renovación Carismática, cuyo apostolado Wojtyla le pedía siempre que siguiera ad personam. Era querido y estimado, en fin, por el personal del Consejo Pontificio para los Laicos, del que fue vicepresidente, y luego de Cor Unum, por la atención que siempre prestó a las necesidades de los más frágiles, a quienes –escribió el Papa en su telegrama de pésame del sábado pasado– «comunicó el amor y la ternura de Cristo». Cordes, continuó subrayando Francisco, «no escatimó energías para testimoniar la paterna solicitud del Papa por los más pobres».

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