Fabio Marchese, narrador del Papa: «Francisco no es comunista, sigue 100 % el Evangelio»
Las conversaciones entre el periodista y el Pontífice han tenido como resultado la nueva autobiografía de Francisco, titulada Vida. Mi historia a través de la Historia y que llega este miércoles, 20 de marzo, a las librerías españolas
Desde su casa, una residencia adyacente a los lujosos palacios apostólicos, el Papa Francisco ha escrito sus lejanos y no tan lejanos recuerdos, incluso los que no ha vivido, como la emigración de sus abuelos con su padre a Argentina desde Italia. Bergoglio pone por escrito los grandes momentos de su vida, todos ellos hilados con los grandes acontecimientos de la historia, como Hiroshima y Nagasaki o la pandemia.
Desde Santa Marta, ha pasado los últimos meses reuniéndose con Fabio Marchese, vaticanista de Mediaset Italia, y el resultado ha sido una autobiografía titulada Vida. Mi historia a través de la Historia, editada por HarperCollins y que llega este miércoles 20 de marzo a las librerías españolas.
–Esta no es una autobiografía al uso, como las que estamos acostumbrados. ¿por qué han elegido este formato, de combinar los grandes eventos históricos con la vida del Santo Padre?
–Antes de nada, ¿por qué contar los acontecimientos históricos? Era un enfoque distinto. Me he preguntado muchas veces qué haría el Papa el día en que cayeron las Torres Gemelas, qué haría el día que el hombre llegó a la Luna o cuando acababa la guerra mundial. Es una modalidad de narración distinta y nos gustó a ambos. Se lo propuse y me dijo que sí, que le gustaba porque además podía crear el contexto adecuado para insertar sus palabras en el discurso de la entrevista, contando libremente los hechos de su vida personal.
–Además, va introduciendo su opinión sobre distintos aspectos, como la bomba atómica, las guerras…
–De hecho, era importante combinar su vida personal con los acontecimientos históricos para darle la posibilidad también de lanzar mensajes sobre temas que él vivió de primera mano. Por ejemplo, la bomba atómica o la Segunda Guerra Mundial. Y él, que es una autoridad moral, la más grande a nivel mundial, tiene derecho a expresarse sobre estos acontecimientos y que lanzara mensajes con gran público a todas las personas es algo muy, muy valioso.
–En esta autobiografía, también conocemos más acerca de Bergoglio como hombre, su infancia, su novia, el descubrir de su vocación, su pasión por el fútbol y de que ya no ve la televisión. ¿Como es él en el tú a tú? Podría hablarnos de su carácter, de si tiene manías, esas cosas que quienes le vemos asomado a la ventana los domingos no vemos.
–Yo no hablaría de amistad, porque la amistad es un sentimiento muy profundo. Entonces no puedo decir que he llegado a entablar una amistad con el Santo Padre, pero sí es un conocimiento, un conocerse, un don. Hablaría del don de conocer al Papa, un don que me ha sido dado. Lo que he podido percibir es su gran generosidad, incluso en pequeños detalles. Por ejemplo, en nuestros encuentros, yo llegaba ahí a Santa Marta y él me preguntaba si había comido, si quería un vaso de agua. En una ocasión me ofreció empanadas, en otra me ofreció unos bombones. Así, a modo de anécdota, una vez me llamó para trabajar. Teníamos que corregir algunos capítulos y me llega una llamada de un número desconocido y me dice «Hola, soy el Papa, ¿puedes trabajar?». Y le contesto «Mira, es que estoy en la playa» y me dice «¿pero te has echado crema?». Cómo le iba a decir que no puedo trabajar. Se lo dije y me respondió: «Vamos a ello, pero ponte debajo de la sombrilla».
–Se que es una pregunta que se revela por si sola en el libro, pero ¿por qué cree usted que hay gente que afirma que Francisco es comunista?
–Es una cuestión que hemos abordado durante nuestras reuniones. Directamente, yo le pregunté: ¿sabe que muchos te tachan o creen que eres comunista, incluso marxista? Me respondió: «yo estudié y me interesé por la ideología comunista porque trabajaba con Esther –su responsable en el laboratorio de química donde hacia sus prácticas–. Era atea, comunista convencida y me hizo leer varias publicaciones. Yo las leí porque quería entender, pero nunca llegué a abrazar esa ideología».
Algunos pueden pensar que el Papa es comunista porque él lo que hace es vivir al 100 % la palabra del Evangelio, y esto se puede malinterpretar en clave comunista, en mi opinión. Por ejemplo, las primeras comunidades cristianas lo compartían todo, incluso la vivienda. Y esto puede ser percibido como algo comunista, pero no lo es para nada. Simplemente es vivir lo que dice el Evangelio, es decir: ayudar a los pobres, ponerse del lado de los marginados al servicio de los que menos tienen. Ya en Argentina abrazó la teología del pueblo, que tiene una opción preferencial por los pobres, por los descartados y por lo tanto se pone al servicio. Esto ha implicado muy a menudo que dijeran que pudiera ser comunista. Y a la inversa, ha sido acusado también por personas de izquierda de haber apoyado la dictadura de Videla. Hasta los jesuitas le acusaron de ser ultraconservador, pero él no lo es para nada. Así como no es comunista.
–El Santo Padre revela también que fue por el cardenal Hummes y su conocida frase «no te olvides de los pobres» por lo que escogió el nombre de Francisco.
–Él contó con mucha cantidad de detalles y con extrema lucidez el momento del cónclave donde el cardenal Hummes le dice «No te olvides de los pobres». Al recordarlo, me dijo que poner los pobres en el centro de su pontificado era algo natural, porque durante toda su vida había vivido a su lado. Además, procedía de una situación familiar humilde. De hecho, cuando le pregunté si tenían televisión en casa, me dijo que no, porque su padre no podía permitirse comprar una.
Entonces vivían en esa situación modesta y humilde en la que siguen viviendo hoy en día, como muchas familias en Argentina. Durante toda su vida, ha estado al lado de los pobres como jesuita, como sacerdote, como arzobispo de Buenos Aires. De ahí que la elección de Francisco como nombre haya sido algo natural. En Italia no le llamamos el poverello de Asís. el pobrecito de Asís, a san Francisco, puesto que los pobres eran el centro de su vida, como lo son en el Pontificado de Francisco.
–También se ha especulado mucho con la relación con el Papa emérito Benedicto XVI, e incluso Francisco afirma que se le ha utilizado en su contra. ¿a qué se refiere con estas palabras?
–Me confesó que le importaba tanto Benedicto XVI que se quedó en shock cuando se enteró de la renuncia. Tras esto, cuando fue a verle le dijo que era mejor que no viviera escondido para evitar especulaciones, que era mejor vivir una vida un poco más púlbica. Así lo hizo Benedicto XVI, pero no faltaron las especulaciones utilizadas por quienes instrumentalizaron a Ratzinger con fines ideológicos, políticos. Eso le hizo mucho daño. Creo que se refiere a esas personas que el propio Ratzinger mencionó varios años antes de su muerte, cuando dijo que algunos amigos suyos «fanáticos» nunca aceptaron su renuncia y por eso crearon un poco de revuelo.