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Vista de la plaza de la villa de Castel Gandolfo

El Papa no hace las maletas en verano: sus vacaciones a jornada reducida para preparar viajes

Castelgandolfo era el lugar donde se retiraban los Pontífices a descansar durante los meses estivos. Desde hace años, la tradición ha cambiado

Muchos de los que van a visitar la ciudad eterna quieren aprovechar para visitar Castel Gandolfo, un pueblo situado a 40 kilómetros de Roma conocido por ser la residencia veraniega del Papa. El por qué de que sea este el destino elegido por los Pontífices se debe a una larga tradición histórica que empezó desde hace cuatro siglos.

Históricamente, Italia siempre ha tenido familias poderosas que poseían grandes territorios, fortalezas, villas y un largo patrimonio cultural. Entre las familias más ricas se encontraban los Medicis, Borgia, Borghese y, entre esos, los Gandolfos, de origen genovés. Esta familia poseía un castillo en una de las colinas de las proximidades de Roma que, posteriormente, pasaría a formar parte de los Savelli. Sin embargo, esta fortaleza tuvo que ser cedida a los Estados Pontificios para saldar una deuda de la familia.

Castel Gandolfo, la residencia de los papas

Urbano VII y pactos de Letrán

Así es como el Papa Urbano VIII, elegido en 1623, escogió Castel Gandolfo como la residencia estiva de los Pontífices, la cual fue condicionada y reformada para procurar un mayor descanso. A partir de ese año, todos los Papas, en mayor o menor medida, pasaron por la residencia veraniega para retirarse unos días y recobrar fuerzas de la apretada agenda que tenían durante el año.

Antes de los Pactos de Letrán de 1929, las villas pontificias y otras propiedades del Vaticano estaban bajo control y administración papal, pero su estatus legal y diplomático era diferente al que adquirieron después de estos acuerdos.

Los Pactos de Letrán fueron significativos porque formalizaron y reconocieron internacionalmente la independencia y soberanía del Estado de la Ciudad del Vaticano como un estado soberano, además de que todas sus propiedades, incluidas las villas pontificias extraterritoriales como Castel Gandolfo, fueron consideradas parte del territorio de la Santa Sede sin estar sujetas a la jurisdicción italiana.

Los dos últimos Papas

Benedicto XVI se retiraba en esta pequeña localidad, donde se encuentra también el lago Albano, para descansar durante los meses de verano. Pero además fue el sitio donde se retiró cuando renunció a la silla pretina en 2013 y donde pasó las últimas horas de su pontificado.

Benedicto XVI desde el balcón de Castel Gandolfo en sus últimas horas como PontíficeGTRES

«Sabéis que esta visita es distinta a las anteriores: seré Sumo Pontífice de la Iglesia Católica hasta las ocho de la noche. Seré sencillamente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinaje en esta tierra». Estas fueron sus primeras declaraciones desde el balcón de la villa papal de Castel Gandolfo, donde le esperaban miles de fieles el 28 de febrero del 2013. «Sigamos adelante con el Señor por el bien de la Iglesia y del mundo»: fueron sus últimas palabras dirigidas a los presentes, impartiendo después su bendición final.

Su sucesor, el Papa Francisco, desde que fue escogido el 13 de marzo del mismo año, decidió no hacer las maletas durante el verano para pasar sus vacaciones en el Vaticano, en su residencia habitual en el palacio de Santa Marta. Durante su descanso disminuye el ritmo de su agenda habitual –se suspenden las audiencias generales y otros actos públicos– para dedicarse a escribir y a trabajar en documentos, como el que publicará en septiembre sobre el Sagrado Corazón de Jesús, o para preparar futuros viajes, como el que realizará a Indonesia en septiembre.

En una rueda de prensa que el Papa Francisco hizo en el vuelo Corea-Roma en el año 2014, contestando a una de las preguntas de los periodistas sobre su descanso afirmó que: «Acabo de tener vacaciones, en casa, como suelo hacer normalmente, porque… Una vez leí un libro, interesante, titulado: Alégrate de ser neurótico. También yo tengo algunas neurosis [...] Una de estas neurosis es que me apego quizás demasiado al habitat». Explicó que en 1975 fue la última vez que se fue de vacaciones fuera de Buenos Aires añadiendo: «Desde entonces, siempre me tomo vacaciones –¡de verdad!–, pero en el habitat: cambio de ritmo. Duermo más, leo lo que me gusta, escucho música, rezo más… Y así descanso. En julio y parte de agosto, he hecho esto y me ha venido bien».

Actualmente el Papa sigue concediendo audiencias privadas, pero en su residencia, en el palacio de Santa Marta. Solo se le verá públicamente en el rezo del Ángelus los domingos y en ocasiones contadas, como en la visita pastoral que realizará el próximo 7 de julio a Trieste o el 28 de julio, en la jornada mundial de los abuelos, aunque esa posibilidad aún no está programada en su agenda.