El Papa Francisco pide respeto para las fuerzas de paz de la ONU en el Líbano
El Santo Padre reclamó respeto para la misión de paz de la ONU en el Líbano el mismo día que Netanyahu reclama la salida de los cascos azules
El Papa Francisco pidió desde Roma que las fuerzas en litigio en el Líbano respeten a las fuerzas que forman parte de la misión de paz de la ONU desplegadas en el país.
Tras el rezo del Ángelus este domingo desde el Palacio Apostólico del Vaticano, el Pontífice aseguró que continúa asistiendo «con preocupación a cuanto está sucediendo en Oriente Medio, y pido una vez más un alto el fuego inmediato en todos los frentes».
En ese sentido, exigió que «se recurra al camino de la diplomacia y del diálogo para obtener la paz».
Señaló el Santo Padre que «soy cercano a toda la población afectada, en Palestina, en Israel y en el Líbano, donde pido que se respete a las fuerzas de paz de las Naciones Unidas».
Esta exigencia de respeto de las fuerzas israelíes y de los combatientes de Hezbolá a las fuerzas de la ONU por parte del Papa se produce el mismo día en que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acusó a la misión de la ONU de actuar de «escudos humanos» de Hezbolá y reclamó su salida inmediata del Líbano.
Hacía referencia Netanyahu al incidente que se produjo el jueves pasado en el cuartel general de FINUL (la misión de paz de la ONU en el Líbano) en la ciudad de Naqoura después de que varios cascos azules resultaran heridos en un episodio de fuego cruzado.
Según Reuters, un proyectil disparado por las fuerzas israelíes impactó contra una torre de vigilancia de las fuerzas de paz de la ONU.
Netanyahu aseguró que al negarse a evacuar a sus cascos azules, la ONU ha convertido a las fuerzas de FINUL «en rehenes de Hezbolá. Esto pone en peligro sus vidas y las de nuestros soldados».
La verdadera riqueza
En su catequesis dominical, el Papa Francisco reflexionó sobre las riquezas y la dependencia que, en ocasiones, se establece de ellas.
A partir del episodio evangélico del Evangelio según San Marcos, donde «se nos habla de un hombre rico que acude al encuentro de Jesús», el Papa subrayó que «la verdadera riqueza no son los bienes de este mundo. La verdadera riqueza es ser amados de Dios y aprender a amar como Él».
Y es que aquel hombre rico pregunta a Jesús «¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?», a lo que Jesús le responde que venda todas sus riquezas, entregue el dinero a los pobres y luego le siga.
Ante la respuesta, el rico «se marcha entristecido. Primero corre al encuentro, y luego se ca».
El Santo Padre explica que el hecho de que el rico acuda con prisa a conocer a Jesús indica que, «pese a sus tantas riquezas, está insatisfecho, tiene dentro una inquietud y acude a la búsqueda de una vida plena». «Es rico y, sin embargo, necesita que lo curen».