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El Papa escribe una carta

Las diez mejores frases de la nueva encíclica del Papa Francisco, 'Dilexit nos'

«Nos amó» es lo primero que se lee en la nueva encíclica del Papa Francisco. Estas dos palabras de san Pablo para referirse a Cristo, de las que toma también su nombre (Dilexit nos), resumen a la perfección lo que el Pontífice explica en las siguientes 140 páginas: la gratuidad del amor humano y divino del Corazón de Jesucristo por los hombres.

En este nuevo documento recuerda también la importancia de la ternura de la fe, el servicio a los demás y el fervor misionero. Así, corazón, amor o confianza son algunos de los términos más repetidos en este llamamiento a la renovación de la devoción por el Sagrado Corazón.

En Dilexit nos, el Papa invita a cada uno a preguntarse: «¿tengo corazón?», además de apelar de distintas formas a las conciencias frente a la autosuficiencia, la secularización, el moralismo religioso o el poder del dinero «en un mundo que parece haber perdido el corazón», dice Francisco.

  • La pura apariencia, el disimulo y el engaño dañan y pervierten el corazón.
  • El Corazón de Cristo es éxtasis, es salida, es donación, es encuentro. … Nuestro corazón unido al de Cristo es capaz de este milagro social.
  • Qué hermoso es saber que si los demás ignoran nuestras buenas intenciones o las cosas positivas que podamos hacer, a Jesús no se le escapan, y hasta se admira.
  • Todo lo dicho, si se mira superficialmente, puede parecer mero romanticismo religioso. Sin embargo, es lo más serio y lo más decisivo. Encuentra su máxima expresión en Cristo clavado en una cruz. Esa es la palabra de amor más elocuente. Esto no es cáscara, no es puro sentimiento, no es diversión espiritual. Es amor.
  • Nos enfrentamos a un fuerte avance de la secularización que pretende un mundo libre de Dios. A ello se suma que se multiplican en la sociedad diversas formas de religiosidad sin referencia a una relación personal con un Dios de amor, que son nuevas manifestaciones de una «espiritualidad sin carne».
  • Sabernos amados y depositar toda la confianza en ese amor no significa anular todas nuestras capacidades de entrega, no implica renunciar al imparable deseo de dar alguna respuesta desde nuestras pequeñas y limitadas capacidades.
  • El pedido de Jesús es amor. Cuando el corazón creyente lo descubre, la respuesta que brota espontáneamente no consiste en una pesada búsqueda de sacrificios o en el mero cumplimiento de un pesado deber, es cuestión de amor.
  • La mejor respuesta al amor de su Corazón es el amor a los hermanos, no hay mayor gesto que podamos ofrecerle para devolver amor por amor. El amor a los hermanos no se fabrica, no es resultado de nuestro esfuerzo natural, sino que requiere una transformación de nuestro corazón egoísta.
  • Las renuncias y sufrimientos que exijan estos actos de amor al prójimo nos unen a la pasión de Cristo. … Solo Cristo salva con su entrega en la Cruz por nosotros, solo él redime.
  • El amor de Cristo está fuera de ese engranaje perverso y solo él puede liberarnos de esa fiebre donde ya no hay lugar para un amor gratuito.