Audiencia General
La devoción rociera llega al corazón de Roma para una audiencia histórica con el Papa Francisco
El Santo Padre ha iniciado un nuevo ciclo de catequesis bajo el tema «Jesucristo, nuestra esperanza», que se desarrollará durante todo el Año Jubilar
El aula Pablo VI se ha llenado de fervor este miércoles, 18 de diciembre, con la presencia de representantes de 120 hermandades del Rocío, que han acudido a la audiencia general del Papa Francisco como parte de la celebración del 30 aniversario de la histórica visita de Juan Pablo II al santuario andaluz. Esta peregrinación, considerada «la más amplia representación institucional del Rocío que ha viajado a Roma en la historia», según recoge Europa Press, supone un hito sin precedentes para esta devoción mariana.
Cerca de 900 personas, lideradas por la Hermandad Matriz de la Virgen del Rocío en España, participaron en este acto central del viaje, que se realiza entre el 17 y el 19 de diciembre. Según destacó la Hermandad, esta audiencia es fruto de meses de gestiones con la Santa Sede, a través de la diócesis de Huelva y la Nunciatura Apostólica de España, y supone un momento «inolvidable» para los devotos rocieros.
El Papa Francisco ha iniciado un nuevo ciclo de catequesis bajo el tema «Jesucristo, nuestra esperanza», recordando que Él es tanto la meta de nuestra peregrinación como el camino mismo. El Pontífice hizo un recorrido por los Evangelios de la infancia de Jesús, destacando la profundidad de las genealogías que abren el relato de Mateo.
Explicó que estas no solo son listas de nombres, sino que «es la verdadera historia de la vida humana, que pasa de una generación a otra entregando tres cosas: un nombre que encierra identidad y misión, la pertenencia a una familia y a un pueblo, y la fe en el Dios vivo que acompaña a su pueblo».
La importancia del «sí» de María
El Papa hizo hincapié en la relevancia de las mujeres que aparecen en la genealogía de Jesús según Mateo, destacando cómo a través de ellas, en palabras de Benedicto XVI, Benedicto XVI, «el mundo de los gentiles entra en la genealogía de Jesús: se manifiesta su misión a los judíos y a los paganos». Subrayó también el papel único de la Virgen María, cuyo «sí» marca un nuevo comienzo:
«Con María, no es ya el hombre quien protagoniza la generación, sino Dios mismo. Jesús es hijo de David, sí, pero también es hijo de mujeres extranjeras, llamado a ser luz para las naciones y Salvador del mundo.»
Por último, el Santo Padre invitó a los fieles a despertar un recuerdo agradecido hacia sus antepasados: «Nadie se da la vida a sí mismo, sino que la recibe como un don. Y junto con la vida, recibimos también la fe, un regalo que debemos custodiar y transmitir». Como es habitual, Su Santidad no dejó de solicitar a los presentes oraciones por la «martirizada» Ucrania, así como por otros lugares afectados por los estragos de la guerra, entre ellos Israel y Palestina.