Así debes cocinar las patatas para evitar el riesgo de cáncer
Los expertos llevan años alertando sobre los riesgos para la salud de los fritos más allá de la cantidad de grasa
Amantes de las papas fritas, ¡cuidado! Los expertos llevan años alertando sobre los riesgos para la salud de los fritos más allá de la cantidad de grasa. La culpa la tiene la acrilamida, una sustancia químicas cancerígena y neurotóxica que no está presente en los alimentos crudos pero que se producen durante la cocción o el procesamiento en alimentos que contienen fructosa y glucosa, y un aminoácido, llamado asparagina, que está presente en las patatas y los cereales. También se forma acrilamida en el café, cuando se tuestan los granos.
La acrilamida es un contaminante que se crea de forma natural en alimentos ricos en hidratos de carbono, durante los procesos de cocinado cotidianos a altas temperaturas –más de 170 ºC– como la fritura, el horneado y el tostado y en ambientes de baja humedad.
Las normas y recomendaciones del Ministerio de Sanidad puede ayudar a minimizar su presencia aplicando unos sencillos consejos en las prácticas de cocinado comunes. Moderar la temperatura y controlar el tiempo de cocinado y comprobar el color final del alimento: dorado pero no pasado.
Consejos para cocinar patatas fritas
- Comprar las patatas en su punto óptimo de maduración sin brotes y partes verdes
- Procurar que no sean muy pequeñas
- Consérvalas fuera de la nevera en lugar seco y oscuro
- Evitar el almacenamiento prolongado
- Antes de freír cortar las patatas con un corte grueso y en tiras mejor que fino y en rodajas.
- Lavar las patatas con abundante agua
- Secarlas antes del cocinado
- Elegir mejor la cocción, horneado o microondas frente a la fritura
- Evita freír a temperaturas superiores a 175 °C ni hornear a más de 195° C en un horno convencional
- Reducir el tiempo de fritura
- Retirar las patatas cuando tengan color dorado
- Rechazar las patatas demasiado oscuras
- Limitar la reutilización del aceite de la fritura
- Ventilar la cocina