A partir de los 40 años es habitual los déficits hormonalesGTRES

¿Existe una receta eficaz para combatir el envejecimiento?

A partir de los 40 años es habitual los déficits hormonales

En 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Desde hace décadas los científicos tratan de encontrar el elixir de la eterna juventud estudiando los mecanismos del envejecimiento. Los expertos afirman que existen varias maneras de cumplir años: aceptar y sufrir un deterioro generalizado o aportar soluciones fisiológicas que mejoren nuestra calidad de vida actual y que limiten la aparición de enfermedades.

La Dra. Celia Gonzalo, Especialista en Age Management Medicine, explicaba en el foro sobre Vivir Más y Mejor. El Secreto de la Juventud organizado por el Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social y NEOLIFE que «es posible volver a equilibrar nuestro sistema metabólico y hormonal y disminuir la inflamación y el estrés oxidativo, con terapia de reemplazo hormonal bioidéntico» y añadía: «En manos de especialistas que dominan el arte del equilibrio hormonal esta terapia es segura y eficaz a lo largo del tiempo. El tratamiento se ajusta a cada paciente ya que existen diferentes formas de administración. Es hora de hacer prevención de calidad y de dar respuesta a dolencias y síntomas que, con frecuencia, se quedan sin tratar y no solo nos traen enfermedades, sino también una mala calidad de vida.»

A partir de los 40 años es habitual los déficits hormonales, lo que conlleva a sentirnos más cansados y tristes

De hecho, a partir de los 40 años es habitual detectar déficits hormonales, lo que conlleva a sentirnos más cansados y tristes. Nuestro deseo sexual a veces se desvanece. A nivel mental la alteración de la memoria es evidente. El insomnio aparece y nos impide regenerarnos. Además, nuestro aspecto físico experimentará cambios: piel seca, más tendencia a desarrollar arrugas, ganancia de peso (con aumento del perímetro abdominal) y pérdida de músculo.

Las hormonas que intervienen en el proceso de envejecimiento y que podemos tratar con terapia sustitutiva son: el estradiol, la testosterona, la DHEA, la progesterona, las hormonas tiroideas, la pregnenolona, la hormona de crecimiento y la melatonina. Cada una de ellas tiene diferentes funciones y en ocasiones actúan de manera sinérgica.

El poder de la melatonina

Según el doctor Darío Acuña, Catedrático de Fisiología y Director del Instituto Internacional de la Melatonina, señala: «la Melatonina es la hormona reguladora del sueño, pero además es clave como hormona que actúa frente al estrés oxidativo, la inflamación y modulación de la inmunidad». En efecto, la melatonina empieza a disminuir a partir de los 35-40 años, ya que es una molécula presente en todas las células, que las protege frente al estrés oxidativo y la inflamación, su déficit favorece el envejecimiento y las enfermedades asociadas al mismo. Es, pues, importante medir sus niveles y marcadores de daño oxidativo e inflamación, para adecuar la dosis de melatonina para prevenir enfermedades y promover su envejecimiento saludable.

El déficit de melatonina favorece el envejecimiento y las enfermedades asociadas al mismo

Tal y como apunta Javier Gállego, Sociólogo y periodista, entre otras cadenas: señala la importancia del arte de vivir, tener ilusión por las cosas, tener entusiasmo, vivir con serenidad y armonía y es esencial eliminar las toxinas de la cabeza y del corazón. Por otro lado, afirma que «los niños que nacen ahora lo hacen con una esperanza de vida de, al menos, 100 años…»

Finalmente, el doctor Manuel de la Peña, académico, profesor de cardiología y Presidente del Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, manifestó que las claves de la longevidad son «una buena terapia hormonal unida a una dieta cardiosaludable, un control adecuado de los factores de riesgo cardiovasculares como son la hipertensión arterial (lo ideal 130/80), el colesterol LDL (inferior a 70), lipoproteína (a) (inferior a 50) y control de sobrepeso-obesidad-diabetes; para frenar el proceso de arterioesclerosis. cuidar el microbioma, control del estrés, sueño reparador, ejercicio físico, tratamientos con células madre y cambios de sangre (reemplazo de plasma), los cuales contribuyen todos ellos a alargar la vida hasta, incluso los 120 años».

De la Peña también describió la inversión que está realizando la Unión Europea para la creación de 12 «Ciudades Emocionales». Unas zonas Zen donde la convivencia sea agradable, con hábitos de vida poco estresantes y una arquitectura diseñada para favorecer la paz mental.