Numerosas personas se bañan y toman el sol en la playa de Poniente, Benidorm, Alicante

Cómo elegir la mejor silla para ir a la playa y que la espalda no se resienta

El material, el peso o la altura de las silla influyen en la comodidad

A estas alturas del verano son muchos los que disfrutan de unas merecidas vacaciones y otros muchos aprovechan los fines de semana para intentar recargar las pilas en espera del mes de agosto. Playas y piscinas se llenan de bañistas que buscan el sol acompañados por familiares o amigos. Sin embargo, tras cierto tiempo buscando la postura en la arena de la playa o sobre el césped del jardín se empieza a mirar con cierta envidia a esa persona cómodamente sentada en una silla.

Alejandro Blanco, fisioterapeuta de la clínica madrileña AzRecovery, en colaboración con la empresa Colorbaby, propietaria de la marca de productos para el ocio, deporte y tiempo libre Aktive, ofrecen unos consejos para saber cuál elegir.

En qué hay que fijarse

Es increíble la gran cantidad de modelos y tipos que podemos encontrar en el mercado y, aunque lo parezcan a primera vista, no todas son iguales.

El material

Es importante tener en cuenta el material que sea resistente a la humedad, al calor y que se seque rápidamente; su resistencia (el peso que pueden soportar).

comodidad

Hay que tener en cuenta su comodidad y los extras que la acompañan como el reposacabezas o el respaldo acolchado. Para Alejandro Blanco es básico que cuente con un respaldo cómodo, acolchado si es posible, y con algún tipo de reposacabezas que asegure un mejor descanso del cuello: «Cualquier tipo de soporte para la cabeza, para los brazos, piernas, columna lumbar, preferiblemente acolchados, son una muy buena opción para generar bienestar y comodidad, evitando rozaduras sobre esas zonas en las que el choque mantenido de la silla contra una superficie ósea pudiera generar algún tipo de estrés».

ligeras de transportar

Por supuesto, también es básico que sean ligeras de transportar (las de acero y aluminio son la mejor opción).

Que se plieguen bien

También que se plieguen con facilidad y de forma muy compacta para que no tengas que hacer un cursillo para saber doblarla ni te hagas daño tratando de colocar todo en el maletero, aunque seas un experto en el Tetris.

Los extras importan

El mercado exhibe una amplia variedad de modelos que incluyen reposacabezas, pequeñas sombrillas que protegen del sol en la cara, cojines para las lumbares y hasta posavasos y mini neveras…

¿Una silla para cada edad?

«Podríamos decir qué sí puesto que hay sillas más pequeñas y estrechas y sillas más grandes y anchas, cada una enfocada más en un rango de edad», comenta el fisioterapeuta. Pero, en cualquier caso, es clave elegir la silla según nuestra comodidad y preferencias, por lo que no está de más probarla y no elegirla solo por su aspecto.

¿Alta o baja?

Las clásicas tienen una altura de unos 50 cm desde el suelo, aunque ahora hay muchos modelos bajitos que rozan casi la arena y que son geniales para leer o disfrutar del paisaje. Pero, ten en cuenta que son menos cómodas para sentarse y levantarse, así que no serán la mejor elección para los más mayores o para personas con movilidad reducida. Aunque, según Alejandro Blanco, «no son mejores ni unas ni otras en general. Mi recomendación sería una silla con respaldo regulable, que nos permita modificar la posición en la que nos encontramos periódicamente ya que, como sabemos, no existen posturas malas si no posturas mantenidas en el tiempo».

¿Silla, hamaca o tumbona?

De nuevo entran en juego las condiciones físicas de cada persona. Para aquellas con un alto grado de movilidad cualquiera es una buena opción. «Sin embargo, para las personas con dificultades en la movilidad, recomendaría una silla regulable para evitar caídas o imprevistos con las hamacas y/o tumbonas», subraya.

Niños y embarazadas

Aunque, en general, los niños pasan más tiempo jugando que sentados, ¿por qué no van a descansar cómodamente como los mayores? Para el fisioterapeuta: «lo ideal es que su silla permita apoyar los pies en el suelo y que no queden en el aire». Así, evitaremos que se venzan hacia delante.

Para las embarazadas las mejore son las sillas altas y anchas en las que descansar cómodamente es un buen punto de partida. También hay que considerar la estabilidad, por lo que es clave que tengan las patas anchas que se hundan lo justo en la arena. «Son muy importantes los soportes acoplados a la silla para que las diferentes posiciones en las que se sienten, sean cómodas. Por ejemplo, un buen soporte lumbar y un cojín cómodo que permitan controlar ambas zonas, son unos complementos perfectos».