¿Los alimentos integrales engordan menos?

El pan, el arroz o las pastas son alimentos que pueden forman parte de una dieta equilibrada. En los últimos años numerosos estudios han concluido que sustituir los granos refinados por los integrales es una opción más saludable. Uno de esos trabajos lo llevaron a cabo investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard (HSPH) y descubrieron que comer cinco o más porciones de arroz blanco por semana se asociaba con un mayor riesgo de diabetes tipo 2. Por el contrario, comer dos o más porciones de arroz integral a la semana se asociaba con un menor riesgo de la enfermedad.

Pero, ¿cúal es la diferencia entre cereales integrales y refinados? La American Heart Association explica que los cereales integrales contienen el grano entero, que está compuesto de salvado, germen y endospermo mientras que los refinados se han molido de una manera que elimina el salvado y el germen lo que les proporciona una textura más fina y mejora su tiempo de conservación, pero también los nutrientes importantes del grano: vitaminas del grupo B, el hierro y la fibra dietética.

¿Qué papel juega la fibra?

Entre los beneficios de muchos granos integrales se recoge que son buenas fuentes de fibra dietética que puede ayudar a mejorar los niveles de colesterol en sangre y a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, obesidad e incluso diabetes de tipo 2, tal y como recoge el estudio de Harvard.

Si lo que se busca es bajar de peso, los cereales integrales no tienen menos calorías que los cereales refinados pero la fibra presente en los cereales integrales será la responsables de aumentar la sensación de saciedad y por lo tanto ingerir menos alimentos.

Además de la fibra, los granos proporcionan nutrientes como la tiamina (vitamina B1), la riboflavina (vitamina B2), la niacina (vitamina B3), el folato (vitamina B9), el hierro, el magnesio y el selenio. Todos estos nutrientes son importantes para una gran variedad de funciones del cuerpo, como la formación de nuevas células, el transporte de oxígeno en la sangre, la regulación de la tiroides y el mantenimiento de un sistema inmunitario sano.